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Sergio 'El Niño' García es el ejemplo de lo que en boxeo se llama una carrera muy bien llevada. Sus 29 victorias en 29 combates –trece de ellas antes del límite– en siete años, su campeonato de Europa y su defensa voluntaria en campo enemigo (O2 Aren ... a) ante cerca de 20.000 espectadores le convierten en un boxeador modelo. Si a todo ello se suman sus 26 años de edad, su futuro en del ring apunta alto. Más aún.
A Sergio García le puso su entrenador, Víctor Iglesias, el apodo de 'El Niño' porque siempre era el más pequeño del pabellón. Tenía cara de ello y en más de una velada tuvo que descargar su rabia llorando como un chico, cuando se quedó sin púgil para pelear; en lo que iba a ser su debut llegó al pabellón y el rival se pasó de peso o como en su primer Campeonato de España en Madrid, de donde regresó sin subirse al cuadrilátero porque le cambiaron las normas a pie de ring. «Le dije que no era lo que habíamos preparado y nos fuimos sin pelear», recuerda su compadre. Su entrenador.
Entró por probar al gimnasio con dos amigos. Hoy es el campeón de Europa, tiene firmados tres combates más con Matchroom, una de las promotoras más potentes delreino Unido, y su intención –salvo que suene el teléfono antes de tiempo– es la de hacer un par de defensas del título y luego –como no puede ser de otra manera– pelear por el Mundial.
El mundo del boxeo es muy cambiante y sino que se lo pregunten a Max Beaussiere y a Ted Cheeseman, las dos últimas víctimas del torrelaveguense. El francés se presentó en el Vicente Trueba con un registro de 27 peleas sin derrotas y el inglés, con quince triunfos en quince combates. El cántabro los ganó y los mandó a los infiernos de los ránkings que dictan de manera despótica la carrera de los púgiles. Un combate puede cambiar para bien o para mal el futuro deportivo y el de Sergio García cambió. En el peso súperwelter ahora mismo es uno de los mayores potenciales que existen y todo gracias a una trayectoria llevado con esmero, progresiva, sin errores y con los riesgos necesarios cuando hizo falta. Comenzó en 2012 su andadura en el profesionalismo peleando en casa y hasta el 2014, que aspiró al título de campeón de España, se fajó con rivales de su mismo potencial. Bien es cierto que la gran mayoría con mucha más experiencia sobre el cuadrilátero.
No tuvo ningún traspié y fue cumpliendo etapas. También en su primer nacional, cuando derrotó a López Clavero, un púgil joven que llegó al duelo sin derrotas pero que no pasó del tercer asalto con 'El Niño'. El cántabro llevaba entonces quince combates y a partir de ahí dio un salto enorme de calidad. Poco antes había firmado por la promotora MaravillaBox del exboxeador argentino Sergio Maravilla Martínez, circunstancia que realzó su carrera y que le convenció de que debía apostar por ser boxeador.
Con la cabeza bien amueblada y las ideas bien claras, prosiguió su camino, siempre de la mano de Víctor Iglesias, quien le conoce mejor que nadie y que se encarga de dirigir «la moto de carreras que es todo esto», como bien definió el torrelaveguense hace unos días. Con la fuerza de voluntad propia de alguien que se dedica al boxeo y con una fortaleza física y un talento extra fue quemando etapas; en 2016 se hace con el cínturón del Mundo Hispano, en la bolera Severino Prieto, ante el ruso Pavel Mamontov y un año más tarde se lleva para casa el título Silver del peso Súperwelter al ganar al español Isaac Real, en el Palau Olímpic Vall d'Hebron (Barcelona). Su rival se la jugó igual que él, sin derrotas subió al ring en busca de la gloria, pero el que la alcanzó fue 'El Niño'.
Curtido y con una versión muy mejorada de lo que fue, hizo tres peleas más –que ganó– y decidió ir a por todas. Fue nombrado aspirante al título Europeo, cinturón que tenía en su haber Zakaria Attou, pero el francés terminó siendo desposeído del título tras anular por segunda vez su combate ante el cántabro, la última vez aduciendo una lesión. Apareció Max Beaussirre y sucumbió ante la constancia de los golpes de 'El Niño'. Ese mismo día –camino del vestuario del Vicente Trueba– le llegó el ofrecimiento de la promotora inglesa para defender voluntariamente el Europeo. Aceptó. Era arriesgado, pero «era la hora de sacar rendimiento al título y a todos los años de entrenamiento», señalaron ambos, García e Iglesias. El resultado en el O2 es ya sabido.
Dicen los que entienden que le falta pegada; que es una máquina de dar golpes, de moverse y de saber ganar, pero que necesita más dinamita.«Lo mejoraremos», admitió su entrenador. Este año volverá a Inglaterra y defenderá su cinturón, y si todo va bien es probable que luche por el Mundial. Tampoco es descartable que cruce el charco camino del mercado americano. Su potencial es enorme y si sigue con la regularidad de hasta ahora se lo rifarán las promotoras. Es un diamante que quiere brillar.
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