Todo un desafío contra los elementos

Acompañados siempre por la borrasca, los participantes ofrecieron una lección de sacrificio y un buen espectáculo en una prueba muy disputada en categoría masculina y mucho más desigual en la femenina, en la que el menor número de participantes propició que las ganadoras se impusieran con comodidad ante las campeonas veteranas, que se subieron además al segundo cajón del podio absoluto.

A primera hora de la mañana, la organización, después de consultar con los responsables del teleférico de Fuente Dé y ver que debido a vientos de más de 80 kilómetros por hora era imposible acceder a la estación superior desde donde, en sus inmediaciones, iba a dar comienzo la prueba, informó a los 200 participantes que se había puesto en marcha un plan B que daría comienzo a las 9.30 horas desde la campa de Fuente Dé, para realizar una salida andando neutralizada de cinco kilómetros hasta las portillas de Iguedri.

Allí llegaron todos los participantes internándose en el puerto de Áliva, donde a las 11.30 horas se volvía a realizar de nuevo la salida, hasta comenzar a coger la nieve y dar inicio la verdadera competición, ascendiendo hasta la Horcadina de Covarrobres, donde los participantes en la prueba principal tuvieron que realizar dos ascensiones, bajando hasta el refugio de Áliva, desde donde tuvieron que hacer un descenso hasta Campomayor, cerca de la ermita de la Virgen de la Salud, donde estaba instalada la meta.

Desde el primer momento los grandes favoritos, Merillas y Jumere, se destacaron al frente del grupo junto con Hernando y Gómez, del equipo de la Guardia Civil, y tomaron el mando de la prueba a un fuerte ritmo que fue descolgando progresivamente a todos sus competidores. En Áliva el viento no era fuerte, pero donde se notó con gran incidencia fue al llegar a la Horcadina de Covarrobres, lo que obligó a todos los corredores a pasar con mucha precaución.

La pareja formada por el castellano Manuel Merillas y el francés Wilfrid Jumere se entendió a la perfección. El español como especialista en subida y el francés arriesgando más en las bajadas. Aun así tuvieron en Hernando y Gómez, unos duros competidores, hasta el punto de que ambas parejas llegaron a meta con una diferencia de solo siete segundos. Más tarde entraron Campos y Leibar, de la selección de Euskadi, para proclamarse campeonas femeninas.

Manuel Merillas explicaba al finalizar que el recorrido había sido «corto pero muy explosivo, en un paraje impresionante como son los Picos de Europa, que sin duda es un lugar especial para competir en este tipo de pruebas. La carrera ha sido muy bonita y hemos tenido unos grandes competidores como han sido Hernando y Gómez, que nos lo han puesto muy difícil».

Hernando, del equipo de la Guardia Civil, segundo clasificado, indicaba al concluir la prueba lo «bonito» de la carrera, con dos subidas y bajadas: «Hemos tenido una buena pugna con Merillas y Lumere. Lo importante es que hemos disfrutado mucho y sobre todo nos hemos sentido muy seguros durante toda la carrera».

Leibar, por su parte, reconocía en línea de meta su satisfacción: «Estamos muy contentas por este triunfo y porque es la última prueba de la Copa de Euskadi. Siempre estoy feliz por participar en esta competición en la que me siento muy a gusto».