Peñacastillo estrena su palmarés con su victoria en el torneo del KO

El partido comenzó con un perdón, el de las campurrianas, que no cerraron cuando lo tenían a mano después de una gran subida. Blanca Riaño birló la última de uno y el parcial se fue a dos tiradas, después de las cuales, eso sí, Campoo se puso por delante. La clave del partido, y también la polémica, llegó en el segundo chico. Desde los ocho metros las ayer locales realizaron una gran tirada, esta vez de subida y de bajada, y mandaban a ganar a 48 palos. Naomi Solórzano, encargada de abrir la cuadrilla de Cañas, lanzó su primera bola desde los siete metros sin que el colegiado se apercibiera de ello, lo que conllevó las protestas de Campoo. Al final, la propia Naomi cerró el empate con una bola al dos después de Judit lanzara una bola de cuatro decisiva.

El partido contó boladas por ambos lados y se decidió por detalles, como el emboque logrado por Andrea Gómez en el tercero, el único que ganó Peñacastillo al pulgar. A la de Casar se le cayó la bola, estacó y logró derribar el cachi situado en el sitio. Fue la única tirada en la que Campoo, obligada a buscar la jugada máxima desde el principio, no hizo bolada. Y es que en el cuarto, de nuevo a la mano, las amarillas repitieron una gran jugada para obligar a Peñacastillo a un esfuerzo extra.

Era el momento de dar otro golpe en la mesa, de hacer valer la condición de favoritas, y lo hicieron pese a una bola queda de Laura Abascal. Dos chicos de margen y vuelta al pulgar, donde el partido se volvió a apretar. Quedaba una última bala antes del chico de desempate, una opción para Campoo, la oportunidad de sentenciar para Peñacastillo. Las campurrianas estropearon en el birle una gran subida desde la distancia máxima, lo que les dejó el registro solo en 40. Un cierre insuficiente ante la voracidad de una partida con ganas de quitarse la presión. Les sobraron dos bolas. En la Mateo Grijuela ya hay un trofeo femenino.

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