Las nuevas caras de un clásico

«Entrenamos tres días a la semana: martes, jueves y viernes. Se hace un poco de todo, desde juegos hasta competiciones amistosas». Lo importante es entrar en contacto con las modalidades del atletismo, pasarlo bien y hacer ejercicio. «Es crucial que los niños se entretengan, de lo contrario se van a ir a otros deportes o van a dejar la actividad física», aclara el presidente. Por eso los pequeños prueban todo: salto de longitud, salto de altura, larga distancia, corta distancia, lanzamiento de peso, etc. «Es la clave para que lo pasen bien y se diviertan».

Si no hay diversión, los pequeños terminan por fugarse a otras prácticas con más popularidad televisiva como el fútbol o el baloncesto. Algunos, los menos, toman el atletismo como un modo de preparación para entrar en forma y después competir en otros deportes. «Eso no tiene por qué ser malo. Lo que nos da pena es cuando dejan de venir con nosotros para dedicarse por entero a esas otras prácticas», lamenta Fuica.

La mayor parte del trabajo se desarrolla en las pistas de atletismo de Laredo. Una instalación que precisa de una rehabilitación. «Están un poco mal. Necesitarían revisiones para ponerlas a punto para entrenar en condiciones y competir. Supongo que se hace lo que se puede, porque el propio Ayuntamiento nos ayuda cada año con algo de dinero para comprar nuevo material, sean vallas, conos, colchonetas. Con el uso, poco a poco, todo se estropea o se va quedando obsoleto».

El club pasó un mal tiempo hace 25 años. «Justo cuando yo llegué a la presidencia la cosa estaba mal. Estuvieron pensando abandonarlo. Éramos 10 personas al cargo de esto. Afortunadamente hubo mucha gente a la que le pedí que colaborara y aquí estamos. Recuerdo cuando solo había un chico que entrenaba con nosotros. Él era la única cantera. Hoy ese chaval, que se llama Borja Jiménez, ha crecido y es monitor de otros niños. Espero que algún día llegue también a ser presidente de todo esto», aclara Fuica.

Los destacados

Algunos niños sí han logrado destacar a nivel regional. Javier Calle y Janira Rodríguez son dos cadetes en la Selección Cántabra. «Hicieron un buen papel en el Nacional último». Son los mejores en fondo. Igual que sucede con todos los del club: «Será tradición, pero lo cierto es que siempre hay clubes que destacan por algo. Pues aquí es por el fondo, no sé muy bien por qué. Será que es lo que más entrenamos. O será sencillamente que a la gente le gusta mucho correr».

Los padres juegan uno de los papeles más importantes. Todos los entrenadores coinciden en que su presencia y sus ánimos alimentan el potencial competitivo de los niños. «Se sienten arropados, acompañados, apoyados. El chiquillo necesita de un adulto detrás que lo lleve a entrenar, que lo felicite por la consecución de objetivos, por el esfuerzo y la dedicación. También por las victorias, o incluso por las derrotas. Pero en todo caso hace falta un adulto que esté ahí, acompañándolo, que crea en él y que lo apoye en este deporte», explica el presidente del Atletismo Laredo. Porque la base es el fundamento de la entidad verde. «No nos interesan las categorías absolutas, no tendría mucho sentido. Queremos asegurar el futuro de este equipo y para eso es preciso que trabajemos con amor la cantera».

También haría falta frenar la fuga de talentos. «Es un problema, pero llegados los 14 años las cosas empiezan a cambiar y el atletismo pasa a un segundo plano. Los estudios se complican, empieza la adolescencia, y es difícil que no haya fugas. Tendríamos que frenar eso. Será nuestro objetivo de aquí a los próximos años».