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R. ERRASTI | A. FALAGÁN
Las Rozas | Santander
Miércoles, 20 de marzo 2019, 07:17
Sergio Canales compareció risueño en la sala de prensa. La misma sonrisa que aquel joven que asombró a España cuando debutó con el Racing, pero muchas cosas han cambiado en él desde entonces. No sólo su aspecto físico, ya que además del pelo su cuerpo ... se ha ido moldeando tras tres graves lesiones de rodilla, sino porque es más maduro. Dentro del campo, donde asume más responsabilidades en el juego, y también fuera de él: es padre y esposo. Hubo un momento en el que, debido al infortunio físico en sus articulaciones, dejó de pensar en la selección como un objetivo real. Ya recuperado, ha sido el Betis de su paisano y referente Quique Setién, el mismo que le convenció para firmar por el equipo sevillano cuando estaba a punto de terminar su contrato con la Real Sociedad, el que ha impulsado de nuevo su carrera y hecho recordar a aquella joven promesa que deslumbró de verdiblanco. En aquella época de verdiblanco racinguista. Ahora bético.
«Siempre tuve la ilusión por llegar a la absoluta tras pasar por todas las categorías inferiores, pero hubo momentos que sentí que ya no era un objetivo y dejó paso a otros que eran prioridad. Una vez cumplidos esos objetivos, tenía en mente recuperarme, estar bien, tener continuidad y mostrar buen nivel. Lo he superado con muchas expectativas y estoy muy feliz por ello», explicaba ayer el de Cueto.
Porque ha tenido que remontar mucho para conseguir un objetivo que parecía su destino natural mucho antes, prácticamente a los veinte años. Cuando Miguel Ángel Portugal le dio la continuidad que Carlos Mandiá y Juan Ramón López Muñiz no le brindaron y aquel joven talento rubio deslumbraba a la Liga mientras Francisco Pernía le negaba la renovación. Su plan, presionarle para que lo hiciera en el modo -y con los intermediarios- que el entonces presidente tenía en la cabeza.
Debut tardío
Cuando quiso retenerle ya era tarde y sólo el empeño del propio futbolista permitió que su marcha dejara algún dinero -poco- en las arcas del club cuando se marchó al Real Madrid. Pero después llegaron Mourinho, las tres lesiones de rodilla y algún entrenador que no le dio toda la confianza merecida. Ahora, cuando deslumbra con el Betis, llega al fin a la Roja.
No niega que la llamada ha hecho feliz a mucha gente de su entorno tras meses en los que se reclamaba su convocatoria. «Cuando me enteré de la noticia fue un momento muy feliz para mí y para la gente que tengo alrededor, para el vestuario y mis compañeros. Su felicidad, la ilusión y ganas que me transmitieron fue increíble. Es lo que más valoro. Lo veía en todos los lados y tenía más expectativas que otras veces».
Entretanto, pasó sus años de juventud viendo cómo sus maltrechas rodillas -tras superar dos roturas de ligamentos en una de ellas vio cómo le ocurría lo mismo en la otra- le impedían aspirar siquiera a hacerse con un lugar en un equipo que vivía un ciclo histórico. Como tampoco pudo después, cuando la Roja se renovaba: «No me iba a enfadar por no venir a una selección que ha ganado Mundial y Eurocopa y que sigue siendo una de las mejores del mundo. Venir es un premio a una buena temporada. Me he perdido muchas cosas que no me he querido perder y ahora voy a dar todo lo que tenga dentro para disfrutar de esta maravilla», reflexiona desde una posición que ya no sabía si iba a alcanzar en algún momento.
Selección
El cántabro se define como alguien distinto a quien era antes de sufrir esas experiencias. Y como un jugador diferente, por supuesto. «La gente y las experiencias que he tenido que me hacen madurar. Cuando me paro a pensar y hago un análisis veo que después de cada lesión he sido un jugador diferente. Ahora después de esta última evolución me siento mucho más fuerte en todos los ámbitos. He aprendido mucho», reflexionaba ayer el centrocampista en su primera rueda de prensa como internacional absoluto.
Las lesiones
«Ahora me veo capaz de estar bien colocado en el campo -continuaba-. Antes me movía por donde veía y ahora entiendo mejor las necesidades del equipo. Creo que puedo resolver jugadas, me asocio con mis compañeros, puedo superar líneas.... Me siento más maduro, cómodo y fuerte en el campo», decía antes de reconocer, que viéndolo con perspectiva, «estar en la selección es un premio enorme después de todo el trabajo. Me ha costado mucho llegar hasta aquí, es una ilusión y un sueño cumplido. Cualquiera que venga aquí se lo debe tomar como un premio. Voy a dar el 200%. Poder disfrutar de esto es una maravilla».
El santanderino detalla lo que ha sentido de Luis Enrique antes de los dos primeros partidos de clasificación para la Eurocopa 2020 de España, ante Noruega y Malta. «Me ha comentado que me ve en banda o como interior, que sea un jugador que propone y quiere la pelota y que esté en continuo movimiento con el balón. Desde el primer momento que he llegado Luis Enrique nos ha transmitido un gen ganador. Vamos a salir a por el rival, a ser protagonistas, vamos a salir a ganar cada partido. Así nos lo ha transmitido el seleccionador. Son importantes los primeros pasos para la Eurocopa en la que queremos ser favoritos e ir por ella», aclaró recordando el nivel que tiene el grupo, candidato a todo, pese a las últimas experiencias de la Roja en los grandes torneos, ve a la selección aspirante a todo.
Selección
«El grupo que me he encontrado es fenomenal, soy nuevo y no me siento así. He notado mucha ilusión en el vestuario, ganas de empezar esta fase de grupos». Ganas no le pueden faltar al cántabro, que lleva una década aguardando un momento que se ha hecho esperar demasiado, mucho más de lo que por sus condiciones, fútbol y talento debería. Casi una década, de hecho. Pero ahora ya sueña con jugar la Eurocopa. Y lo hará como verdiblanco, aunque verdiblanco del Betis.
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