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Javier Martínez
Valencia
Martes, 10 de septiembre 2024, 12:50
El jugador del Valencia Rafa Mir facilitó una identidad falsa de su amigo Pablo Jara, el otro futbolista detenido por un delito de agresión sexual, cuando dos patrullas de la Policía Local de Bétera acudieron a la urbanización Torre en Conill para auxiliar a ... las dos víctimas, de 21 y 25 años.
Según el atestado policial, que ya ha sido remitido a la jueza que instruye la causa, el delantero valencianista mostró una actitud colaboradora con los tres agentes y el oficial de la Policía Local de Bétera cuando estos acudieron a la puerta de su chalé.
El futbolista dejó entrar a dos policías en su domicilio para que buscaran al agresor de una de las chicas. Mientras tanto, los otros dos se quedaron en el jardín con las víctimas y uno de ellos, una agente femenina, conversó con la joven de 21 años sobre los hechos que acababan de ocurrir en el chalé.
La otra chica comentó a los policías que el individuo que le había propinado un guantazo y luego las había tirado del chalé, un amigo de Rafa Mir, se encontraba escondido dentro de la casa, pero los agentes no encontraron al agresor.
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Y fue entonces cuando el jugador del Valencia mintió a los policías locales y facilitó una identidad falsa del joven que estaban buscando. Dijo que se llamaba Antonio Martín, al parecer, para proteger a su amigo. Poco después salió el tercer varón que estaba en la casa y desmintió lo que acababa de decir Rafa Mir. «Que es falso y no se llama así, pero tampoco quiere facilitar ningún dato», afirma el atestado policial.
La versión de este joven, que no está implicado en los hechos ni fue denunciado por las víctimas, coincide con las declaraciones de los dos futbolistas detenidos. Cuando los cinco jóvenes (tres varones y dos chicas) se encontraban en la piscina, ellas «han empezado a discutir porque ambas querían intimar con Rafael (el jugador valencianista), y el otro amigo no identificado (Pablo Jara) se ha cansado y las ha tirado de la vivienda».
Las diligencias realizadas por la Policía Local de Bétera también explican algunos de los hechos ocurridos en el chalé. «Que preguntada por lo sucedido, la víctima se encontraba sollozando sentada en el jardín de la vivienda», e indica que ha conocido a los jóvenes en una discoteca y «ha estado toda la noche en plan cariñoso con Rafael».
El relato de la joven de 21 años continúa con el incidente ocurrido en el taxi al que subieron las dos amigas y el jugador del Valencia para desplazarse desde los alrededores de la discoteca a la urbanización Torre en Conill. «Rafael ha empezado a tontear con su amiga, por lo que se ha sentido molesta por la situación y ha discutido con ella», según la versión de la denunciante.
Cuando llegaron a la casa de Rafa Mir, «le ha dicho que le gustaba ella, y posteriormente de forma consentida se han marchado a un baño de la vivienda, donde han intimado y Rafael le ha introducido varios dedos en (...); ella le ha dicho que parara, haciéndole caso, y han ido otra vez a la piscina». Poco después, «el amigo del pelo largo las ha tirado desnudas de la vivienda a empujones, golpeando» a la joven de 25 años.
Como en ese momento ninguna de las dos chicas denunció un delito sexual, los policías locales les informaron de sus derechos y forma de ejercerlos. También les preguntaron si querían asistencia sanitaria, pero declinaron el ofrecimiento porque el padre de una de ellas iba a recogerlas en su coche.
El atestado policial también refleja que la víctima llamó por teléfono a su progenitor con el teléfono de su amiga, porque el suyo «se lo habrían escondido», y no aclara si la joven recuperó su móvil.
El abogado de Rafa Mir ha solicitado a la jueza que reclame una copia de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca en la que el futbolista conoció a las dos jóvenes. El letrado argumenta que una de las chicas tiene una lesión leve en uno de sus brazos que podría deberse a un forcejeo con varias mujeres que habría tenido lugar en el local de ocio.
En un nuevo escrito presentado en el juzgado, el abogado Jaime Campaner sostiene que los arañazos podría haberlos causado el futbolista en el momento que lanzó a la víctima a la piscina «con una intención lúdica».
Sin embargo, la víctima atribuye la lesión al uso de la fuerza para atentar contra su libertad sexual. «Existe una alternativa divergente no incriminatoria, lo que no excluye que se agoten las líneas de investigación para incluso acreditar una tercera potencial etiología», afirma el letrado.
Sin embargo, la versión de los hechos en cuanto al consentimiento de la relación sexual es muy diferente en la denuncia que presentó la joven de 21 años en el cuartel de la Guardia Civil de Massamagrell. La víctima declaró que comenzó a llorar y que suplicó al jugador del Valencia que la dejara salir, pero él «la sentó encima de un lavabo para introducirle (...) sin quitarle la falda pantalón». La chica volvió a decirle que quería irse porque su padre iba a recogerla, pero el futbolista habría continuado la agresión sexual, según la segunda versión de la joven.
La otra víctima denunció ante la Guardia Civil que Pablo Jara empezó a manosearla en la piscina, y ella le recriminó su actitud. Se produjo entonces una discusión porque ella no consintió los tocamientos, y este individuo le propinó un guantazo, tiró del chalé a las dos jóvenes y cerró la puerta.
Las víctimas se quedaron entonces en la calle en ropa interior. Un vecino de la urbanización escuchó gritos cuando las chicas pidieron que les devolvieran la ropa, que fue lanzada a la calle por encima de la valla, y llamó a los vigilantes de la urbanización. Poco después llegaron dos patrullas de la Policía Local de Bétera y auxiliaron a las víctimas.
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