El Unicaja mantiene un hilo de vida

Lo cierto es que el partido comenzó con muchos nervios. Unicaja Banco Sinfín y Recoletas Valladolid se jugaban unos puntos vitales para su permanencia en Asobal teniendo, además, en cuenta que a santanderinos y pucelanos les espera un final de Liga muy duro. Los castellanos comenzaron fuerte durante los primeros compases del duelo y aprovecharon una pérdida del Sinfín para marcar a la contra y abrir el electrónico. David Pisonero plantó sobre la pista de La Albericia un equipo muy bien posicionado desde el inicio, que no dudó en aprovechar las pérdidas y las imprecisiones de un Sinfín que en ataque tardó en dar con la tecla adecuada.

Los de Víctor Montesinos fueron despertando poco a poco mientras el Recoletas Valladolid se mantenía firme en ataque, lo que impidió a los de negro acortar distancias en un marcador que mantenía una clara ventaja visitante. Ese era el momento para solventar el primer gran problema del partido. El Unicaja Banco Sinfín tenía que evitar esa soltura en ataque de un Recoletas liderado por Ramos, Serrano y Camino, que lucía fuerte y seguro en sus acciones ofensivas.

Con la grada clamando, el Sinfín superó el mal arranque de partido para reengancharse superado el primer cuarto de hora, mientras Montesinos pedía a sus jugadores apoyos en defensa para dificultar la movilidad del Valladolid e impedir que las transiciones rápidas del Recoletas siguieran haciendo daño a los santanderinos. Con siete abajo, Montesinos no esperó más y solicitó un tiempo muerto en el que pidió cabeza fría en el ataque tras un apagón general del Unicaja. La consigna estaba clara: había que recuperar la buena defensa y sumar más en ataque para meterse en el partido. Tras el tirón de orejas, el Sinfín logró un parcial de 1 a 3.

El Unicaja Banco redujo a cuatro la distancia y se metió en el partido gracias a sus transiciones y mejora en defensa, lo que resultó clave para su recuperación. El Recoletas Valladolid, por su parte, con su defensa abierta facilitó el movimiento de los jugadores más ágiles y rápidos del Sinfín. Las penetraciones santanderinas hicieron daño al Recoletas. Llegar tres abajo al descanso (13-16) no era mal negocio.

La vuelta a la pista azul de Asobal arrancó con remontada del Sinfín. Todavía por debajo en el marcador, pero con opciones. El Recoletas, en cambio, volvió más lento, lo que contrastó con la rápida defensa santanderina. El Unicaja Banco se puso a uno, mientras que el Valladolid desaprovechaba su ventaja y comenzaba a tener problemas en su transición ataque-defensa. Así que el empate subió al electrónico y empezó otro partido. Uno en el que los santanderinos no tenían intención de ceder ni un metro, mientras estaban inmersos en una segunda parte muy distinta a la primera cuando parecía que lo tenían todo perdido.

A falta de un cuarto de hora, el Sinfín tomó la delantera en el luminoso por primera vez en todo el partido (24-23). El Valladolid, por su parte, necesitaba contener a Malus, que se convirtió en una pesadilla para la defensa visitante. La igualdad predominó en el tramo final al igual que los errores en ataque y defensa de ambos contendientes, hasta que la bocina repartió los puntos con un empate que no dejó contento a nadie sobre la pista.