Secciones
Servicios
Destacamos
Marco García Vidart
Domingo, 28 de agosto 2016, 09:20
Era el día perfecto para lucirse. Para compartir una tarde con otros 30 flamantes campeones olímpicos en un recinto de tanto postín como el Stade de France. Y para demostrar que esa medalla de oro olímpica hace prolongar estados de gracia. Y todo eso le ... ocurrió ayer a Ruth Beitia. No hacía ni una semana que ganaba su oro olímpico en salto de altura y ayer, la cántabra brincaba en París en una nueva reunión de la Liga de Diamante. Y de nuevo, el triunfo se venía para Santander. Beitia se imponía con 1,98 para igualar su mejor marca de la temporada y para terminar con tres intentos para igualar esos 2,02 que tiene como récord de España desde 2007 en San Sebastián. El triunfo en salto de altura en esta Liga de Diamante está casi en el bote, porque a la cántabra le vale con ser quinta en Zúrich el próximo jueves siempre que gane la caribeña Levern Spencer para llevarse el título por segundo año consecutivo.
París ponía a prueba la fortaleza física de la santanderina. La mental se daba por supuesto que estaba por las nubes con ese oro olímpico ya en el cuello. Pero entre el día posterior en Río, el viaje a España y el recibimiento y los agasajos en Santander, a Beitia apenas le había dado tiempo a descansar. La reunión de París la empezó a preparar el miércoles. A la capital gala, Beitia llegaba con un cómodo colchón de puntos sobre la saltadora de Santa Lucía Levern Spencer, de facto su única rival por el título. Y la caribeña dio una primera muestra de debilidad en 1,80, altura que franqueó en su segundo intento. La campeona olímpica seguía sentada en el tartán. Si el 1,85 está disponible, ahí suele debutar.
La santanderina volvió a tirar de manual, de experiencia y de estado de forma. 85, 90, 93... Todo a la primera. El resto de competidoras iba mandando listones al suelo. Spencer se había dejado otro nulo en 1,93. Y llegó el 1,96. Por allí volaron Beitia y Spencer a la primera y se quedaron solas en el concurso. La búlgara Demireva, plata en Río; la italiana Trost, la uzbeka Radzivil y la norteamericana McPherson decían adiós a los aficionados.
A la primera en 1,98
Beitia realizó entonces lo que mejor se le da desde hace algunos años. La campeona olímpica se ha especializado en destrozar competiciones con concursos inmaculados y, sobre todo, en pasar alturas de esas que se llaman psicológicas al primer intento. La lista es larga. El Europeo de Zúrich de 2014, el de Ámsterdam en 2016, los Juegos de Río... Y ayer, tocó hacerlo en París. Con el listón sobre 1,98, la campeona olímpica voló de nuevo al primer intento. Demasiado para una Levern Spencer que en el 1,96 había conseguido su mejor marca de la temporada. La caribeña, sabedora de que sus opciones en París habían terminado y casi también las que tenía en la Liga de Diamante, intentó rizar el rizo. Tras dos nulos, renunció al tercero. Pero Beitia tampoco quiso saltar en la siguiente tentativa, dos metros. Ahí, Spencer tiró la toalla.
Beitia se quedaba sola. Y pidió un poco más a esas piernas que desde hace una semana apenas conocen el descanso. Tres intentos sobre 2,02, igualar a la mejor Ruth de siempre. Los tres fueron nulos.
El estadio Letzigrund de Zúrich, una de las catedrales mundiales del atletismo y uno de los estadios favoritos de Ruth Beitia, verá este jueves la última competición en salto de altura en la Liga de Diamante. Salvo cataclismo, de nuevo Beitia estará en lo más alto del podio junto a las demás grandes estrellas del atletismo mundial para poner el punto y final a una temporada mágica.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.