Otra cita con la historia

La Weltklasse de Zúrich hace entornar los ojos de satisfacción a cualquier atleta. En el estadio Letzigrund se respira atletismo del mejor por los cuatro costados desde aquella primera edición en 1928. Para Beitia es, junto con el estadio Rey Balduino de Bélgica, el «gran estadio que hay en el mundo para una competición de atletismo».

La campeona olímpica en Río lo tiene prácticamente hecho. Beitia llega a Zúrich con 41 puntos en la general de la Liga de Diamante. Y la siguiente clasificada y su única rival, la atleta de Santa Lucía Levern Spencer, suma 25. La última prueba de la Liga de Diamante puntúa doble y reparte 20, 12, 8, 6, 4 y 2 puntos a las seis primeras clasificadas. Con esos números, todo está a favor de Beitia. Si Spencer no gana, directamente el título es para la de Santander. Y si vence la caribeña, a Ruth le vale con terminar quinta. Los precedentes también están muy a favor de la cántabra, que ha ganado cuatro competiciones de la Liga de Diamante de este año.

El plantel de saltadoras hoy en Zúrich es prácticamente idéntico al que hubo el pasado sábado en el Stade de France de París, con la principal novedad de la polaca Kamila Licwinko en el concurso. Suya es la mejor marca de la temporada de entre todas las participantes, 1,99. Pero en este 2016 ese dato de mejor marca se ha convertido en irrelevante. Quien manda en los concursos es sólo una atleta que ha convertido este año en el suyo. Salvo un imprevisto mayúsculo, Ruth Beitia está a muy pocos brincos de añadir hoy un segundo diamante a una colección ya inigualable en el atletismo español. Será el punto y final a una temporada irrepetible en el que la santanderina ha entrado en la leyenda de este deporte.