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Los equipos cántabros de Tercera podrían enfrentarse a una permanencia cara. El motivo, los arrastres por descensos desde la Segunda RFEF. En condiciones normales, los ... tres peores clasificados descenderían a Regional Preferente. Sin embargo y debido a la mala situación clasificatoria de los conjuntos regionales en Segunda RFEF, hay otras plazas adicionales.
En la actualidad, ya se producirán por el efecto arrastre dos descensos más debido a la pérdida de categoría del Laredo y la Gimnástica. Además, el Escobedo, tras la pasada jornada, se ha metido en los puestos de descenso. De finalizar la temporada en esa posición arrastraría a otro equipo de la máxima categoría regional a Preferente. Esto es debido a que para que las competiciones mantengan siempre el mismo número de equipos, es necesario igualar el número de clubes que ascienden de categoría con los que bajan. Esto afecta a todas las categorías de la pirámide regional.
De finalizar así la competición en Segunda RFEF, supondría que de Tercera a Preferente caerían hasta seis equipos. Tres por descenso directo y tres por los arrastres de Segunda Federación. A día de hoy, Monte, Siete Villas, Naval, Gama, Barreda y Mineros. Si se mantiene el Escobedo, bien sea de forma directa o superando el play out de descenso, solo descenderían cinco. Asimismo, si asciende a Segunda Federación el segundo equipo cántabro de Tercera –como sucedió el curso pasado con el Laredo–, se recuperaría al mejor de los descendidos por arrastre.
Si se observa la clasificación de Tercera, casi la mitad de la categoría –está compuesta por 18 equipos– afronta las tres últimas jornadas con la amenaza del descenso sobrevolando. Desde el duodécimo clasificado, que actualmente es el Colindres con 33 puntos, hasta el Siete Villas, que suma 25, están implicados en la lucha por quedarse en Tercera. Tan solo el Monte ya está descendido matemáticamente en esta categoría.
La incertidumbre se mantendrá hasta el 4 de mayo, cuando finalice la temporada regular en Segunda RFEF. Y se alargará dependiendo del futuro del Rayo Cantabria, si finalmente se clasifica para disputar el play off de ascenso a Primera RFEF, o si el Escobedo disputa la eliminatoria para evitar el descenso.
De igual manera que sucede en Tercera, estos descensos por arrastre también repercuten en Preferente y en Primera Regional. Es por ello que los seis últimos equipos de la segunda categoría cántabra actualmente –Ribamontán al Mar, Peña Revilla, Cayón B, Ampuero, Frajanas y Rayo Santa Cruz–, se verían afectados y descenderían Primera Regional, tres por peor clasificación y otros tantos por arrastre de los equipos de Tercera. Y esto también afectaría a Primera Regional. Escobedo B, Naval B, Valle Lebaniego, Calasanz, Solares B y Bezana B son los que actualmente ocupan las seis últimas plazas y estarían en riesgo de comenzar la próxima temporada en la última categoría del fútbol cántabro, la Segunda Regional, si se produce ese efecto de arrastre.
Quedan dos jornadas en Segunda RFEF, tres en Tercera Federación y cuatro en Preferente y Primera Regional. Para que los equipos implicados peleen por evitar ese efecto de arrastre que inevitablemente se va a producir y que incluso, se puede agravar. Así, la permanencia en las distintas divisiones va a estar mucho más cara que en otras ocasiones.
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