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A pesar de la derrota (27-30) ante una Hungría que dejó heridas a las de Imanol Álvarez, España sigue inmersa en la lucha por un puesto en el Europeo. Santander empujó a las Guerreras en un partido que desde sus compases iniciales estableció un ... ritmo muy alto al principio tanto por parte de España como de Hungría.
La intensidad sobre la pista en los primeros minutos llevó a la exclusión de Maitane, pero las de Imanol Álvarez consiguieron mantener el tipo a pesar de su inferioridad numérica. Lo cierto es que poco después, España sí supo aprovechar una exclusión rival y consiguió la ventaja en el electrónico gracias a su buen manejo en defensa por el exterior.
Dos goles a portería vacía llevaron relativa tranquilidad a las filas españolas. Con el paso de los minutos el juego fue perdiendo el ritmo del inicio y se optó por una opción más pausada. Mientras España construía un muro cada vez más alto en defensa, cortando varios ataques húngaros, Alicia Fernández asistía a sus compañeras en ataque.
Los problemas le llegaban a España con los amagos en la primera línea de las húngaras, que resultaron difíciles de defender para las Guerreras. El acierto de Merche Castellanos bajo el arco, que en los primeros once minutos evitó tres tantos, fue uno de los seguros de Imanol Álvarez sobre la pista del Palacio de los Deportes de la capital cántabra. Con dos goles arriba y en superioridad numérica, la buena defensa y las acciones de la portera manchega resultaron determinantes para encarrilar el primer cuarto de hora de juego.
España dominaba el electrónico, pero no acababa de sacar suficiente ventaja de la superioridad numérica en las acciones ofensivas ni conseguía una renta superior a dos goles que permitiera respirar con tranquilidad a las Guerreras a pesar de las pérdidas de Hungría en ataque.
Mientras, las jugadoras de Vlagymir Golovin se mantenían en el partido con jugadas elaboradas que daban muestra del potencial de las húngaras, que a pesar de su juventud no eran un rival ni fácil ni inocente.
España no iba a dejar escapar el liderato de grupo ni su imbatibilidad, así que optó por fijar los espacios en ataque y mantener esa renta de dos goles. Eso sí, los pocos errores no forzados de España, Hungría no los perdonó.
España
España: Navarro, Castellanos, Arderius, Cesáreo (3), Laura Hernández, Jenni Gutiérrez (5), Maitane (2), Lara (2), Sole López, Alicia (4), Ainhoa (2), Espínola, Lysa, Paula (4), Gascó (1) y Mireya (4)
27
-
30
Hungría
Hungría: Zsófi, Schatzi (1), Tovizi (2), Szikora, Kovás (3), Marton (1), Planeta (1), Reka Fodor, Vamos (4), Gitta (3), Kacsor (3), Bordás (4), Kuczora (1), Lukacs (1), Szandra (5) y Dora (1)
Parciales. 5-4, 8-6, 9-8, 11-10, 13-11, 15-15 –descanso– 18-17, 20-21, 21-23, 22-27, 24-29 y 27-30.
Árbitros: Sekulic y Jovandic
Las Guerreras no terminaban de encontrar el camino hacia una renta más amplia y Hungría se mantenía a flote en parte debido a los errores ofensivos españoles, con perdidas de balón arriba. A falta de tres minutos, las húngaras igualaron el electrónico. Era el momento perfecto para pedir tiempo muerto. Imanol Álvarez reclamó a sus jugadoras ataques más largos, con buenos pases y paciencia. Había que estar más finas arriba.
España desaprovechó ocasiones muy claras arriba, con lo que no sacó partido a sus buenas acciones defensivas y a las paradas de Merche. Las húngaras, muy fuertes en los tiros exteriores, aprovecharon sin piedad los errores en ataque y la mala elección de tiro de las Guerreras, así que el choque llegó al descanso igualado (15-15).
Tras el paso por vestuarios, Mireya González, una de las jugadoras más activas ayer sobre la pista, aprovechó la primera acción tras el descanso para adelantar a una España que necesitaba mantenerse igual en defensa y precisar algo más arriba para llevarse el partido.
Las Guerreras, con problemas para encontrar buena posición de tiro, lo solventaron con el acierto de algunas jugadoras como Maitane Echeverría o la propia Mireya. Hungría, haciendo mucho daño en las zonas exteriores, empezó a tomar distancia en el electrónico. Solo el acierto de la gallega Alicia Fernández y un lanzamiento al poste de la selección de Vlagymir Golovin dio aire a una España que seguía sin encontrar la eficacia anotadora, mientras se internaba en una fase del partido en la que Hungría tomaba ventaja gracias a su intensidad defensiva.
La mayor eficacia en ataque de las húngaras resultó determinante y, aunque España mejoró, no fue suficiente a pesar de las buenas acciones de Merche Castellanos. Imanol Álvarez optó por cambiar de sistema defensivo, pero no dio el resultado esperado. Las Guerreras marcaban, pero también lo hacían las húngaras, y ese intercambio de goles a España no le servía de nada. Además, las grandes actuaciones de la portera húngara reducían aún más la efectividad goleadora española.
A falta de cinco minutos para la bocina final, Hungría subió el 24-29 y la situación ya era prácticamente insalvable para una España que poco más pudo hacer y cayó por tres goles (27-30).
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