Laredo se echa a la calle para recibir a la Vuelta a España

La jornada amaneció soleada, lo que lanzó a los cántabros a las cunetas para seguir una ruta que, tras salir de Castro y avanzar por el Pontarrón de Guriezo, tuvo un tramo inicial llano antes de afrontar las dos cotas montañosas de la jornada, Fuente Las Varas y Campo El Hayal, que a priori eran los factores decisivos de la jornada cántabra.

La conjunción entre Laredo y el sol siempre es sinónimo de afluencia a la villa pejina. Muchos curiosos se acercaban a la zona de meta. Algunos, los más despistados, se asomaban para ver el montaje de la cita y, por supuesto, muchas familias aprovechaban el evento para aumentar su colección de 'merchandising' de artículos ciclistas.

Una familia, compuesta por padre, hijo y e hija, todos ellos enfundados en un maillot del Movistar, se movía entre los autobuses de los equipos en busca de algún detalle que llevarse de la competición, todo ello mientras uno de los asistentes del Soltec Costa Cálida preparaba sobre una mesa de camping un refrigerio para que sus corredoras recuperasen fuerzas al cruzar la meta.

Un ambiente típico y tópico, de volata, con el público, eso sí, resguardado bajo la sombra hasta los instantes previos a la llegada de las corredoras. Y es que, pese al viento, el sol apretaba de lo lindo y obligó a refugiarse a los aficionados que, en torno a las 15.30 horas, se echaron a la calle para asistir al momento decisivo, un instante que vino precedido por el desembarco de una marea de asistentes de los equipos cargados con neveras y mochilas para las corredoras. Era el momento, de nuevo, para los coleccionistas.

Mientras los pejinos apuraban el café y con los helados en la mano se acercaban a la calle Marqués de Comillas, donde estaba ubicada la meta, Van Vleuten y Gaia Realini se lanzaban a tumba abierta a un sprint del que ambas salieron triunfadoras, toda vez que la italiana se llevaba la etapa -que se completó a una media de 37,5 kilómetros por hora- y la neerlandesa se colocaba líder.

Sin embargo, las más felices una vez finalizada la etapa eran las hermanas Laura y Lucía Ruiz, que corrían en casa y que al cruzar la meta firmaron autógrafos (uno de ellos se lo llevó el jugador del Laredo Álvaro) y sonreían después de estrenarse en una gran vuelta delante de los suyos. «Ha sido muy emocionante», confesaba Laura, «porque estaban los nuestros animando cuando la carretera se ponía para arriba».

Su hermana Lucía, con visible cara de cansancio, apuntaba que «el objetivo principal era llegar a casa para correr delante de nuestra gente» y que, como conocedoras de las carreteras, habían «salido a dos o tres cortes, pero al final hemos visto que se iba a seguir con un ritmo muy exigente».

Las hermanas Ruiz eran las únicas cántabras en ruta sobre la bicicleta, aunque dentro de la caravana llegaron a Laredo también Cristina San Emeterio, directora del UAE, y el Río Miera Cantabria Deporte, cuyo director, Juan María Revuelta 'Juanchu', se mostraba satisfecho del trabajo realizado . «Somos un equipo de formación y necesitamos de estas actuaciones para coger experiencia». San Emeterio destacaba de la Vuelta que «a nivel personal, poder competir en casa es muy especial».