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Conocen esas películas en las que un grupo de reclutas se deja la piel durante su adiestramiento mientras escalan un muro, se restriegan por el barro, corren sin parar y un sargento les grita de todo para que no bajen el ritmo? Pues algo parecido ... fue lo que ocurrió este sábado en La Viesca durante la Katangan Race, aunque con mejor humor, risas, disfraces de todo tipo, mucha camaradería y un tinte solidario indeleble que, por mucha agua, tierra y espuma que cayera sobre los uniformes, se impuso desde la mañana y empapó el verdadero sentido de esta prueba de obstáculos orientada a recaudar fondos para el Servicio de Orientación y Ayuda al Menor (SOAM). La sexta edición fue otra demostración clara de la gracia, el compañerismo y la buena forma que comparten sus corredores, cerca de 700 personas volcadas en recorrer los cerca de diez kilómetros de recorrido en un buen 'crono' pero, sobre todo, en pasar un rato divertido entre amigos y vecinos. Vecinos y no tan vecinos. A Torrelavega se acercó ayer muchísima gente de todas partes. No solo ya cántabros de otras zonas, sino riojanos, castellano leoneses y vascos, entre otros muchos.
Alejandro Marañón, por ejemplo, es del Barrio Covadonga, pero algunos colegas de cuadrilla, un alocado grupo de toreros y toreras acompañadas de un purasangre, vienen de Galicia. «Llegamos a pasarlo bien», resumieron, antes de colocarse bien las lentejuelas y soñar con recuperar el primer premio que la organización otorga al grupo mejor disfrazado –lo ganaron hace unos años, como «punkis»–. Lo de competir es casi lo de menos, como dejó claro Irene Lobato, también ataviada con la chaquetilla.
Eran cerca de las tres de la tarde cuando ella y cientos de personas colonizaban el parque antes del inicio de la prueba –la de adultos; los pequeños compitieron por la mañana–. La Viesca era un auténtico crisol de colores y personajes conocidos. Que si paramilitares, marineros, la selección española femenina –Rubiales incluido–, presos recién huidos del «trullo», piratas… Y todos con su nombre.
Pili Gutiérrez, Laura Barón y Cristina Velarde, por ejemplo, son tres de las 'Priscilas' que, a unos minutos de su turno de salida, se ataban fuerte los cordones en un banco de la zona. Entonces inmaculadas, estas compañeras de gimnasio estaban a cerca de media hora de llenarse de barro hasta el cuello. «Aunque te pongan una manguera encima no te lo quitas», cercioraba con una sonrisa Velarde, experimentada en anteriores ediciones y consciente de la «buena causa» que mueve a los dorsales, dispersos en más de cien equipos y 700 personas –medio millar solo en la carrera de adultos–.
«¿Que si veo factible ganar? ¡Veo factible terminar!», respondía con gracia Eduardo Casanova, otro de los participantes, esta vez un 'hippie' que, además de divulgar paz y amor, se enfrentó a la pechada con sus compañeros de gimnasio. Se ve que las pesas unen;hubo varios de estos grupos ayer en La Viesca. Wendy Fernández es una de esas compañeras y, como iba vestida de animadora, se metió en el papel: «Aquí no hay miedo chavales».
Lo cierto es que luego serían otros, aquellos que no participaban y disfrutaban del veranillo de San Miguel con un picnic en el parque, los encargados de alentar a los demás. «¡Esa tableta!», dedicaron a un grupo disfrazado de forzudos; «venga, que no os queda nada!», engañaban a otros, apenas inaugurado el circuito. La gente se lo pasó muy bien este sábado en la Katangan Race.
Y por eso valía la pena inmortalizarlo. Carlos Moreda –que tiene un canal en Youtube– tuvo la habilidad de someterse a la dura prueba mientras grababa con su cámara. «Nos gustó mucho el año pasado. Y además es un evento solidario. Nos lo pasamos genial», reconocía, vestido de marinero como sus compañeros, los 'Suizos en acción' –uno de ellos sí que procedía de este país–.
Y ojo que no todos venían solo a pasarlo bien. «Va, chavales, va», «por aquí atajamos, grupo» y demás arengas fueron también habituales en las zonas más frondosas del parque, del que la gente salió hasta las narices de barro. Ya lo decía Sergio Diez, uno de los 150 voluntarios de la cita: «Hay gente muy preparada y se lo toma muy en serio».
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