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Entre el firmamento de grandes jugadores que han vestido la camiseta del Barcelona, no hay discrepancias sobre la suprema trascendencia de tres de ellos sobre todos los demás, no tanto por su calidad técnica, que atesoraron con creces, sino porque además constituyen referencias de ... épocas y estilos que se arraigaron profundamente en el seno del conjunto catalán. Sus nombres son Ladislao Kubala, Johan Cruyff y Leo Messi. Elegir esos nombres para definir la esencia histórica del barcelonismo no desmerece a otras grandes figuras del fútbol que pasaron por ese equipo, como por ejemplo Diego Armando Maradona, aunque en el caso del astro argentino, una grave lesión impidió que pudiera marcar una época. Pero nadie como Kubala, Cruyff y Messi han logrado penetrar con tanta contundencia en el tejido socio-deportivo de este club, influyendo en sus modelos futbolísticos.
Tras el fichaje de Quique Setién, se da la circunstancia de que el Barça contará con el tercer técnico cántabro en su historia. El primero de ellos, Enrique Orizaola (Santander, 1922-2013), dirigió al equipo en 1961, teniendo entre sus jugadores a Kubala, y el segundo, Laureano Ruiz, (Escobedo de Villafufre, 1937) lo hizo en 1976 con Cruyff liderando la plantilla azulgrana. Como ocurrió con sus dos paisanos, ahora Quique tendrá la oportunidad de contar en el vestuario con el talento de Messi, del que muchos consideran el mejor jugador de todos los tiempos.
El hecho de que la historia haya emparejado a los tres únicos entrenadores cántabros con el trío de futbolistas más influyentes del Barcelona, constituye una casualidad que deja a Quique Setién el camino para engrandecer esa experiencia. Porque los casos de Orizaola y de Laureano fueron demasiado breves. 'El Flaco' debe, y tiene cualidades para ello, romper esa dinámica.
Tras jugar en el Racing, Enrique Orizaola comenzaría su carrera de entrenador en el Rayo Cantabria, desde el que dio el salto al primer equipo del Racing (1956-58), pasando posteriormente a ser técnico del Jaén (1958-59) y del Murcia (1959-60). Desde el conjunto murciano, el CF Barcelona pudo comprobar la seriedad del entrenador santanderino cuando ambos equipos se enfrentaron en la Copa. Así que el club catalán le contrató como segundo entrenador para ayudar al primer técnico, Ljubisa Brocic. En el Barcelona fue el principal colaborador de Brocic, a quien ayudó a obtener el título nacional que se le exigía en España. La marcha de Brocic permitió a Orizaola ocupar su puesto durante unos meses. De esta manera, el cántabro tuvo la ocasión de dirigir al Barça en su primera final europea, la Copa de Europa de 1961, con su gran figura, Ladislao Kubala. Además de llegar al choque decisivo, logró eliminar en las semifinales al Real Madrid, imbatido en las cinco ediciones anteriores en las que había sido campeón. Aquel triunfo sobre el eterno rival fue muy celebrado en Cataluña, aunque en la final, disputada en Berna (Suiza) contra el Benfica, el conjunto barcelonés saldría derrotado por el resultado de tres a dos.
Laureano, otro exjugador y entrenador del Racing, (dirigió a los cántabros en las temporadas 1967-68 y 1979-80), se incorporó al Barcelona en 1972 para dirigir a los equipos juveniles con los que consiguió ser campeón de España entre 1973 y 1977. En esa etapa, cuando Hennes Weisweiler dejó el banquillo en abril de 1976, la directiva llamó a Laureano para sustituirle, contando con una plantilla donde estaban Johan Cruyff, Neeskens, Sotil, Marcial o Rexach. El técnico cántabro se mantuvo hasta que se contrató a Rinus Michels y se hizo cargo del Barcelona Atlético (1976-78). También fue coordinador del fútbol base del Barcelona, dejando una huella futbolística que aún sigue reconociéndose en el club azulgrana. Precisamente, el pasado mes de noviembre Laureano, a sus 82 años, se trasladó a Barcelona para instruir a los técnicos de La Masía. No es casualidad. Además de la huella que dejó en Can Barça, poniendo el germen a una filosofía de juego que luego engrandecerían el propio Johan Cruyff y Pep Guardiola, Ruiz fue considerado el mejor entrenador del mundo por la prestigiosa revista L' Equipe. Un técnico que a lo largo de su carrera ha dirigido a más de 26.000 jóvenes, de los cuales un millar llegaron a futbolistas profesionales y muchos de ellos a ser internacionales. Casi nada.
A diferencia de lo que pasó con Orizaola y Laureano, hombres que estaban en el club y que cubrieron una etapa de provisionalidad, el caso de Quique Setién se despliega con una visión de futuro asentada en una gran responsabilidad por el tamaño y poderío del club, pero también en la calidad de un jugador extraordinario que aún puede hacer mejor a su equipo con entrenadores con el talento y la personalidad de Quique Setién.
Pero eso lo dirán el tiempo y el balón. Lo que está claro es que 'el flaco' afronta esta nueva etapa con la misma ilusión con la que la iniciaron sus dos paisanos. Con eso y con el genio que ya ha demostrado en los diferentes banquillos por los que ha pasado, tiene todos los ingredientes para que en esta experiencia le vaya bien. Con futbolistas como Leo Messi, sobre el papel, todo es mucho más fácil. Al menos, entrenar a un equipo como el Fútbol Club Barcelona y dirigir a algunos de los mejores jugadores del planeta es algo con lo que sueña cualquier entrenador.
Y con Quique Setién ya son tres los técnicos de la tierruca que han cumplido ese deseo en la ciudad condal. Cantabria es pequeña, pero sigue dejando su huella en uno de los clubes más poderosos e influyentes del mundo. El entrenador santanderino tiene un gran y bonito reto por delante.
Seguimiento del fichaje de Quique por el Barcelona
Aser Falagán
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