Paco Gento, La Galerna que pasó por el Mundial
Por partida doble ·
El de Guarnizo, que participó en Chile 1962 e Inglaterra 1966, es uno de los dos cántabros que jugó dos Mundiales seguidosSecciones
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Por partida doble ·
El de Guarnizo, que participó en Chile 1962 e Inglaterra 1966, es uno de los dos cántabros que jugó dos Mundiales seguidosUna pierna izquierda temida por sus rivales. «Gento corre mucho, pero lo peor no es cómo corre, lo peor es cómo se para», comentaba un defensa del Manchester United tras enfrentarse a él. Precisamente esa velocidad a veces incluso acarreaba problemas también a sus compañeros ... de equipo, que sufrían para seguir el ritmo del cántabro. Y es que las cualidades físicas y técnicas de Paco Gento (Guarnizo, 1933-Madrid, 2022) le llevaron a ser el mejor extremo izquierdo de todos los tiempos.
'La de kilos que valdría este tipo ahora' es una frase que se podía escuchar cuando su nombre asomaba los labios de padres y abuelos acodados en la barra de un bar o apoltronados en el sofá charlando sobre fútbol. Comentando como el hijo de un camionero que dejó los estudios a los 14 años para dedicarse a cuidar de las vacas de la familia se convirtió años después en una leyenda. En el único jugador con seis Copas de Europa en su palmares, cinco consecutivas, pero también 12 ligas, dos copas del Rey y una Intercontinental. Títulos, títulos y más títulos. Todos en las 18 temporadas que jugó en el Real Madrid, al que llegó con apenas 19 años.
Pero también dejó su huella con la selección española. El cántabro ganó el primer gran título de la Roja en la Eurocopa de Naciones en 1964; y disputó dos Mundiales. Las fases finales de Chile 1962, donde compartió vestuario con otro cántabro, el torrelaveguense Enrique Díaz Pérez 'Pachín', algo que le resultaba más que familiar al de Guarnizo porque ambos jugaban juntos en el Real Madrid, y también participó en el Mundial de Inglaterra en 1966. Alcanzó todo aquello a lo que puede aspirar un jugador de fútbol, pero su historia comienza mucho antes. Antes incluso de su paso por el Racing.
Sus primeras patadas a la pelota las dio en la SD Nueva Montaña. Ahí compaginaba en fútbol con el atletismo y cultivó la terrible velocidad que después le haría ganarse el apodo de 'La Galerna del Cantábrico', sobrenombre con el que le bautizó el No-Do. El mismo al que el de Guarnizo tenía que recurrir para ver qué tal había jugado ese fin de semana. Tocaba ir pronto al cine si quería ver la repetición de sus goles. «Cuando quería ver algún partido mío tenía que ir al No-Do para verlo. Me sentaba allí y decía: 'A ver cómo he metido el gol'. Era otra historia», explicaba Gento. Sí que lo era. Otro fútbol y también otra forma de verlo.
Hoy en día los analistas y entrenadores tienen controlado hasta el último aspecto del rival, cómo juega, sus esquemas... Antes eso era una entelequia. Los futbolistas de la quinta de Gento apenas sabían las alineaciones de algunos equipos ni tenían mucha idea de cómo jugaban, algo que él mismo reconoció en más de una ocasión.
De la SD Nueva Montaña pasó al Unión Club de Astillero, en la primera categoría regional de Cantabria y más tarde debutó en la Tercera División con el Rayo Cantabria, filial del Racing. El equipo en el que soñaba con jugar Gento en su niñez. Lo consiguió. Pronto pasó a enfundarse la verdiblanca con un Racing asentado en Primera División y en la temporada 1952-53 debutó con los cántabros. Solo disputó diez partidos en Liga, pero no hizo falta más. El talento se le caía de los bolsillos y ahí apareció el Real Madrid. La llamada del equipo de Santiago Bernabéu lo cambió todo. De Madrid al cielo. Allí llegó con la velocidad como virtud, pero además de su rapidez hacía gala de una frenada en seco que tenía en sus oponentes a su víctima favorita. «Aún sueño que juego, y entonces me lo paso muy bien porque tengo la velocidad que tenía antes», contaba Gento en una entrevista. Y es que en su juventud arrancaba con tanta fuerza que le hizo ganarse su apodo. «La galerna es una ola alta de esas que viene y te llevan la casa o te llevan a ti. Me lo pusieron por la rapidez que tenía yo, que era como una ola, y ahí me quede con 'La Galerna'», recordaba él mismo.
El de Guarnizo fue el primer cántabro en marcar con la Roja, en un España-Polonia de octavos de clasificación para la Eurocopa, pero se quedó sin hacerlo en los dos Mundiales a los que acudió. El de Chile, en 1962, fue el primero, y aunque en aquella ocasión la selección no brilló a pesar de acudir con un equipo con jugadores como Puskas o Di Stefano, sí que lo hizo Gento, que se reveló como el mejor extremo izquierdo del Mundial. Cuatro años más tarde participó en Inglaterra 1966.
Allí reapareció con el brazalete de capitán, 32 años y tras tiempo sin convocar, pero Argentina y Alemania dinamitaron las esperanzas de la Roja. Aunque Gento todavía tuvo tiempo de dar un pase de gol a Amancio ante Suiza en el minuto 66. Algunos años más tarde se desanudó las botas. Se retiró en 1971, pero nunca se desmarcó del mundo del fútbol como presidente de honor del Real Madrid hasta su fallecimiento. «Tienes que elegir los lugares de los que no te alejas», escribió Joan Didion. Y Gento siempre supo elegir.
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