Norberto Ortiz vive la asamblea más tranquila de su mandato

La cita arrancó en segunda convocatoria y con la presencia de 30 de los 50 asambleístas, una asistencia baja, aunque habitual en las reuniones bolísticas. La reunión tenía un orden del día cerrado en el que no se admitieron propuestas de los grupos de trabajo o los miembros de la asamblea, dado que se entendía que todas las aportaciones habían sido debatidas en la de octubre, cuando, eso sí, la mitad del cónclave era diferente.

La explicación del balance económico y el informe del presidente acapararon buena parte del tiempo de la reunión. El encargado de enseñar las cuentas fue Juan Carlos Alba, profesional externo que se ha encargado de la tarea los últimos años y que afrontaba su última asamblea dado que se jubila. El balance de 2022 arroja un déficit de 32.000 euros, achacables a la falta de ingresos ante el aumento de los gastos imputables a las ayudas federativas a peñas y jugadores en forma de dietas. Y es que más allá de las aportaciones institucionales y del acuerdo con el Banco Santander la Federación apenas tiene ingresos privados o, al menos, no son suficientes para equilibrar el balance. Según Ortiz el equilibrio tiene que llegar por un aumento de los ingresos institucionales, especialmente de los ayuntamientos.

El informe del presidente fue el otro punto del día que se llevó la atención, al menos en cuanto a tiempo invertido. Ortiz repasó la actividad del ente que preside durante los últimos meses y la relacionó con los puntos de su programa electoral. Sin mencionar los problemas surgidos durante 2022, además sacó pecho por el aumento de la partida gubernamental destinada a la Liga Bolos en Femenino (1.400 euros más), y por los patrocinios ligueros, entre ellos el de El Corte Inglés, donde deberían volver los bolos el próximo año en busca de mayor visibilidad.