El Charles cumple un sueño

Había que celebrarlo, y este domingo por la noche alrededor de cien aficionados del Charles con bengalas rojas y las bufandas al viento se acercaron hasta San Lorenzo para recibir a la plantilla a su llegada a Laredo. '¡Charles, Charles! 'era el grito con que recibieron al autobús de los jugadores y técnicos. Una idea promovida a través de las redes sociales, en la que participaron también varias peñas del conjunto pejino, que no han podido disfrutar del último partido del conjunto de Manu Calleja en Leioa, pero sí animaron al equipo desde casa. Este domingo, como si de héroes se tratase, recibieron a los rojillos entre aplausos al tiempo que agradecían el trabajo y el esfuerzo realizado por toda la plantilla.

El primero en bajar fue el técnico Manu Calleja, que se encontró con los primeros aplausos de su fiel afición. Los primeros abrazos para el de Beranga llegaron de sus amigos, y éste, con lágrimas en los ojos y una emoción en su rostro que reflejaba la gran alegría y satisfacción por el éxito alcanzado, los recibía contenido, pero comedido. «La verdad es que creíamos honestamente en conseguir el objetivo, sabiendo que el grupo era terrible, y por eso creo que a falta de dos meses ha sido un éxito», decía Calleja, que reconoció que «nos hemos encontrado un partido en que preveíamos que iba a suceder lo que ha terminado sucediendo». Porque para el entrenador de Beranga ha sido un partido de tú a tú. «A nosotros no nos interesaba romper el partido, aunque por momentos sí que se ha roto», explicó. Además, no tuvo reparos en reconocer que «hemos salido con muchas ganas, con mucho empuje en el segundo tiempo. Creo que hemos hecho 25 minutos muy buenos, donde el equipo ha tenido muchísimas llegadas. Salimos buscando el gol, que lo hemos conseguido». También quiso felicitar a sus jugadores porque «han dado la cara en todos los partidos y también a la afición».

Los futbolistas coincidían con el míster en señalar el sufrimiento que vivieron este domingo en el campo. «No lo vamos a olvidar fácilmente, porque lo pasamos muy mal», confesaba David Vinatea. El delantero reconoció que «fue un final de infarto» y que «todo lo que nos habían quitado durante toda la temporada nos lo devolvieron para un final feliz para todos los pejinos».

Con todo, los futbolistas admitieron que una final de temporada con tanto sufrimiento no se puede repetir. «Esta vez ha salido cara, pero también podía haber salido cruz», argumentaba Vinatea, que expresó su deseo de que «el año que viene sea más tranquilo y disfrutemos todos».

El director deportivo del cuadro pejino, Manu del Valle, tampoco podía ocultar su emoción. «Estamos muy contentos, muy felices de conseguir esto y es un premio para todos, para el equipo para la afición y para el club». Por lo que aseguró que a partir de ahora «lo vamos a disfrutar». Y es que para Del Valle ahora es el momento de recoger lo sembrado y saborear los frutos de lo trabajado durante toda la temporada. Un curso en el que el director deportivo nunca dudó del cuerpo técnico ni de la plantilla. «Confiábamos mucho en el equipo, al verle trabajar cada día, pero también sabíamos que es muy difícil conseguirlo».

Por su parte, el presidente del Charles, José Miguel San Román, estaba «muy contento». El máximo mandatario del Laredo era este domingo un hombre que se sentía «muy feliz» por conseguir una permanencia que «costó mucho» y que se confirmó al aprovechar la primera bola de partido, que pasaba por ganar en Leioa. También quiso felicitar a todos los jugadores y cuerpo técnico del club. «Esta es la recompensa a un trabajo brutal que han hecho durante toda la temporada», una reflexión que compartía con Manu del Valle. El Charles era el equipo que menos presupuesto tenía de todos los conjuntos que componen la Segunda B, por lo que el presidente señaló que lo han suplido «con un sacrificio enorme. Al final no se trata de tener al mejor jugador, sino a todos los jugadores enchufados, que es lo que han hecho».