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Mucho antes de Filomena, otro fenómeno, no atmosférico sino futbolístico, azotó la capital de España. 'La Galerna del Cantábrico' nació en Guarnizo y se formó por aquí cerca, pero raudo como en sus carreras por la banda izquierda, Paco Gento apenas fue profeta en su ... tierra para lograr sus mayores hitos en Madrid. Algo que no impide que se trate de la mayor figura que ha dado el fútbol montañés. Es uno de los jugadores más laureados de la historia de este deporte. Es, probablemente, la mayor frustración del racinguismo, que apenas pudo disfrutar de él.
Pronto, cuando un balón le cayó en las piernas, demostró sus enormes dotes para el fútbol y esa espectacular verticalidad cuando agarraba el cuero que le supuso que lo bautizaran con la bravura de la meteorología de su tierra. Perteneció a una familia volcada en el fútbol. Su padre, que era chófer de camión, tuvo tiempo para ser jugador de la Cultural de Guarnizo, así como sus hermanos Julio y Toñín, que llegaron a jugar en Primera División, ocho y nueve partidos respectivamente. Toñín consiguió compartir vestuario con su hermano Paco en el Real Madrid en la temporada 1961-62, mientras que Julio perteneció a la AD Plus Ultra, primer filial del Real Madrid. Los tres jugaron juntos una única vez en un partido amistoso frente al FC Zürich en el año 1959. La saga familiar se vería continuada con sus sobrinos futbolistas Julio y Paco Llorente y los baloncestistas José Luis y Toñín Llorente, todos ellos vinculados a las distintas secciones deportivas del Real Madrid.
Paco Gento dejó los estudios a los catorce años para ayudar a su padre y cuidar del ganado en una pequeña finca familiar. Disputaba carreras a sus hermanos Antonio y Julio dándoles de ventaja varios metros, y siempre llegaba el primero. También sabía correr con el balón, demostrándolo en los partidos que se jugaban en el Redondel, pista mítica de Astillero, donde la tradición futbolística ya había dado el fruto de otro gran jugador: Fernando García.
Del Redondel pasó al modesto Frajanas de Astillero –ayer, en el Municipal de Frajanas, las banderas lucían a media asta–, y luego, cadete, participó en el Torneo Los Barrios con la camiseta del Nueva Montaña, equipo en el que estuvo dos temporadas hasta que se incorporó al juvenil Astillero, filial del Unión Club.
Paso efímero
Allí destacó pronto. Su equipo llegó a la final del campeonato de su categoría, disputada el 19 de marzo de 1951, y Gento marcó los dos goles que le dieron la victoria. Los astillerenses ganaron 2-1 a los juveniles racinguistas, y el club santanderino no se marchó de vacío. Enseguida incorporó al de Guarnizo a su equipo filial: el Rayo Cantabria.
Como compensación por la marcha del jugador, el Unión Club percibió la cantidad de 1.500 pesetas. Al no tener aún 18 años para jugar en Tercera División con el Rayo, hubo que falsificar su ficha. Bendita trampa, porque no tardó en dar el salto al Racing, empezada la temporada 1952-53. Su ilusión, como la de todo chaval de la tierra, era la de fichar por el Racing. Lo consiguió, pero realmente apenas le dio tiempo a vestir la camiseta del equipo de su tierra. Su calidad le hizo dar varios saltos muy pronto.
Paco Gento se estrenó como jugador verdiblanco y como futbolista de Primera División el 22 de febrero de 1953, durante el partido disputado en los Campos de Sport contra el Barcelona. Fugaz, como para su marcador en la banda de un campo de fútbol, no duró mucho en el club santanderino. Jugó diez partidos de Liga y cuatro de Copa, en los que marcó tres goles. Uno de esos encuentros fue decisivo para su futuro como deportista. Se jugó el 12 de abril en Chamartín y el Real Madrid derrotó al Racing 2-1. El entonces entrenador racinguista, Nando (Fernando González Balenciaga), alineó a Ortega; Marquitos, Barrenechea, Ruiz; Felipe, Nando; Magritas, Alsúa, León, Martínez y Gento.
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Marc González Sala
RFedacción
Rafa Torre Poo
Los ojeadores del club madrileño quedaron sorprendidos con el veloz extremo y en el mes de agosto cerraron su traspaso al equipo por 1.750.000 pesetas y la cesión de Francisco Espina. Las cosas del fútbol. Apenas unos meses después, estuvo a punto de volver a El Sardinero con la cabeza gacha. Escuchó pitos en la grada y el entonces presidente merengue, Santiago Bernabeú, quiso devolverlo. Alfredo Di Stéfano intercedió para que le diesen otra chance. El argentino, oportuno como en el área. La nueva dosis de confianza y la llegada de Héctor Rial sirvieron de acicate para que 'La Galerna del Cantábrico' entrase en fase explosiva.
En el Real Madrid permanecería durante 18 años, tras los cuales se retiraría de la práctica del fútbol profesional. En ese tiempo, además de un palmarés infinitamente enumerado, tuvo el honor de marcar el primer gol en un partido televisado en España. El destino quiso que la víctima fuese el Racing. Un 24 de octubre de 1954.
Cuando decidió colgar las botas, en 1971, aún tuvo tiempo para enfundarse una última vez la camiseta del Racing. El club cántabro le convenció para participar en el Trofeo Internacional Príncipe de España, donde coincidió con su hermano Antonio. Pese a los intentos de que, con 38 años prolongase un poco más su carrera en Santander, Gento declinó la propuesta.
Tuvo una breve etapa como entrenador. Para el recuerdo queda su actuación como seleccionador cántabro en los partidos internacionales que disputó el combinado montañés en los últimos años de la década de los noventa y los primeros de los 2.000. Otro hito histórico del balompié cántabro del que fue protagonista 'La Galerna' nacida en Guarnizo, con jugadores como Amavisca, Colsa, Helguera, Geli o Pedro Munitis vestidos de rojiblanco.
A partir de ahí, aunque hacía tiempo se había convertido en un madrileño más, siempre tenía unas semanas al año para visitar a su familia en Guarnizo. Para calzarse la visera y el pantalón corto y ser un vecino más del pueblo. Como si nunca se hubiese marchado.
En su tierra siempre se acordaron de él. Recibió homenajes en su pueblo cuando aún estaba en activo. Y también cuando se retiró. En 1996, el Gobierno de Cantabria le concedió la Medalla de Oro al Mérito en el Deporte Cántabro. Además es Hijo Predilecto de El Astillero, donde se le dedicó el nombre de una calle que se ubica junto a los campos de fútbol de El Pilar de su localidad natal. Asimismo, en 2015 descubrió una estrella en su honor en el Paseo de la Fama de Tetuán. Ahora continuarán los tributos póstumos para una figura que siempre ha sido y será un orgullo para Cantabria pese a haberlo disfrutado tan poco.
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