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Marco García Vidart
Martes, 7 de marzo 2017, 07:46
Nuria Fernández, ese pundonor hecho persona y que disfruta más que nunca del atletismo tras ser madre, le ha quitado un pequeño honor. Porque la madrileña, con su participación en el Campeonato de Europa de Pista Cubierta de Belgrado, se convirtió, a sus 40 años, ... en el atleta español más veterano hombre o mujer en participar en un Europeo bajo techo. Porque de lo contrario, el récord hubiese sido también suyo. A sus casi 38 años los cumple el 1 de abril, a Ruth Beitia le quedan un par de años para igualar a Nuria. Pero lo que sí consiguió la santanderina este fin de semana es añadir otro pedazo de historia al atletismo español. Con esa edad que ella tiene, nadie había conseguido una medalla esta vez fue plata en un certamen así. Si ya es complicado simplemente aguantar en un deporte tan exigente como el atletismo a esas primaveras, estar entre la élite mundial y peleando siempre por lo más alto del podio suena casi a utopía. Y tras su decimoquinta medalla en grandes competiciones internacionales, la santanderina avisó. «Voy a por la 16, la 17, la 18...». Da la impresión de que la campeona olímpica es de esos deportistas con un físico que desafía al tiempo. El tenista Roger Federer (35 para 36 años), el ciclista Alejandro Valverde (cercano a los 37) o el quarterback de los New England Patriots últimos campeones de la NFL de fútbol americano Tom Brady, que va para los 40, son otras rara avis similares a Beitia.
El tiempo dirá si llega a emular a Ruth Beitia con tanto título. Pero por el momento, la cántabra Violeta de la Maza ya ha añadido uno de los importantes a su palmarés. La atleta del Piélagos se proclamaba este domingo campeona de España júnior de salto de altura en el Nacional de la categoría que se disputó en Valencia. La atleta del Piélagos, que se había asegurado una medalla tras superar el listón sobre 1,64, se elevó finalmente por encima de 1,67 metros en su tercer intento, registro que le valió para subirse a lo más alto del podio.
Posteriormente, Violeta de la Maza trató de rebasar el listón sobre 1,69, lo que hubiese supuesto mejorar en un centímetro su marca personal de siempre. La mexicana Sophia Isadora Molina, que competía fuera de concurso, venció en la prueba con la misma marca que De la Maza (1,67), aunque con una competición más limpia. La plata en el Campeonato de España fue para Sofía Zorrilla (1,64) y el bronce lo compartieron dos atletas, Marta Pérez y Noelia González, ambas con 1,60.
Si la comparación con otros deportes y deportistas a nivel mundial ya suscita admiración, a la hora de analizar la competición de salto de altura los datos de Beitia son aún más demoledores. La cántabra era, de lejos, la más veterana de las que saltaban en la final del Kombank Arena de Belgrado. Una apenas conocida Oksana Okuneva, de Ucrania para más señas, era la segunda con más años del concurso, con 26 para 27 que cumple el próximo día 14... Y con 26 tacos estaba también la croata Ana Simic. De ahí, para abajo. En la final de Belgrado había tres niñas de 19 años, como la ucraniana Yuliya Levchenko, la checa Michaela Hrubá y la británica Morgan Lake. Entre medias, la campeona, la lituana Airiné Palsyté. Los próximos que cumple, el 13 de julio, son 25 años.
Madrid, el inicio
A esa edad que pronto alcanzará la lituana comenzó Ruth Beitia su particular colección de medallas en competiciones internacionales como atleta de categoría sénior, aunque antes había ganado el Europeo sub-23 en Ámsterdam en el año 2001. El Campeonato de Europa de Pista Cubierta de Madrid 2005 vio cómo la santanderina, por entonces de 25 años, se colgaba una medalla de plata al cuello. De las saltadoras con las que compartió calificación y final en la capital de España apenas queda nadie en activo. La rusa Chicherova, que ganó aquel oro, ha visto cómo el dopaje sistemático que tiene a su país, Rusia, vetado en las competiciones, ha terminado de facto con su carrera, en la que ha sido desposeída del bronce de Pekín 2008 por dopaje. En aquel campeonato de Madrid saltaba en la final una sueca llamada Emma Green, que fue octava con 1,89 con apenas 20 años. Casualidades de la vida, la nórdica ha puesto fin a su carrera este pasado fin de semana en un Europeo de Belgrado en el que se quedó fuera de la final al saltar en la calificación 1,86. Mientras, Beitia ha seguido a lo suyo. Plata en aquel Europeo de Madrid y otra plata este fin de semana en Belgrado. Para la santanderina, doce años no es nada.
La regularidad de Beitia ha sido, durante todos estos años, como esa lluvia fina que cae de forma recurrente en Cantabria. Desde esa plata madrileña, tan solo en un año no ha pillado medalla en una gran competición internacional. En el único Mundial en Pista Cubierta que se ha celebrado en España Valencia, en 2008, la cántabra fue cuarta, con un mejor brinco sobre 1,99. En los demás años ha caído alguna medalla, bien sea en pista cubierta o al aire libre. Sobre todo a partir de 2012, el inicio del quinquenio mágico de la cántabra: tres oros europeos al aire libre, otro en pista cubierta, un bronce mundialista al aire libre, plata y bronce mundiales en pista cubierta... Y ese oro olímpico en Río que la ha hecho eterna. Ruth Beitia ha convertido al tiempo en su mejor aliado. Por ella pasa más lento que por sus rivales para traducirse en experiencia y, de paso, en medallas. En el siguiente Europeo bajo techo, en 2019 en Glasgow, ya la esperan.
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