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Cuatro gotas empezaban a caer sobre el parque Conde San Diego. Quizá un aviso. El muro del recinto y sus enormes árboles impiden ver más allá y los nubarrones que cubrían Cantabria más hacia el sur. Para los novatos en esto de Los 10.000 del Soplao, quizá mejor. Porque la decimosexta edición de la prueba tendrá este sábado –lo más probable– un invitado habitual en muchas de sus ediciones. Se augura mal tiempo. Agua, tormenta... Habrá que ver el frío que pega en lugares como el alto de la Cruz de Fuentes, con sus 1.272 metros de altitud, la cima más alta para los participantes en la prueba estrella, la de bicicleta de montaña.
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La modalidad con la que comenzó todo allá por 2007 es la que más participantes –que afrontarán un recorrido de 150 kilómetros– volverá a reunir. Repite trazado respecto al año pasado y en él vuelve a estar esa doble ración de Negreo. Se esperan casi 5.000 entre todas las modalidades y este viernes, en la campa de recogida de los dorsales, de 'bikers' había hasta los 2.200. Antes de las cuatro y media de la tarde ya había un buen número de personas aguardando pacientemente. Un toque de silbato daba la señal a esa hora y comenzaba el reparto. El pasaporte al infierno. El primero en una de las filas era el madrileño Raúl Rodríguez. Venía desde Parla a por su quinto Soplao. «He terminado dos y en las otras dos, me he quedado en el intento», reconocía entre risas. «Vengo a por el desempate». Con la experiencia de esas cuatro ediciones, siempre a lomos de su bici, torcía el gesto a la hora de hablar de lo que espera hoy en el 'prao'. «Lo veo fastidiado por el tiempo·, asentía. «Y además, estoy un poco resfriado». Por todo eso, el objetivo en ese desempate consigo mismo no es otro que «acabar» en un reto que ya tiene en mente hace tiempo. «En diciembre ya cogí alojamiento. Aquí, en Cabezón».
Entre todas las modalidades, unos 5.000. Casi la mitad de ellos en la prueba de bicicleta de montaña.
Será a las ocho de la mañana de este sábado, excepto los participantes de la ultramaratón, que salieron en la pasada medianoche.
La prueba más multitudinaria, la de BTT, pasa por sitios como El Moral, Bárcena Mayor, Ozcaba –en el puerto de Palombera–, Renedo de Cabuérnga o Puentenansa.
José Abarca hacía de portavoz de un buen grupo de valencianos, trece en total. Todos amigos y llegados de la localidad de Oliva. Él es el veterano del Soplao, «con dos ultramaratones en las piernas. Pero esta vez vengo de organizador», apuntaba. Todos sus amigos –han alquilado una casa grande en Quijas– iban a participar en esa ruta a pie que ofrece dos distancias, 49 y 40 kilómetros de recorrido. «Es una carrera mítica, espectacular. Para que lo disfruten». José no perdía el buen humor ni siquiera con la mala previsión meteorológica. «Ha habido años peores».
Con su uniforme del Team Bike Ankay venían de la localidad pacense de Monesterio José Manuel Garrote, Quico Hidalgo, Juan Luis Villalba y Nicolás Montero. Con pinta de buenos 'bikers', reconocían que eran debutantes en el Infierno Cántabro. «Nos han dicho que vamos a pasar frío», señalaban los cuatro entre muchas risas. El papel de 'favorito' entre los cuatro se lo daban a Nicolás. «Él va a hacerlo en ocho horas y los demás, en 15», añadía José Manuel entre el jolgorio de sus compañeros. Pero no podían estar más atento a los nombres que se van a encontrar este sábado. El Moral, Bárcena Mayor, la subida a Fuentes y ese posible frío que se puedan encontrar allí... Alojados en Oreña, reconocían más en serio que el objetivo no es otro que «terminar».
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La inexperiencia de los cuatro extremeños contrastaba con la veteranía de un cántabro –de Solares–, José Antonio Cobo. Porque acumula ya con la de hoy doce ediciones del Soplao. Esa experiencia en el Infierno Cántabro también le hacía torcer el gesto sobre lo que espera en el día de hoy. «Mal tiempo», auguraba. Así que era cosa de tomárselo con calma y no tener otro objetivo que «acabar sin más. Llegar antes de las doce de la noche». Junto a él, Rodrigo, su hijo de siete años, jugaba con un amigo. Y ahí va un reto para dentro de unos cuantos años. «Quiero ir con él alguna vez».
Ese reto de José Antonio es de futuro. Para hoy mismo, el madrileño Javier Duque tiene uno consigo mismo. Debuta en Los 10.000 del Soplao tras «una lesión de rodilla. Es un reto de superación». Pero no estará solo en el Infierno Cántabro. Su hermano Pablo, «que ya ha participado en tres o cuatro ocasiones, me hará de liebre» sobre la bici de montaña, Su pareja, Ángela Guzmán, preguntaba por un buen sitio para ir a animarles. Al ver el buen ambiente que había en Cabezón, se planteaba otro reto para ella. «A ver si en 2025, en la prueba de correr...».
Los 10.000 del Soplao reunirán este sábado a esos 5.000 participantes en ocho modalidades. Desde la veterana de la bicicleta de montaña hasta la novedad del Speed Trail, una carrera de poco más de 21 kilómetros que llevará a sus participantes desde la salida en Cabezón hasta montes por Mazcuerras para regresar a la Avenida de Cantabria. Junto a ellos, los participantes en e-bike, gravel, maratón, ruta a pie y ruta adaptada. Todos partirán desde el arco de salida y meta de esa avenida de Cabezón al ritmo del 'Thunderstruck' de AC/DC que pone los pelos de punta a esas ocho de la mañana. Aunque el himno oficial de la carrera habrá sonado unas horas antes. En la medianoche del viernes al sábado habrán tomado la salida los valientes de la ultramaratón, que podrán optar por dos recorridos, 75 y 110 kilómetros. Ellos serán los que primero comprobarán cómo se va a desarrollar la jornada. Y para ellos será el privilegio de ver amanecer en los montes de Cantabria.
Por delante, un día que ya es un clásico del deporte cántabro. Con miles de personas por los montes animando a los suyos. Ese pórtico de números rojos aguardará paciente a que bajo él crucen todos aquellos que reten al Infierno Cántabro. Cada uno a su ritmo y con su particular historia. Desde quienes se den mucha prisa en terminar su prueba a los que inviertan un montón de horas en completarla. Los 10.000 del Soplao es el lugar ideal para completar los retos hechos a uno mismo.
Los que torcían en gesto en Cabezón de la Sal tenían razones para ello. Porque la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología es, directamente, mala. Lluvia a la hora de inicio de la carrera. Y conforme pasan las horas, los símbolos de tormenta piden paso en toda la región. «Cielos nubosos o cubiertos con lluvias débiles y chubascos que ocasionalmente podrían ir acompañados de tormenta, más probables por la tarde cuando podrían ser localmente fuertes en la Cordillera. Cota de nieve en torno a 1.800-2.000 metros. Probables brumas y nieblas matinales en zonas de montaña. Temperaturas con pocos cambios. Vientos flojos de componente oeste tendiendo pronto a variables», dice en su pronóstico sobre la jornada del sábado en Cantabria».
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