El Liberbank suma dos puntos que valen oro

El partido comenzó con un 3-0, pero los gallegos pronto demostraron que no habían venido a regalar nada y a los seis minutos el parcial era de 3-2. A partir de ese instante la ventaja de los santanderinos comenzó a fluctuar entre los dos, tres y hasta cuatro goles. Pero los cántabros estaban agarrotados y no lograban hacerse con el partido. La dinámica obligó al entrenador del cuadro gallego a realizar cambios en su defensa inicial 6-0 a una 5-1, con Daniel Fernández como avanzado. A medida que pasaban los minutos los dos equipos se mostraban atascados. Algunos jugadores locales tenían oportunidades de buscar la portería rival una vez superada la defensa, pero no tomaban la determinación de lanzar, y eso que los porteros del cuadro gallego no presentaban unos buenos datos estadísticos.

Con diferentes alternativas en el marcador los dos equipos buscaron el intermedio para recomponer el juego, que en la primera mitad había pecado de soso. Solo la banda de música animaba el ambiente del pabellón santanderino, ya que el juego que ofrecieron durante la primera media hora los dos equipos fue muy aburrido. El Sinfín parecía temeroso ante un rival de bajo potencial, hasta el punto que se le podría valorar como el de menor nivel que ha pasado por La Albericia. Al descanso se llegó con 14-11.

Tras el paso por vestuarios el Cangas de Morrazo quiso llevar mayor incertidumbre a la parroquia local y con un 0-2 comenzó su escalada para alcanzar el empate a 17 a los ocho minutos. Una igualada que se rompió gracias a Ramiro y Zungri, que subieron al marcador el 19-17.

Los gallegos se acercaron de nuevo con el tanto de su lateral izquierdo, Iglesias. Con el 20-18 en el ecuador de la segunda mitad los jugadores santanderinos se olvidaron de las consignas y el miedo a jugar de cara a la portería y los goles de Zungri (2), Vladislav Ostroushko (2), y Barco (2) abrieron el marcador hasta el 25-19.

Ignacio Moyano, técnico del Cangas de Morrazo, se resistía a pedir tiempo muerto, pero finalmente lo hizo y ordenó una defensa individual para tratar de recuperar balones, aunque a falta de seis minutos para el final no le dio resultado ya que no quedaba tiempo. Ostroushko y Barco habían aprendido la lección para desmarcarse de la presión rival y con dos goles sentenciaron el resultado final, 31-25.

Los santanderinos se sitúan fuera de los puestos de descenso con esta victoria, pero si quieren materializar la permanencia deberán mejorar la defensa, ya que hay demasiadas grietas entre los jugadores. No hacen apoyos y ayer el trabajo ante un equipo como el gallego se limitó a esperar al rival y acompañar con los brazos, cuando los buenos defensores trabajan más con las piernas en basculación y con muchos apoyos, pero lo más importante ayer eran los puntos en juego para la lucha por la salvación y se lograron. El Sinfín se enfrenta al Ademar de León el miércoles en La Albericia. Es un partido aplazado en su día por el covid, pero el cuadro de Manolo Cadenas no dará tantas facilidades como el Cangas.