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El viaje a México de las selecciones cántabras y española de bolos tuvo el pasado sábado un contratiempo inesperado que, afortunadamente, ha quedado en un susto. Carlos García tuvo que ser operado de urgencia por culpa de un piedra que obstruía uno de sus riñones ... y ha pasado tres días en el Hospital Español, en México D. F., hasta ser dado de alta en la jornada de ayer. El zurdo de Andros no pudo jugar el partido entre ambos combinados disputado en la tarde del domingo.
La expedición, acerca de la cual ninguna de las dos federaciones, ni la Cántabra ni la Española, ha ofrecido ningún tipo de información, ni plan de viaje, ni agenda ni programa deportivo, partió el pasado día 13. La misma está formada por seis jugadores, cinco cantantes -encargados de diversas actuaciones musicales en actos-, Norberto Ortiz, presidente en Cantabria, José Luis Díaz de Rojas, mandatario en Madrid, y un medio de comunicación invitado por parte federativa a acudir, a gastos pagados por los organizadores mexicanos del viaje y costeando él su billete. Otros medios rechazaron la oferta de formar parte de la comitiva por diferentes motivos, mientras que El Diario Montañés en ningún momento ha recibido ninguna comunicación al respecto.
Una vez en tierras aztecas Carlos se sintió indispuesto, lo que le obligó a acudir al hospital para ser tratado de un problema por culpa de una piedra en uno de sus riñones que obstruía el canal y el funcionamiento de un órgano tan importante para el cuerpo humano. El jugador fue intervenido para evitar problemas mayores, una operación que salió bien y que, después de tres días de ingreso, permitió por fin ayer al zurdo abandonar las instalaciones del Hospital Español, donde ha estado permanentemente con él su compañero de partida en Andros La Serna Lolo Lavid, que ha acudido todos los días a visitarlo. Ortiz y Díaz de Rojas también fueron en una ocasión.
Con una atención sanitaria correcta por parte de los profesionales del centro durante toda la estancia, ahora a Carlos le queda la segunda parte, la de hacer frente a los gastos médicos derivados de su enfermedad. Como parte de la expedición, integrada por las selecciones cántabra y española, el jugador tiene un seguro que se hará cargo de las facturas, aunque al no tener la compañía convenio con el centro hospitalario es el bolista el que tiene que adelantar el dinero, que rondará los 10.000 euros. Por parte federativa ninguna de las dos ha aportado cantidad alguna.
Un contratiempo que, afortunadamente, ha quedado en susto. Mientras tanto el viaje bolístico a México, que ya tiene el mismo número de cantantes que de jugadores, continúa durante estos días, sin agenda oficial y sin que el resto de federados de Cantabria sepa cuándo se juega a los bolos en tierras aztecas.
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