Jagoba Arrasate, el arquitecto del finalista de Copa

Nacido en Berriatúa el 22 de abril de 1978, después de una modesta trayectoria como jugador en el fútbol semi-profesional del País Vasco, Arrasate comenzó su aventura en los banquillos en el CD Elgoibar de Tercera División, donde su gran rendimiento al disputar durante dos temporadas consecutivas la promoción a Segunda División B llamó la atención de la Real Sociedad.

En el cuadro txuri-urdin entrenó al juvenil hasta que se incorporó al staff de Montanier. Con la marcha del francés, Jokin Aperribay apostó por él para dirigir a aquel equipo liderado por la sociedad formada entre Carlos Vela y Antoine Griezmann. En su primer curso clasificó a los donostiarras para competiciones europeas y alcanzó las semifinales del torneo copero, pero, en su segunda campaña al mando, la decepción por la eliminación en la ronda previa de la Europa League y la mala dinámica en Liga al conseguir tan solo 6 puntos en las 10 primeras jornadas provocaron su destitución.

En 2015 firmó por el Numancia. En sus dos primeros años en Soria consiguió la permanencia de manera holgada y la tercera temporada disputó el playoff de ascenso a Primera División, logro que pondría fin a su etapa en el banquillo de Los Pajaritos.

Hasta que llegó el 20 de junio de 2018. El «bendito día» que firmó por Osasuna y del que se acordó tras la clasificación para la final de Copa. En El Sadar, Arrasate ha construido su gran obra como entrenador, impulsada, en parte, por el director deportivo rojillo, Braulio Vázquez.

Después de conseguir el ascenso a la máxima categoría del fútbol español, en enero de 2021, cuando el conjunto pamplonés se encontraba en el 19º puesto y acumulaba 10 partidos sin conocer la victoria, Vázquez, cuestionado por el crédito de Jagoba, se mostró tajante. «El barco llegará a puerto o no, pero con el mismo capitán (Arrasate). Si nos hundimos, nos hundimos todos», afirmó. La decisión de mantenerlo en el cargo ya es historia. El equipo consiguió la permanencia con varias jornadas de margen y el pasado curso terminó 10º con 47 puntos.

Potenciando a jugadores como David García y Sergio Herrera, acertando en las incorporaciones de Chimy Ávila o Moi Gómez y dando confianza a la cantera de Tajonar, Jagoba ha pasado de coger al equipo en Segunda a llevarlo hasta la Supercopa de España en Arabia. Pase lo que pase en la final de Sevilla, la huella de Arrasate en Pamplona es imborrable.

Haciendo honor a su lema «nunca se rinde», en la cuarta prórroga que disputa durante la competición, Osasuna sobrevivió al asedio del Athletic y se clasificó para la final gracias al tanto de Pablo Ibáñez en el minuto 116.

En un equipo donde ya se han asentado canteranos como Moncayola, Aimar Oroz o Kike Barja, el mediocentro es la enésima promesa formada en el Tajonar. En su primera temporada en la élite, los libros de historia de Osasuna le tenían guardada una página con su nombre. «Está siendo una copa épica. Queríamos los penaltis y ha llegado el gol de Ibáñez. Se lo merece, por lo que ha trabajado para estar aquí. Estoy muy contento de que haya sido él quien pase a la historia», declaraba Arrasate al término del encuentro.