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A finales de la primera década del siglo XXI en el Palacio de los Deportes de León había un niño que soñaba con jugar en Asobal. Isi Martínez (León, 2000) sabía a dónde quería ir y cómo llegar, sólo quedaba no rendirse y nunca darse ... por vencido, rasgo que quedó en su ADN leonés y que imprime en la pista al Bathco Torrelavega cada jornada. Ahora el central naranja posiblemente se pellizque en el brazo cada mañana para comprobar que no solo juega en la élite del balonmano nacional, sino que lo hace como uno de los referentes de los torrelaveguenses, que ocupan la cuarta plaza de la clasificación. A título personal, además, el central naranja ha sido uno de los candidatos a mejor jugador del mes de febrero. «A mí esto me lo cuentan hace cinco años, cuando llegué a Torrelavega, y no me lo creo», dice Isi entre risas. El narrador deportivo Andrés Montes aseguraba que todos los jugones sonríen igual y es verdad. El leonés del Bathco Torrelavega llevó al éxtasis al Vicente Trueba en el partido ante el Benidorm en el último segundo con una vaselina que cruzó el 40x20 tras aprovechar el error técnico de Lignieres, central de los alicantinos. El acierto de Isi subió el empate (33-33) al electrónico y permitió a los de Álex Mozas llegar al parón de la competición en puestos europeos.
-Cuénteme ¿cómo se desata el delirio a todo un pabellón en el último segundo antes de la bocina final?
-Después de los pasos de Lignieres, Mile -Mijuskovic, meta del Bathco- me dio el balón, mire hacia la portería y durante un instante pensé si pasárselo a Jorge -Prieto, extremo izquierdo naranja- o lanzar yo. No había tiempo que desperdiciar así que, al final, disparé y entró.
-Ese gol supone aferrarse a un cuarto puesto que sabe a Europa. Ahora hablar de permanencia se queda pequeño.
-Como dicen en el fútbol, la permanencia la tenemos virtualmente asegurada, así que puestos a soñar, que sea con Europa. Luego ya será la propia competición, con el paso de las jornadas y los partidos, la que nos ponga ya donde sea.
-Habla de soñar, pero Europa ahora mismo es una opción perfectamente viable.
-Lo que queremos es sacar nuestro máximo rendimiento como conjunto, como grupo, como equipo y que eso se refleje en los puntos. Después, la clasificación ya dirá donde está el limite, pero por el simple hecho de estar salvados, que era nuestro objetivo principal esta temporada, no vamos a dejar de competir ni de buscar nuevas metas.
-Se puede pescar perfectamente en las aguas revueltas que bajan por Ademar, Bidasoa y Ciudad de Logroño.
-Sí, sí. Es cierto que Bidasoa, Ademar y Logroño -los tres equipos que los persiguen en la tabla y diseñados para entrar en competiciones continentales- no llevan una temporada muy regular, pero también nosotros somos conscientes de que podemos palmar contra cualquiera. Está todo muy igualado y los partidos se deciden por detalles mínimos.
-Cuartos en la Liga, opciones de plaza europea, a un partido de acceder a la fase final de la Copa del Rey... ¿Estaba en los planes o es una sorpresa?
-Era difícil a principios de la temporada saber que nos íbamos a ver tan bien a estas alturas. Estamos donde estamos porque nos lo hemos ganado y tenemos que disfrutarlo porque quién sabe cómo va a acabar esto.
-Lleva cinco temporadas en Torrelavega. ¿Cómo ha evolucionado el Bathco hasta llegar aquí?
-Con Álex Mozas de entrenador, la idea de juego siempre es la misma. Desde que estábamos en División de Honor Plata -el Bathco ascendió a Asobal hace dos temporadas- el juego pasa por una defensa consistente y que nos permita correr para imprimir rapidez y velocidad. Pasan los años y te vas adaptando a las nuevas situaciones que llegan, evolucionas, hay más matices tácticos... Pero siempre con una identidad de juego muy clara porque es lo que somos y en lo que creemos.
-Su entrenador, Álex Mozas, habla de usted como el jugador que mejor representa su idea de balonmano. ¿A qué cree que se debe esa analogía?
-Siempre me identifico con pelear hasta el final y tener un espíritu combativo en la pista e intento priorizar el juego colectivo sobre las individualidades. Eso es lo que nos hizo fuertes y, a pesar de las bajas por lesiones como las de Jaime Gallego y Adrián Fernández, el equipo sigue siempre adelante porque el poder está en la unión de todos. Todo el mundo en esta plantilla es importante y cuando algo le sale mal a uno siempre hay un compañero para solventar la situación. No hay mal rollo cuando todos empujamos en la misma dirección.
-Al Bathco le va bien y a usted también: tercer máximo anotador del equipo -67 goles en 16 partidos-, candidato a mejor jugador de febrero de Asobal, referente en la pista y líder del vestuario...
-A todo el mundo le gusta sentirse reconocido y ver que valoran tu trabajo, pero me parece injusto en relación al equipo. Mi foto está ahí, pero hay compañeros como Oswaldo Maestro, Nico Colunga o Mile Mijuskovic que han jugado auténticos partidazos.
-Su progresión es tan ascendente como la del equipo ¿Dónde está su límite?
-El debut en Asobal fue difícil y lo sufrí bastante aunque conseguí una confianza en mi juego y una sintonía que me llevó a cerrar una buena temporada. Luego, el año pasado tuve la lesión en el pie y esta campaña la del codo. Finalicé bien la primera vuelta y ahora estoy volviendo a entrar, de nuevo, en mi juego.
-Y ahora en el horizonte el Bada Huesca, el último escalón antes de la fase final de Copa del Rey
-Toca recuperar a la gente que está tocadilla para la eliminatoria. Desde principio de temporada el objetivo prioritario es la permanencia, pero la Copa se juega en Santander y sería histórico para el club estar entre los ocho finalistas. Es otra meta más.
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