![El grupo de creyentes en un entrenador único](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/08/06/86183955.jpg)
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«¿Qué es lo que ve en ti? No lo sé. Pero lo ve. Ve más que el resto. Ve qué pruebas tienes que hacer.... Ve más y lo transmite mejor. Sin agobiar al atleta». El santanderino David Bolado, todo un doble campeón de España ... de salto de altura en pista cubierta, va camino de los 31 años. Es el que más tiempo lleva en el grupo. «Desde 2008, creo», rememora mientras varios de sus compañeros charlan en espera de la foto en el módulo cubierto de La Albericia. Quince años en ese llamado 'grupo de Ramón Torralbo'. El técnico nacido en Herrera de Camargo en 1954 y que llevó a la gloria a Ruth Beitia sigue a pleno rendimiento para forjar a una nueva generación de atletas que tome el relevo en cuanto a éxitos de la campeona olímpica en Río. Y la cosa no va nada mal. En este 2023, nueve medallas de oro, una de plata y otra de bronce, ademas de varios puestos de finalista en diversos Campeonatos de España. El último, el pasado fin de semana, con Bruno Comín consiguiendo la medalla de oro en decatlón en el Nacional de Torrent.
Una docena de atletas posa para la foto. Varios de ellos, con sus medallas durante este curso. El Campeonato de España supone el punto y final a la temporada antes de iniciar una próxima campaña que desemboca en los Juegos de París y muchos ya preparan estos días sus vacaciones. Y por más que se visite, se pregunte y se repregunte, sigue sonando a inverosímil que tantas medallas surjan de un lugar, La Albericia, lejos de infraestructuras más grandes y clubes poderosos. La clave es un camargués de ojos claros y mirada analítica que dirige a una treintena de atletas en pruebas de velocidad y vallas, concursos y combinadas.
«Sabe cómo trabaja mi mente mejor que yo», apunta un Bruno Comín exultante tras su oro en Torrent. Aunque ahora está en Estados Unidos y tiene allí entrenadores, «si una prueba se me atraganta le mando un vídeo y me aconseja». Con un aplomo que esconde un profundo agradecimiento Comín apunta a una de las claves de esta historia. «Es que Ramón hace esto porque quiere. Ninguno le pagamos nada. Y si alguien está involucrado con mis objetivos sin recibir nada a cambio, mi manera de devolvérselo es con trabajo y con resultados».
Las frases
David Bolado, saltador de altura «No sé qué es lo que ve en ti. Pero lo ve. Ve más que el resto y lo transmite mejor. Y sin agobiar al atleta»
Bruno Comín, decatleta «Está involucrado con mis objetivos sin recibir nada a cambio. Mi manera de devolvérselo es con trabajo y con resultados»
Paula Otí, velocista «Siempre hace que creamos que podemos. Y que nos mentalicemos de que podemos hacerlo»
Resulta sorprendente que el 'hacedor' atlético de Ruth Beitia y un reconocidísimo gurú del atletismo no haya recibido propuestas de lo más suculentas. De tal o cual federación nacional con pretensiones de mejorar aún más, de un país exótico con cuenta saneada que quiera prosperar en atletismo o de algún club poderoso. Pero no. «Nunca. Y tampoco me ha sorprendido. Este mundo es así», señala el propio Torralbo, para apuntar a uno de los posibles motivos. «Si yo me hubiese movido para encontrarlo... Pues igual sí». Pero al punto añade que no cambia nada de su trayectoria. «He vivido muy tranquilo, con mi profesión -profesor de Educación Física en la Universidad de Cantabria-. Cuando estaba con Ruth tenía una beca. Pero por lo demás, no cobro nada».
Y así desde hace más de tres décadas. «Sobre el 90», duda al echar la memoria atrás para recordar cuándo se dedicó de lleno a entrenar atletismo, ya que primero lo compaginaba con el voleibol. La trayectoria arranca incluso antes, «sobre el 80 o el 82», con un grupo de atletas que, algunos de ellos, son padres de los que entrena actualmente. Entre los centenares de deportistas que han pasado por sus manos ha habido de todo. Desde éxitos enormes a talentos desaprovechados. «Ha habido atletas en Cantabria con mucho talento, pero que hicieron especialidades en las que no consiguieron nada, o que hubiesen llegado al mejor nivel nacional en atletismo pero se cambiaron a otros deportes». Recuerda que Antonio Peñalver, plata en decatlón en los Juegos de Barcelona de 1992, «me decía que tenía uno en mi grupo que le ganaba casi siempre».
Esos ojos claros también han visto, y ven, el caso contrario. El de atletas que parece que no van a destacar mucho y al poco, explotan como grandes deportistas. «Cuando les coges están en proceso de formación y desarrollo. Y el atletismo es un deporte de paciencia. De mucha paciencia». Gestionar ese retraso en el desarrollo o una mayor «madurez genética» es complicado tanto para el propio Torralbo como para el atleta. «Porque hay gente que ha ganado porque lo ha tenido más fácil por ese desarrollo anterior y luego no aguanta el tirón de los que vienen por detrás».
En estos más de 40 años como técnico, el de Herrera de Camargo constata ahora «una explosión de calidad en los atletas». Y la razón es que «el nivel de los entrenadores ha crecido muchísimo en España. No tenemos nada que envidiar a ningún país». Si el atletismo español estaba enfocado antes «en un par de pruebas, ahora hay mucha gente muy buena en varias especialidades».
El éxito del grupo que entrena en La Albericia también viene por encauzar a un atleta a una prueba en la que incluso él o ella misma no se ve. Ahí entra en juego toda la sabiduría e influencia que Torralbo ejerce sobre sus atletas. «Suele dejar a nuestra elección la prueba. Nunca obliga a nada. Pero le hacemos caso», señala Pablo Martínez, que a sus 19 años es todo un campeón de España absoluto -en este mismo 2023- de salto de altura en pista cubierta, a pesar de ser un 'combinero'. «Siempre acierta. Y además, no se cansa», señala Paula Otí, que con 15 años tiene toda una carrera por delante en el atletismo. Velocista, su prueba son los 100 lisos. «Ramón siempre se fija en las vallas. ¡Pero yo las tengo mucho miedo!», añade entre risas. «Él insiste. Y acabará consiguiéndolo». Pero en sus frases entre nerviosas y divertidas da otra de las claves para esta historia de éxito. «Siempre hace que creamos que podemos. Y que nos mentalicemos de que podemos hacerlo».
Esa treintena de atletas que compone el grupo son en primer lugar, obviamente, personas. Con problemas en los estudios, en casa o, en su caso como deportistas, con las temidas lesiones. «Se preocupa mucho por nuestra salud», incide Andrea Tankeu, que con 15 años lleva, al igual que Paula, tres con Torralbo. «Y de los estudios o de si podemos acceder a una beca. Se preocupa en buscarme una, ¡pero nunca me la dan», añade. Junto a Paula Otí, Andrea -plata en peso en el Nacional sub-18 en pista cubierta- remarca que su entrenador «actúa de padre y psicólogo». Pablo Martínez corrobora las palabras de sus compañeras. «Tuve un par de cosillas personales y te llama, se preocupa... En mi caso me animaba a venir a entrenar».
A pesar de lo amplio y heterogéneo del grupo, no se establecen diferencias ni por edad ni por disciplinas. «Entrenamos todos con todos», afirma Bruno Comín. El buen ambiente es una seña de identidad. «Nunca hay malos rollos. Y si hay piques, son sanos», añade con una sonrisa. Los que destacan en una especialidad sirven de ejemplo y ayudan a progresar a los demás. «Así, Bolado nos hace saltar más, Jorge García -el plusmarquista regional de 100- nos hace correr más...».
Y, ¿hasta cuándo?. Con 68 años, «aún tengo ilusión y ganas», señala el técnico camargués tras una temporada «espectacular» de sus atletas. «Es mi vida, después de jubilarme». Si él no piensa en dejarlo, sus atletas ni siquiera sopesan o han sopesado estar con otro entrenador que no sea él. «Yo ya lo he dicho. Que no me voy de aquí», señala con rotundidad un Pablo Martínez con un futuro más que prometedor en el atletismo. «Tras la retirada de Ruth, no había nadie con nivel para ir a un Europeo o un Mundial. Y aquí ha estado él, para conseguir unos resultados increíbles con un grupo pequeño», concluye un Bruno Comín con la cara aún iluminada por la última medalla de oro surgida del grupo de Ramón Torralbo.
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