La Vidriera se pone guapa para irse de Copas

El equipo del pueblo recibe en la primera eliminatoria de Copa del Rey a un conjunto de Segunda División -tres categorías por encima- al Mirandés y por unas horas el sueño y las ilusiones de un club y un municipio ruedan detrás de una pelota. «Hay que pellizcarse para seguir creyéndose esto», reconoce José Berzosa, entrenador. Al míster por ese nombre no le conocen más que en casa. «Espera ¿Se apellida...? A él le llaman Arteche», señala el director deportivo, compañero en el barco verdiblanco que navega en la zozobra copera estos días. El apelativo le viene de su parentesco -es primo- con el inolvidable defensa del Racing y del Atlético de Madrid.

En el Valle de Piélagos se respira ambiente de gala. «Es difícil imaginarlo», explica Jorge Ruiz Caramés, el presidente que en su año de estreno en el cargo ya le ha tocado el gordo. Al final de la temporada pasada tomó el mando y al 'lío'. «¿Quién me lo iba a decir? Estamos ilusionados y con muchas ganas», afirma con un convencimiento que transmite confianza.

Mientras la directiva cumple con el protocolo y atiende a los medios de comunicación, la plantilla continúa con su rutina. «No, no. No han cambiado nada. Esta semana entrenan el martes, el jueves y entrenarán el sábado porque juegan el domingo. Como siempre», explica Gómez Eguren. Javi y Alfonso, los porteros, acudirán a las clases de Magisterio y Fisioterapia, respectivamente, y luego a soñar con darles la tarde a los delanteros del Mirandés. Estudiantes, opositores, ingenieros, profesores, operarios... En la plantilla del Vimenor hay aspirantes a todo a tiempo parcial. Por la mañana el mono de trabajo, por la tarde las botas de tacos. Los hay para quien los días empiezan mucho antes que para el resto, como para Héctor Alonso, panadero por las noches y mediocentro por las tardes y que está empeñado en soñar despierto. Como sus compañeros. Como sus vecinos.

159.141euros es el presupuesto del Vimenor. La cantidad se destina al primer equipo y a su filial.

«Queremos que con las gradas supletorias haya capacidad en el campo para unos 2.300 espectadores», dice el 'presi' ¡Madre mía! Quién se lo podía imaginar allá por 1925, cuando la empresa Cristalería Española, referente en el mercado nacional funda La Vidriera Mecánica de El Norte (Vimenor), una moderna fábrica para la producción de vidrio. Estratégicamente situada entre Santander y Torrelavega consiguió dar trabajo a cientos de vecinos, de ahí que se convirtiese en un signo de ilusión. Los propios trabajadores, con la intención de llenar los ratos libres fundaron la Sociedad Deportiva y Recreativa Vimenor Club de Fútbol. Aquellos locos emitieron unos bonos (18.500 pesetas), recibieron una donación de la fábrica (5.000) y aportaron unas cuotas de socios (16.000) y emprendieron un proyecto faraónico: la construcción de un complejo deportivo. Ha pasado un siglo y La Vidriera está más viva que nunca.

Con aquel convencimiento y con el estadio -la envidia de los años veinte- arrancó lo que hoy es el Vimenor y que el domingo, es probable, pueda asistir al día más importante de su historia. Con los cerca de 160.000 euros de presupuesto para el primer equipo y su filial hacen malabarismos para seguir «manteniendo ese sentimiento de pertenencia que ha habido aquí siempre». La eliminatoria copera contra los burgaleses les va a colocar en el mapa futbolístico un poco más. De eso saben sus rivales más que nadie. Hoy en día el Mirandés es un club consolidado en el fútbol profesional y por eso este fin de semana parece el Goliat de la eliminatoria, pero hubo un día en que fue, como el Vimenor, el David. Hace ya una década, los burgaleses se cargaron a los vecinos de Santander, los del Racing, cuando estos eran de Primera. El Mirandés sabe mejor que nadie lo importante que es la Copa del Rey.

1925fue el año en el que se fundó la Sociedad Deportiva y Recreativa Vimenor Club de Fútbol.

Y el Vimenor se estrena en la competición por la puerta grande. «Para los vecinos, los padres, los amigos, para el Ayuntamiento, para los jugadores... Nosotros vamos a ganar en ilusión seguro», recuerda Rubén Palazuelos, que en ese vestuario es el único que tiene experiencia en algo así. El cántabro sabe lo que es jugar eliminatorias de Liga de Campeones o fase de grupos de Liga Europa y cuando parecía que quería sosegar su espíritu indomable en «un equipo modesto y humilde pero que hace las cosas muy bien», de repente se encuentra que en Vioño aterriza la Copa. «Mis compañeros la afrontan con unas ganas tremendas, pero yo también porque puede ser la última vez que pueda jugar un partido así de grande», admite el mediocentro. Durante esta semana su labor es orientar, apaciguar el ímpetu y aconsejar a los más jóvenes para que lo disfruten. «Esto es algo que hay que disfrutar. Pasarlo bien. El campo va a estar lleno, van a estar los familiares, los amigos... Habrá nervios, pero lo que hay que hacer es disfrutarlo», insiste Palazuelos, para quien no deja de ser una experiencia más que los caprichos del fútbol le ha dado.

Hay 400 socios que ya tienen su entrada esperando y han viajado más de 300 localidades hasta Miranda de Ebro para dar salida a los aficionados de Anduva que ya preparan el viaje. Serán más, porque la Copa tiene tirón. Mientras tanto, no hay nadie en el Valle de Piélagos que no quiera formar parte de esta historia. El partido se juega a las 12.00 horas, no hay ni que madrugar para acudir a La Vidriera. Hagan sitio, que seguro que entra alguno más.

Desde hace unas semanas, los vecinos de Muriedas se preparan para vivir el que muchos ya han calificado como el evento del año. Se trata del encuentro que enfrentará al Velarde y al Sevilla en la primera eliminatoria de la Copa del Rey. Son muchos los curiosos que se acercan a la entrada del campo de La Maruca con sus bicicletas, coches o andando para conocer cómo se preparan para el partido del domingo.

Uno de los principales encargados de que todo salga bien es José González Pedrosa, quien supervisa la instalación de las nuevas gradas supletorias. «Hay capacidad para más de 1.300 personas en la que estará enfrente de la tribuna, que es para los espectadores. También vamos a poner otra detrás de cada portería, que serán para las escuelas de fútbol municipales del Ayuntamiento». Las ilusiones de los vecinos «hacen que todo merezca la pena», añade.

En su caso, Pedrosa fue jugador del club durante diez años, y entrenador de uno de los equipos del Velarde durante una temporada. «Para la gente del Valle de Camargo y la afición del Velarde es todo un sueño. Si alguien me lo hubiera dicho hace veinte años no me lo hubiese creído», admite. «Todo el mundo va a ir a La Maruca. No se habla de otra cosa esta semana», señala. Veinte euros vale una entrada.

Se esperan unos 4.000 espectadores, 250 de ellos visitantes. En Sevilla viven más de 684.000 personas, mientras que Muriedas tiene alrededor de 12.000 habitantes. Y qué decir de los presupuestos de los clubes. El del Velarde ronda los 200.000 euros y el de los hispalenses supera los 240 millones...

Dos años después regresa la Gimnástica a la Copa del Rey y lo hará ante el Oviedo, equipo de Segunda División. El Malecón se prepara para albergar una cita por todo lo alto; a cinco días de que se juegue el duelo, ya se han vendido casi 1.000 entradas. La capacidad del campo es de 6.000 espectadores y las previsiones es que entre los aficionados locales que ya andaban con ganas de recuperar la esencia de la Copa del Rey y la incombustible hinchada oviedista que nunca falla el estadio firme la mejor entrada del año. El conjunto blanquiazul ha enviado a Oviedo 700 entradas, aunque no se descarta que desde el Carlos Tartiere soliciten alguna más si la respuesta de los seguidores carbayones es masiva.

La última vez que el conjunto de la capital del Besaya disputó la Copa del Rey fue ante el Zaragoza. En aquella ocasión cayó derrotado en la prórroga (0-2), cuando aún la entrada a los estadios estaba reducida por culpa del coronavirus.

Para este encuentro Sesi Fernández, el técnico de un equipo blanquiazul que entrena hoy a partir de las siete de la tarde en El Malecón, podrá contar con todos sus efectivos, excepto Miguel Goñi y Mario Sánchez, ambos con lesiones musculares.

El precio de las entradas oscila entre los diez euros, para los socios, y doce, para los no socios, en venta anticipada. El día de partido costarán quince euros y los menores de 14 años pagarán cinco. Niños socios y jugadores de la cantera entrarán gratis. La Gimnástica ha reservado el Fondo Norte, con capacidad para 1.000 espectadores, para los aficionados del Oviedo.