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diego reinares (colpisa / afp)
Lunes, 2 de enero 2017, 00:23
La imagen del deporte de Rusia no salió precisamente reforzada en 2016. Ese país estuvo en el centro de casi todas las acusaciones, entre las revelaciones del informe McLaren de un dopaje de Estado, los positivos por meldonium y los casos detectados en reanálisis de ... los Juegos de 2008 y 2012.
"Es un violento ataque contra el deporte ruso", se defendió amargamente Vitaly Mutko, exministro ruso de Deportes ascendido a viceprimer ministro del país, encargado también de las cuestiones deportivas.
Rusia había empezado a quedar señalada en noviembre de 2015, cuando su atletismo fue suspendido tras la revelación de un dopaje sistemático. Pero el caso alcanzó una amplitud mucho mayor en julio de 2016, ya en plena recta final hacia los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, cuando el informe del jurista canadiense Richard McLaren, encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), sentenció que hubo un sistema organizado desde el Estado de manipulación y falsificación de muestras, especialmente alrededor de los Juegos Olímpicos de invierno que el país organizó en 2014 en Sochi.
La crisis estaba abierta: ¿qué futuro le esperaba al deporte ruso en los Juegos Olímpicos de Río? ¿Podía ser el país excluido completamente, en todos los deportes? Finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) no optó por ese 'botón nuclear' y optó por dar libertad a las Federaciones Internacionales para que decidieran qué deportistas rusos podían estar contaminados por el sistema de dopaje y cuáles no.
La polémica estaba servida por esa medida salomónica, por la cual la exclusión fue parcial y la mayoría de rusos pudieron competir. En el atletismo, los primeros suspendidos, sólo fue autorizada a participar una rusa, la saltadora de longitud Darya Klishina, residente en Estados Unidos y fuera de la red de dopaje rusa.
Ya en diciembre, tanto la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) como el Comité Olímpico Internacional (COI) decidieron prorrogar sus sanciones contra Rusia, a la espera de acontecimientos.
La publicación de la versión final del informe McLaren el viernes 8 de diciembre dio más detalles sobre cómo funcionaba ese sistema estatal en Rusia. "Existen pruebas contundentes de un dopaje institucionalizado entre 2011 y 2015", sentenció Richard McLaren al presentar esa versión final.
Rusia intentó aplacar el enfado de la comunidad deportiva internacional haciendo reformas e incluso el gobierno de Vladímir Putin modificó la ley para contemplar penas de cárcel a los entrenadores o médicos culpables de incitar a deportistas a doparse.
Daños del pasado
No ayudaron a la buena imagen de Rusia otras informaciones que vincularon al país con el dopaje. Varias vinieron, en forma de goteo, con los resultados de los reanálisis de muestras que se conservaban de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008 y de los de Londres-2012. El número total de resultados positivos confirmados en esos reanálisis superó el centenar y en la lista de países afectados, Rusia dominó con claridad por delante de otros países del antiguo bloque del Este (Kazajistán, Azerbaiyán, Bielorrusia, Ucrania...).
«Habrá nuevos casos que se anunciarán en las próximas semanas o meses», afirmó Richard Budgett, director médico del COI, aludiendo a las muestras de Londres-2012. Nuevos positivos rusos no contribuirán a mejorar la situación del país en la escena internacional.
La crisis del meldonium
Otra ola de positivos que hizo daño especialmente a Rusia fue la del meldonium, un medicamento popular en el país y otros de su órbita, que desde principios de año pasó a estar prohibido.
Entre los positivos que se fueron conociendo en 2016 destacó el de la exnúmero uno del tenis Maria Sharapova, que el 7 de marzo anunció en una rueda de prensa que había dado positivo por meldonium durante el Abierto de Australia de enero. Sharapova explicó que consumía ese medicamento desde hacía diez años con prescripción médica. Fue suspendida dos años, pero luego el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) redujo el castigo a 15 meses y podrá volver a competir el 26 de abril de 2017.
Además de ese regreso de Sharapova a las pistas, el año 2017 abre interrogantes sobre Rusia que van más allá. ¿Estarán los atletas rusos en el Mundial de Atletismo de Londres? ¿Se levantarán las sanciones de la IAAF y el COI? Las respuestas marcarán el futuro deportivo del país, con la perspectiva ya de los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeonchang, a principios de 2018.
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