La élite del arbitraje mundial está en Cantabria

Si todo va bien, pasan desapercibidos. Si el partido se pone tenso y hay problemas, siempre hay alguien que los señala. Son los árbitros, una figura imprescindible para el desarrollo normal de cualquier deporte y que en pádel vigilan los encuentros desde una atalaya lateral. En el World Padel Tour (WPT) son poco más de una docena los que llevan el peso de la temporada y dos de ellos son cántabros. Y es que aunque el más veterano de ellos, Honorio García (Avilés, 28 de junio de 1970) sea nacido en Asturias, lleva mucho años en la región y, además, preside la Federación Cántabra. El otro es Francisco José Ruiz (Santander, 1982). En el pádel cántabro, Honorio y Chisco.

El primero, para muchos el mejor árbitro del mundo, fue el pionero y el que abrió el camino para que Chisco entrase en el mundo WPT. «Tenemos la suerte de tener a Honorio como presidente de la Federación Cántabra, él fue el impulsor para que la primera vez que vino a Santander pudiésemos arbitrar. Le estoy muy agradecido».

La fórmula parece fácil: sacar la licencia en Cantabria, acumular experiencia a nivel regional y nacional, esperar la oportunidad de debutar en casa y crecer a la vez que se expande el circuito. La realidad es diferente. «Se necesita buen trabajo y dedicación, luego la gente interna del circuito se fija en ti, empiezas en previas y pre previas y luego ya pasas a arbitrar en silla cuadros principales». Chisco y Honorio cargarán con el peso de la competición en Cantabroa en sus días clave y se repartirán los encuentros en semifinales y final.

La tarea es sencilla, sobre todo si no surgen dificultades. Que el partido se desarrolle con normalidad, se cumplan los tiempos y, si surgen dudas entre los jugadores, decantar la balanza. Para ello existen las revisiones de vídeo, lo que, también como en deporte rey, a veces quita problemas y otras veces los crea. Aunque no es lo habitual, tampoco faltan las discusiones. «Cualquier aficionado que siga el circuito sabe quiénes son más guerrilleros en ese aspecto», confiesa Chisco. «El jugador está haciendo su trabajo, él quiere ganar, y nosotros estamos para determinar si la bola es buena o mala o si infringen algún código de conducta», explica.

Pese a ello, jugadores y árbitros comparten muchas horas de viaje y convivencia en torneos a lo largo del globo, lo que hace que la relación sea buena. «No tenemos que ser amigos o enemigos, antes de empezar el partido tenemos un trato cordial con todos, nos conocemos de hace varios años, y como en todos los deportes, cuando se entra a la pista, cada uno hace su labor». Más allá de por su labor arbitral a nivel internacional, las caras de Chisco, Honorio, Santos o Juanma son conocidas por todos los jugadores cántabros debido a su labor en el circuito regional.

Con la expansión del pádel el circuito se ha movido por ciudades como Estocolmo, Madrid o Amsterdam solo en el último mes. Una exigencia para los jugadores y también para los árbitros, que se mueven al son de la caravana de cada torneo, un esfuerzo extra que tienen que compatibilizar con sus trabajos.

«El inicio tras el parón de verano está siendo duro, es un lujo estar en Santander, en mi ciudad, en el Palacio de Deportes. No me voy a quejar, el sueldo no nos da para dedicarnos a ello en exclusiva, pero no está mal pagado». Además de brillar sobre la pista, el pádel cántabro lo hace fuera. Por algo es el deporte de moda.

La jornada de cuartos de final del Santander-Cantabria Open tampoco dejó sorpresas. En categoría masculina, los número 1 del mundo, Ale Galán y Juan Lebrón, ganaron sin apuros y hoy tendrán enfrente a Bela y Coello, ganadores de los dos últimos torneos. La otra semifinal será la que dirimirán Paquito y Di Nenno contra

Abrirán la jornada, a las 10.00 horas, las número 1 del ránking femenino, Paula Josemaría y Ariadna Sánchez, ante Vero Virseda y Bárbara Las Heras. La sesión vespertina, a las 16.00, comenzará con el duelo entre Ale Salazar y Gemma Triay y Marta Ortega y Bea González.

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