El Sinfín se hunde un poco más

Los santanderinos arrancaron veloces (4-2) y enseguida doblaron en el marcador a los valencianos, que tardaron en espabilar sobre la pista de la capital cántabra. Los de Garabaya tomaron la delantera, pero no se había llegado ni al ecuador de la primera mitad cuando Puerto Sagunto empató para meter en problemas a un Blendio Sinfín y obligar a Garabaya a detener el juego después de perder la ventaja que tenían y verse dos goles por detrás en el marcador (8-10) cuando solamente se llevaban trece minutos en el electrónico.

El acierto bajo palos de Israel Marín dio un respiro a los santanderinos, pero la defensa no acababa de engrasar las piezas (9-12). No era una distancia insalvable todavía, así que Blendio Sinfín solo tenía que centrarse y acortar distancias antes de llegar al descanso. Los santanderinos, fieles a su carácter combativo, iniciaron la remontada y Luis Pla, desde los seis metros, dejó a los de negro a un tanto de distancia (11-12), que obligó a Antonio Malla a pedir tiempo muerto para romper la dinámica ascendente de los sinfinistas y dar un tirón de orejas a sus pupilos, que no acertaban ni en defensa ni en ataque. A nadie le extrañó en La Albericia que Diego Monzón subiese el empate (13-13) y el Blendio Sinfín enfilase los últimos compases de la primera mitad con opciones de llegar por delante al descanso. Marcos Aguilella y una doble diana de Jacobo Díaz permitieron a los santanderinos abrir un hueco (16-13) que les permitió poner rumbo a vestuarios con cierta tranquilidad de cara a la segunda parte de un partido en el que necesitaban una victoria para seguir con vida en Asobal.

El reinicio explosivo del Blendio Sinfín aupó a los santanderinos cinco arriba (19-14) con un Puerto Sagunto que prácticamente estaba noqueado en la lona antes de encarar el segundo tercio. Los valencianos eran una sombra en relación a la imagen que dieron en la primera mitad y los sinfinistas lo aprovecharon para encarrillar un triunfo (21-15) que no solventaba los problemas de descenso, pero que hubiera dado un respiro en la pésima dinámica en la que están inmersos los de Rubén Garabaya. El monólogo sinfinista se mantuvo. Los de la capital cántabra se gustaban sobre el 40x20, con dos puntos que venían muy bien a su famélico casillero. Pero perdieron la renta de seis goles a favor (23-19) y el técnico sinfinista no lo dudó. Tarjeta verde sobre la mesa y charla a sus jugadores para recomponer las ideas y evitar que se relajasen en el último cuarto de hora de partido ante un cuadro valenciano al que habían dado por muerto, pero que seguía dando problemas.

Marc López rompió la sequía goleadora, lo que unido a las paradas de Israel Marín, permitió calmar las aguas a favor de un Sinfín (24-21) que parecía ganador, pero que al final perdió su ventaja y acabó cediendo un empate (27-27) que les dejó un regusto amargo.