Unquera le pone la corbata a la Vuelta

En la plaza de El Ferial se instaló el control de firmas y allí se arremolinó un vendaval de aficionados que aplaudió a todos por igual. Bueno, a Ángel Madrazo, el de casa, un poco más. «Gracias por estar aquí a todos. Sois enormes». El santanderino devolvió al público los aplausos. «Lo voy a intentar», replicó Egan Bernal, al que un grupo de compatriotas envuelto en la bandera de Colombia le agasajaba subido al puente que separa Unquera de Bustio. Cantabria de Asturias. Ylo intentó. Etapón.

Aparcar en Unquera ha sido difícil. En un 'prao' más allá del cartel del fin de la localidad se habilitó una campa y se llenó dos horas antes de la salida. Se hizo sitio para quien quiso estar. Mikel Landa y Primoz Roglic fueron de los más solicitados. Niños en los hombros de los padres, padres intrépidos en busca de un bidón o algo con que contentar a los pequeños. Ecuatorianos, franceses, ingleses.... Alguno superado por la escena. «Perdón, ¿para hacer el descenso es esta fila?», preguntaba un turista que llegó al Deva y se encontró con el epicentro ciclista en Unquera. Un lujo. Ya lo decía Pablo Zuloaga, vicepresidente de Cantabria, tras cortar la cinta en la salida. «Es un orgullo acoger y la afición lo demanda». Y en eso, los ciclistas salieron a toda pastilla. Lo mejor: «Ya estamos preparando el regreso para 2022», anunció el mandatario. Vayan aparcando con tiempo.