Perbela: «He vivido todo con un poco de ansiedad, porque el tránsfer no salía»

-El suyo ha sido un fichaje muy largo y esperado, con varios retrasos por el consentimiento de su equipo y el tránsfer. ¿Cómo lo ha vivido?

-Pues con un poco de ansiedad, porque el tránsfer y el visado no salían. Después llegó el visado, pero vino el Mundial de clubes y hablé con la gente del Sinfín para jugarlo. Cuando el Mundial acabó pude venir y la verdad es que me he sentido muy bien recibido.

-¿Cuándo recibió la oferta del Unicaja?

-La verdad es que fue el año pasado, pero allí estaba en mitad del campeonato y decidí esperar; aún no quería dejar el equipo. Después, al comienzo de la temporada siguiente, volví a recibir la oferta y ahí les dije que sí, que vendría, solo que era para venir en enero y se realizó la contratación de otro jugador.

-Entre tanto llegó la clasificación para el Mundial de clubes en Arabia Saudí. ¿Cómo fue?

-Fue una experiencia inexplicable. Jugar ante los mejores equipos del mundo, viendo a los mejores jugadores, haciéndolo fácil... No hay mucho que hacer, solo mirar y aprovechar.

-¿Conocía algo de la Asobal además de, naturalmente, al Barça?

-Sí, conocía prácticamente a todos los equipos. Veía partidos de la Liga por la aplicación. También tengo amigos jugando en Asobal y ellos me hablaban muy bien de la competición y me animaban diciéndome que sería una bonita experiencia y un aprendizaje.

-Debutó justo en el derbi contra el Bathco. ¿Qué le pareció el ambiente de La Albericia?

-Fue surrealista. En Brasil no hay mucho público en los partidos. Estando en Brasil nunca vi un pabellón con tanta gente como aquí, incluso en São Paulo. Cuando vi aquello quedé encantado.

-Sabe que habrá partidos con mucho menos ambiente...

-Sí, lo imagino; el otro día era un derbi. Pero por lo menos hay una torcida, una hinchada que se ve fiel, apoyando y animando al equipo. La pena es que no fue nuestro mejor partido y perdimos.

-Debutó con un gol en la primera jugada, pero luego el partido se dio mal. ¿Tenía muchas ganas de demostrar cosas?

-Tengo muchas ganas y mucho que dejar en el pabellón, pero eso va a ser el día a día; entrenar y entrenar y entrenar, y los resultados saldrán, naturalmente.

-¿Pesa la responsabilidad de llegar a un equipo en el que debe ser la referencia, en especial en la segunda línea?

-No, tampoco pesa tanto. Yo lo que tengo que hacer es disfrutar y hacer lo que sé mejor, que es jugar a balonmano.

-¿Cuándo empezó a jugar?

Tenía nueve años, y fue en mi ciudad del interior de Paraná, donde hice toda mi infancia. En 2014, cuando tenía 17 años, el Sport Clube Pinheiros me contactó, pero yo todavía estaba estudiando y mi madre no me dio permiso. Cuando acabé los estudios en 2015 ya pude ir a São Paulo, donde he estado hasta ahora.

-¿Qué tal el idioma?

-Entiendo más de lo que hablo, pero día a día estoy practicando y la gente me ayuda. Siento que poco a poco voy a mejorar.

-¿Y la ciudad? ¿Ha tenido tiempo de conocer Santander? Sus compañeros le habrán enseñado algo...

-Sí, Dijá -su compañero, también brasileño- me ha enseñado algunas playas. Me gustó mucho la del Sardinero, pero todavía me queda mucho por conocer.