«Ya le he dicho a Alfredo Pérez que lo que se está haciendo no es la mejor manera de reflotar al Racing»

-Era una excusa para enlazar con el Racing. Vaya contraste entre aquella época y esta...

-La situación no es buena; está claro. Ha habido un pequeño brote de esperanza últimamente, pero luego llegó el parón y nadie sabe muy bien cómo se va a volver. El Racing lo tiene difícil.

-El viernes la Audiencia sentenció a Francisco Pernía a seis años de prisión. Una década después, ¿les ve como responsables de esta situación?

-Claro. La pena es que hayamos tenido que esperar tanto para ver esto, con toda la situación que se vivió. Entonces me indigné muchísimo. Aún recuerdo aquella famosa frase de 'Algún capricho me tengo que dar'. Me hervía la sangre. Ha sido una pequeña compensación a toda la mala leche que nos generaron a muchísimos racinguistas en aquella época. Lo que hicieron fue una tropelía.

-Con otros dirigentes quizá hubiera regresado al Racing hace diez años...

-Para algunas personas no soy alguien agradable o cómodo. Lo normal es que aquellos cuyo interés por el Racing no sea el de aficionado; los que vienen a aprovecharse de él y no a trabajar o a echar una mano, acaben teniendo algún conflicto conmigo. Ellossiempre tuvieron muy claro que a mí no me querían. Gente que funciona así no quiere gente que les hable de futuro, de proyectos a largo plazo; que se les hable de fútbol. No quieren pensar en nada que no sea el rédito inmediato.

-Una década después, ahora el Racing tiene una propiedad que le inyecta capital, pero lo que no ha cambiado es la mirada cortoplacista.

-Yo ya tuve la oportunidad de decirle a Alfredo (Pérez) que lo que se está haciendo no me parece la mejor manera de reflotar al Racing. Es verdad que hay que darles mucho mérito, porque han arriesgado su dinero y han puesto al Racing en una situación mucho mejor de la que estaba para poder relanzarlo. Metieron dinero y sacaron al Racing del pozo de Segunda B, que ya lo llevábamos intentado cuatro años, pero luego no sirve para el año siguiente. Y después hay cosas que caen por su propio peso. Yo no quiero que el Racing se esté endeudando otra vez, y ahora lo sigue estando. Mi gran duda es durante cuánto tiempo Pitma va a estar dispuesta a seguir poniendo dinero. La experiencia nos dice que en la mayor parte de los sitios la gente se acaba cansando de poner dinero y al final lo quiere recuperar. La única forma de hacerlo es con éxitos deportivos, pero eso no es fácil si cada año cambias permanentemente de proyecto, entrenador y jugadores. Ahora, si se desciende el panorama es terrible.

-En ese sentido parece que el Racing no ha aprendido la lección.

-No es ya acertar en los jugadores que traigas o no. Antes tiene que haber un proyecto, y ya se falló al marcar el camino. Incluso en nuestra época, cuando los exjugadores cogimos el Racing. Yo me separé de Manolo (Higuera) porque le dije que había que explicar a la gente que el Racing igual tenía que estar cuatro años en Segunda B para transformar la filosofía, destinar todo el esfuerzo a fortalecer La Albericia y que cuando ascendiéramos fuera con mayoría de chavales de la casa y para no bajar más y empezar un nuevo camino, generando quizá plusvalías que no puedes generar con futbolistas de Segunda B que contrates con 29, 31 o 34 años. La gente hubiera estado dispuesta a esperar esos cuatro años que al final hemos esperado de todos modos, pero con chavales nuestros; viendo a su gente, con chavales que se formen y en los que se trabaje para que puedan progresar. Esto que han hecho con Pablo Torre es lo que tenían que haber hecho con otros. Los chavales, si se tiene una filosofía, una idea y están bien atendidos, tienen unas expectativas muchísimo mayores de progresar y de generar beneficios en el futuro.

-Habla de Pablo Torre, a quien conoce muy bien...

-Ha renovado porque su padre y él son absolutamente racinguistas, pero llevan tentados desde hace un montón de tiempo. Ojalá que esta sea una iniciativa que de verdad sirva para cambiar las cosas de cara al futuro, y no estar con plantillas de 25 jugadores en Segunda o Segunda B, tapando el sitio a los chavales con futbolistas a quienes no quiero minusvalorar, pero que no alientan las expectativas para avanzar que sí tiene el otro camino.