Torrelavega presume de su 'ADN 39300': Animar, animar y volver a animar

El triple final de Cizmic desató la locura en el Trueba el sábado. Y eso que en realidad, no hubo sorpresas, pero sí euforia colectiva. Era la última canasta del partido y a pesar de que no era necesario que el Grupo Alega Cantabria ganase al Bueno Arenas Albacete para lograr el ascenso a LEB Oro, alcanzar la nueva categoría con una victoria (61-58) hizo que los más de 2.500 espectadores que había congregados en el pabellón de Torrelavega brincasen al unísono del asiento en el que habían hecho ondear banderas y bufandas. Cada uno la suya, porque entre las gradas se veían muchas verdes y rojas, pero también blanquiazules. Se celebraba el ascenso del Alega a LEB Oro, pero también el de la Gimnástica a Segunda RFEF después de golear esa misma tarde al Castro (0-8).

«Qué momentazo. El deporte cántabro está de enhorabuena», «Esto no se ve todos los días, lo de este sábado va a ser patrimonio deportivo de Cantabria, dos ascensos en el mismo día». El sábado, antes de que el balón botase sobre la pista del Trueba, no había otro tema de conversación entre los seguidores de uno y otro equipo. Aunque muchos lo eran de ambos. Dos deportes con un nexo en común: Torrelavega. ADN39300, como se encargaron de cantar los jugadores del Alega poco después del pitido final y unos minutos antes de recibir a la plantilla de la Gimnástica sobre el parqué para festejar sus logros. Juntos. Los de Sergio Fernández, 'Sesi', no se quisieron perder el encuentro, terminar de celebrar su ascenso y, de paso, devolver el apoyo que los de Mangas les brindaron hace dos fines de semana, cuando los blanquiazules podían haber consumado su promoción a Segunda RFEF, pero la Cultural les aguó la fiesta. Cuando el speaker anunció a la plantilla blanquiazul, pidió un aplauso por parte del público, aunque casi no hizo falta: el aficionado sabía cuál era su 'trabajo. Animar, animar, animar... Y volver a animar. Los jugadores de ambos equipos se llevaron una ovación de tal magnitud que podría haber quedado registrada oficialmente como un pequeño terremoto de varios grados en la escala Ritcher.

Los jugadores cumplieron con el recital de cánticos, saltaron y se abrazaron en el centro del campo. Y no fueron los únicos. Los entrenadores de ambos equipos, con una sonrisa de oreja a oreja, se daban palmadas en la espalda y se felicitaban por lo conseguido, que no es poco. 'Sesi', en apenas tres meses al frente del banquillo blanquiazul ha sido capaz de reconducir a la Gimnástica y auparla hasta Segunda RFEF. Lo de David Mangas es un poco diferente. El abulense lleva desde 2018 a los mandos del Alega, que entonces todavía era el Estela Cantabria, y durante esta temporada ha sabido mantener al equipo líder del grupo Oeste durante casi todo el curso.

Lo del sábado era el premio a años de esfuerzo sostenido. El sábado, vestido, al igual que el resto de su cuerpo técnico, con una camisa blanca tan impoluta y deslumbrante que casi había que mirarla con gafas de sol, y pantalón beige, Mangas sonreía seguramente pensando que el curso que viene Marc Gasol estará en la pista del Vicente Trueba. Y también el Estudiantes, el Girona, el Tau... Y que es posible que retorne gente que no pisaba el pabellón desde los tiempos de la ACB. Y eso es bueno.

Aunque durante el partido sí mantuvo semblante serio. No es que no se fiase del resultado o que pecase de prudente, es que respeta al rival y vive en estado de alerta. Una situación a la que se ha acostumbrado después de toda una vida dedicada al baloncesto. Él sabe mejor que nadie que todo depende de la pelota. Si entra, eres un monstruo y si no, un fracasado. Campeones del grupo Oeste y ascenso a LEB Oro. Si en ese momento a Mangas le hubieran preguntado cuál ha sido el secreto, lo más seguro es que el técnico hubiese respondido que no hay secreto. Bueno, sí, uno: Trabajo, mucho trabajo.

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