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28 de octubre. La edición número 30 del Ciclocross de Llodio abre la Copa de España de esta especialidad. El valenciano Felipe Orts, con su victoria, mandaba un aviso a sus rivales de que será el gran rival a batir en esta prueba. A ... casi tres minutos, en la décima plaza, entra un cántabro, Ismael Esteban (Torrelavega, 1983). En teoría, una mala posición para el vigente campeón de España del asunto. Pero ni ese maillot de campeón nacional que porta con orgullo, ni sus brillantes actuaciones en pruebas de la Copa del Mundo o los Mundiales de ciclocross valen más para él que ese décimo puesto en la prueba alavesa. No puede estar más feliz al cruzar la meta. «La mejor carrera de mi vida», dice sin dudarlo. Ese ciclocross, uno más en la trayectoria de cualquier otro, para él era el primero de la que ya es su tercera oportunidad en este deporte.
Todo ocurrió hace poco más de dos meses. En un gimnasio, Isma estaba con una máquina para hacer sentadillas. «La máquina del demonio», la califica entre risas. Algo debía estar mal enganchado y los 150 kilos que tenía como peso «me agacharon hasta abajo. Me doblaron como una hoja de papel», apunta el campeón de España. El resultado, una vértebra rota y otra aplastada. Una avería muy seria en toda regla. Ni siquiera importaba que la temporada de ciclocross estuviese ya cerca. «Me pude quedar en una silla de ruedas».
Toda la magia de la que es capaz Valdecilla acudió en rescate de Esteban. En esas operaciones poco invasivas y que a los pacientes les suenan casi a ciencia ficción los médicos «actuaron en esas dos vértebras. Digamos que tengo cuatro amarradas». Esteban ya estaba andando al día siguiente, «aunque ha habido que sufrir un poco». Y comenzó a trabajar con un objetivo: volver a subirse a la bici.
Junto a sesiones de rehabilitación en Ramales de la Victoria -«voy tres veces por semana»- Ismael comenzó a subirse a la burra de ciclocross. Al principio, con el manillar un poco más alto porque no encontraba postura. «Ahora ya estoy en la postura de siempre, aunque ha habido que currárselo».
Después de que todo quedase en un susto mayúsculo, el trabajo para volver a ser ciclocrossista dio sus frutos en esa prueba de Llodio. Esa «mejor carrera de mi vida. Si volver a andar en bici ya era un logro, en Llodio yo ya flipaba», reconoce emocionado Isma. «No estaba seguro de que pudiese correr más con esa gente». La décima plaza le supo a gloria y abrió las puertas a pensar en una temporada de ciclocross como las de siempre, aunque con objetivos a medio plazo. Porque aún no está todo afinado. «En Llodio, al ser un circuito seco, los baches me molestaban mucho. Y el fin de semana pasado en Carranza, con mucho barro, me daba miedo correr a pie. Hay que mejorar sobre todo en cuanto a la cabeza. Me falta coger confianza en carrera. En las primeras vueltas aún me da un poco de reparo, con todo el lío de corredores. Aunque en las siguientes voy ya bien. Me falta cambiar el 'chip' para empezar a ganar».
Con esa intención de recobrar confianza, la Copa de España -quedan sólo dos pruebas- servirá para que el vigente campeón nacional vaya recobrando esa confianza. Sus miras están puestas en diciembre y enero, en pruebas de la Copa del Mundo. También en enero está el Campeonato de España en Legazpia. «Quiero ganar otra vez el título». Y en febrero, el Mundial de Valkenburg, donde espera llegar «al 120%», dice entre risas.
Ese accidente en el gimnasio estuvo a punto de truncar, además, un proyecto de lo más bonito para el torrelaveguense. Porque Esteban forma parte del primer equipo Continental UCI de ciclocross que ha habido en España. En su primer año de existencia, el Ginestar-Delikia integra en su estructura a tres ciclocrossistas: Felipe Orts, Elena Lloret y el propio Ismael Esteban. «Es un proyecto en el que me apetecía estar», añade el cántabro. Y que le ha permitido dedicar todo su tiempo a este deporte, a diferencia de otras temporadas en las que compaginaba el ciclocross con su trabajo en una tienda de bicicletas. «Por lo menos ahora, estoy viviendo del ciclocross», gracias a una experiencia única en España y con pocos ejemplos fuera. «Apenas habrá una docena de equipos así en todo el mundo». La idea es crecer como equipo «e incorporar a algún corredor más en el futuro».
Este fin de semana la Copa de España llega a Elorrio, en Vizcaya. Una carrera en la que 'Isma' Esteban se ha marcado como objetivo ser «un poco más agresivo». Un peldaño más para que regrese aquel chaval que en 2004 y 2005 ganó el Nacional sub-23. El hombre que volvió, una década más tarde, para disfrutar del ciclocross y para ganar el año pasado el Campeonato de España élite. La determinación de Esteban es seguir con esa historia de éxito en su deporte, por mucho que esa «máquina del demonio» se empeñase en terminarla.
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