El Sinfín vence y convence en Laredo

La primera mitad concluyó en tablas, con Diego Monzón logrando igualar a diez desde los siete metros después de ir todo el tiempo por detrás en el marcador. Lo cierto es que le costó a los de Rubén Garabaya ver puerta y se pasaron los primeros siete minutos del encuentro sin marcar, con el Helvetia Anaitasuna tres tantos arriba. El técnico de los de negro, descontento con la actuación de los suyos, les pidió mayor intensidad, ya que no quería que los navarros se les escapasen en el marcador a las primeras de cambio.

Esa falta de gol del Sinfín no se debió solo a su desacierto en ataque, sino también a la buena disposición defensiva de un Anaitasuna que echó el cerrojo y desbarató la mayor parte de las acciones de los de Santander en el primer tercio de juego antes del descanso. Poco a poco, sustentados en la gran actuación bajo palos de Ernesto, que evitó que los de verde ampliasen la diferencia, los jugadores del Sinfín encontraron el camino del gol, gracias al buen desempeño en ataque de Basualdo, Perbela y Leo Alonso.

A pesar de los esfuerzos de los de Garabaya, el Anaitasuna no flaqueó en ataque y llegó a tener a su favor una renta de cuatro goles en varias fases del partido, en buena parte debido a las actuaciones de Arthur, Mikel Redondo e Ibai Meoki. Pero el Sinfín, lejos de bajar los brazos, en la recta final de este primer tiempo elevó su ritmo de juego, mejorando en defensa y ganando en intensidad en ataque, recortando poco a poco la diferencia de cuatro tantos, con Sergio Rubio y Perbela inspirados, y llegó casi en la última acción del juego a obtener el empate.

Salió muy fuerte el Sinfín de vestuarios y consiguió ponerse por primera vez por delante en el marcador. Como un ciclón, el conjunto de Rubén Garabaya, apoyado en la gran labor del debutante Mohamed Ali bajo palos y en un Alberto Pla espectacular al contragolpe, llegó a alcanzar una renta de siete tantos a favor en el ecuador del segundo tiempo, dejando al equipo de Quique Domínguez contra las cuerdas. Pero los navarros reaccionaron y recortaron la desventaja hasta situarse a tres goles. Aún había partido. Sin embargo, los santanderinos tuvieron aplomo, consiguieron aguantar su ventaja y se llevaron el partido y el título en Laredo.