Víctor Montesinos, pendiente de circunstancias personales para renovar con el Unicaja

El presidente del Unicaja, Servando Revuelta, explicó este martes que el entrenador ya le había informado de la situación a finales de noviembre, y se muestra confiado en que pueda continuar en Santander, como es el deseo del club. Sin embargo, no ha aceptado por ahora esa oferta formal de dos años más de contrato que le ha hecho, a la espera de resolver asuntos personales que pueden obligarle a regresar a Andalucía.

En circunstancias normales Montesinos continuaría sin ninguna duda enSantander, máxime si el equipo consigue la permanencia enAsobal. El proyecto del Triana, que no necesariamente saldrá a la competición con ese nombre, es muy sólido al contar con el apoyo delSevilla CF, pero la posibilidad de seguir entrenando en la élite y los buenos resultados obtenidos hasta ahora también pesarán en su decisión.

Sin embargo, el entrenador debe resolver un asunto familiar y amarrar la gestión del negocio agrícola que tiene en Andalucía antes de dar el sí al Unicaja, cuya plantilla para la próxima temporada ya está planificando, según explica el propio Revuelta.

En caso de abandonar Cantabria Montesinos puede optar entre aceptar la oferta sevillana o buscar acomodo en algún equipo cordobés, pero en ningún caso tendrá opciones de entrenar enAsobal, puesto que de salir de Santander solo lo hará, según ha informado al club, para poder regresar a Andalucía.

Por el momento, y a la espera de poder resolver esas necesidades personales, Montesinos sigue trabajando con normalidad tanto en las jornadas que restan de Asobal como en la planificación de la próxima temporada, en ese caso con las dificultades añadidas de no conocer su propio futuro ni poder asegurar aún en qué categoría jugarán los santanderinos en la próxima temporada.

El cordobés llegó a Santander en sustitución de Rodrigo Reñones procedente del Palma del Río, también de División de Honor Plata, y ha dirigido durante dos temporadas al Unicaja. En la primera de ellas, en la que la Asobal se redimensionaba tras un curso 19-20 en el que no hubo descensos, amarró la permanencia, y en esta segunda tiene a los cántabros fuera de las dos últimas plazas, aunque con una exigente recta final para cumplir el objetivo de no perder la categoría.