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El Liberbank Sinfín volvió a cometer los mismos errores que una semana antes y dejó escapar un punto en un partido en el que cuando los de Víctor Montesinos estuvieron firmes y centrados en sus acciones dominaron al Benidorm, llegando a tener claras ventajas.
De nuevo la historia fue la de un partido que tuvo los dos tiempos muy similares. Al final, los santanderinos se metieron en los últimos minutos con cinco goles, pero el desconcierto y las precipitaciones permitieron a los visitantes empatar a 32 desde los siete metros. El Benidorm supo esperar su momento y se llevo un punto de los dos que se jugaban y puede ser muy importante para sus aspiraciones de salvación de un equipo, el visitante, que lo tiene casi hecho.
Liberbank Cantabria Sinfín
Ernesto, Valles (4,1p), Darko (6, 3p), Zungri (9), POstigo, Ramiro (3), Muñiz, Siete inicial, Castro (2), Leonardo, Pla (3), Lastra, Blazquez (2), Basualdo, Lon (3).
32
-
32
Benidorm
Lario, Méndez (5), Rivero, Spiljak (2), Folques (3), Oliver (1), Rodriguez (4), siete inicial, Tercariol, José (1), Emil (3), James (6), Ivan (2), Mario (4), Gonzalo (1).
Parciales cada cinco minutos. 4-2; 8-6; 11-9; 14-10; 16-14, 18-16 (Descanso) 19-19; 23-22; 24-23; 29-24; 30-28, 32-32
Árbitros. Colmenero y Rullán, de Castilla y León.
Los primeros minutos fueron muy intensos. Los de Montesinos lograron maniatar a sus rivales para jugar cómodos y con facilidad de cara al gol. El partido discurría con una buena dinámica en el marcador para los santanderinos, y con el 10-6, con tres goles consecutivos de Zungri cuando se llegaba al minuto doce todo apuntaba bien. Pero las cosas cambiaron, ya que el entrenador visitante dio entrada al brasileño Tercariol en la portería y comenzó a virar la suerte del duelo. No había ya tantas facilidades para computar goles y ello igualó la contienda.
No hubo continuidad en el buen juego inicial y el marcador se ajustó, si bien, lo más cerca que llegaron los valencianos fue al 17-16 a falta de tres minutos para el descanso. Darko fue el encargado de aumentar la diferencia hasta el 18-16 parcial con el que se llegó al intermedio. Terminaba una primera mitad que tuvo buenos minutos, lo se reflejo en los parciales, pero a medida que pasaban los minutos y los alicantinos entraban en partido el marcador se fue igualando. Quedaba así todo pendiente por decidirse en la segunda mitad, si bien por lo visto en la primera parte los visitantes tan solo tenían que aprovecharse de los errores locales para mantenerse con opciones.
No había aficionados en La Albericia, pero a los cuatro minutos ya se vio lo que iba a pasar con el partido. La falta de ajuste en la defensa propició la igualada a 19 y todo se complicó. El juego de los santanderinos no era tan fluido como en los primeros veinte minutos y lo estaba dejando patente el marcador.
Con el 25-24 los locales lograban un parcial de 5-0 goles materializados por Lon, Ramiro Pla en dos ocasiones y Zungri. El partido estaba encarrilado con 29-24 a falta de diez minutos, un parcial de 5-0 que situaba a los sinfinistas en disposición de amarrar el choque. Pero no fue así. La imprecisiones, errores y precipitaciones de los santanderinos jugaron a favor de sus rivales, que aprovecharon para lograr un 0-4 y ponerse con 29-28 a falta de siete minutos.
Comenzaba un partido nuevo en el que el Liberbank había ido a menos y ya no tenía la claridad de ideas para atacar la defensa rival, que en esta recta final se mostró más agresiva que en los minutos precedentes.El Benidorm había comprobado que tenía opciones de puntuar y no estaba dispuesto a desperdiciarlas de ninguna manera.
El final fue una lotería. Cualquier de los dos equipos podía coger ventaja, si bien la iniciativa era cántabra. A falta de tres minutos la ventaja local era de dos goles (31-29), pero los alicantinos estaban a por todas. Porras y Lignieres lograban empatar a falta de minuto y medio y Blázquez subía el marcador el 32-31 a falta de minuto y medio. Más emoción imposible.
Con el 32-31 en contra y posesión, el Benidorm necesitaban argumentos para superar el 6-0 local y tuvo la paciencia de jugar buscando la mejor opción para penetrar entre las filas cántabras. Lo buscó por la parte derecha de su ataque y logró que los árbitros señalasen los siete metros. Con ese gol terminó el partido. Un duelo que volvió a demostrar que a los montañeses les falta gasolina para terminar los partidos y poder sumar dos puntos muy necesarios para sus objetivos. Lo mismo que ocurrió el pasado sábado.
El resultado final puede considerarse como justo, aunque en los minutos iniciales el Benidorm pareció dejarse ir, pero el cambio en la portería resultó decisiva para que los alicantinos demostrasen un mejor nivel sin hacer un alarde y saber aprovecharse de las carencias de los cántabros.
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