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Aficionados, familias y grupos de amigosocuparon el espacio bajo las carpas de laorganización.

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Aficionados, familias y grupos de amigosocuparon el espacio bajo las carpas de laorganización. Juanjo Santamaría

Horas de espera por segundos de adrenalina

Expectación. Los aficionados de la Vaca Gigante se congregaron en la zona de Las Canteras, en Cueto, para disfrutar de una competición en la que solo se pudo celebrar una final

Clara Privé

Santander

Martes, 25 de febrero 2025, 01:00

Una única pasión reunía, como siempre desde 2005, a la afición en Las Canteras de Cueto: el surf. La Vaca Gigante arrastró esta vez a más de dos millares de personas en la fachada marítima norte de Santander a pesar de lo rápido de la convocatoria -no se oficializó hasta el sábado- y de celebrarse un lunes laborable. «Es un poco raro que se celebre en lunes, aunque supongo que es porque tienen que darse unas condiciones muy concretas», comentaba Eneko Irizabal, un joven de Las Landas francesas que estudia en Torrelavega.

Con una buena temperatura, se había recomendado el acceso por Cueto por ser el más cercano, pero ya desde algo antes del comienzo de la prueba el público buscaba los mejores lugares para seguir la competición, en especial la zona de las casetas de la organización. En una prueba que se disputa a tanta distancia de la costa, era la mejor forma de seguirla. Allí se podrían escuchar con claridad las indicaciones del locutor y acercarse a los puestos y al escenario con música ambiente.

No era el único emplazamiento elegido. A lo largo de la costa, prismáticos, ropa de abrigo y, los más preparados, sillas de camping o mantas sobre las que sentarse eran el decorado de la mañana. También alguna quemadura de quienes olvidaron la crema solar.

«Es agradable el ambiente que hay, conectar con la naturaleza y ver a surfistas profesionales coger este tipo de olas», comentaba el surfista aficionado Gabriel González, contento de volver a ver la competición tras perdérsela el año pasado. «Nosotros venimos de Somo y está bien poder disfrutar de un evento de esta magnitud cerca de casa», explicaba una pareja habitual, que acude año tras año a Cueto arrastrada por su hijo, apasionado del surf.

Las claves

El evento

A pesar de celebrarse en lunes, la Vaca Gigante congregó a miles de aficionados en Las Canteras de Cueto

Meteorología

La lluvia ayudó a desalojar con más rapidez a la mayor parte del público, aunque los más fieles se quedaron a la entrega de premios

Tras muchas emociones desde que hacia las diez y media de la mañana arrancó la prueba, la improvisada grada estallaba en emoción al escuchar el nombre de Nicolás García, el santanderino que había logrado clasificarse para la fase decisiva del Campeonato de España. «La verdad es que todavía estoy intentando decidir cómo afrontarlo. El tiempo está cambiando y la mar no está muy a nuestro favor, ahora está menos limpio, pero se hará lo que se pueda. La idea es disfrutar», explicaba antes de echarse al agua en la final.

También hubo momentos de tensión cuando el aumento de la fuerza del mar provocó la caída de uno de los motoristas que acercaba a un surfista a la entrada de la playa. «Durante las competiciones siempre hay momentos de nervios, porque al final el surf es un deporte de riesgo», añadía Rodrigo García, hermano del cántabro Nicolás y testigo del accidente.

Llegó entonces la espera. Las condiciones de mar habían cambiado y el público tuvo que esperar aproximadamente una hora y media para la final internacional, que finalmente, como la manga por el título absoluto de La Vaca, tuvo que cancelarse. La seguridad recomendaba finalizar la competición. Se adelantaron así las actuaciones en directo en el mismo escenario en que se entregaban los premios hasta que una intensa lluvia empezó a desalojar al público, aunque sin impedir que los más fieles se quedaran a la entrega de premios.

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