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Peñacastillo ascendió ayer el escalón que le faltaba para lograr la excelencia bolística tras ganar la final de la Copa FEB y, con ella, quinto ... título de la temporada. En síntesis, todos los jugados. Los de Cañas superaron a Roper en un partido marcado por la tensión y la falta de acierto de los de Maliaño, errores que los capitalinos supieron aprovechar.
El inicio del encuentro resultó equilibrado entre aciertos y errores por parte de ambos equipos. En Roper volvió a ser Pedro Gutiérrez el encargado de abrir, en un cambio de táctica que resultó beneficioso en el primer chico, en el que los de Maliaño se adelantaron en el marcador. Peñacastillo no había cerrado después de una mala subida, lastrada con una queda de Víctor, y con un Rubén Rodríguez en plan estelar, subiendo siete bolos cuando más los necesitaba su equipo. Los ayer locales, Roper, sí superaron los cuarenta.
La cara B de los de El Parque llegó en el segundo. Desde quince metros la tirada parecía encaminada al cierre, pero los errores hicieron que con las dos últimas necesitasen dos panojazos. A por él se fue Ocejo con la penúltima, pero la bola se quedó corta y se fue con el primero. La siguiente, de Pedro, siguió un camino similar. La mano de Peñacastillo pareció calcada, con la salvedad de que Salmón y Haya sí acertaron y colocaron el empate en el marcador.
El cúmulo de errores aumento en porcentaje en el tercer chico, cuando los veinte metros se convirtieron en un calvario en el que Ocejo echó un caballo y Carlos continuó con su recital de bolas blancas, paliadas por dos buenos birles. Por parte de los santanderinos, ni siquiera el birle les salvó de dos malas tiradas. Al final, como por descarte tenía que ganar alguien, fue Peñacastillo el que se puso por delante en el marcador.
Con el partido en contra, Roper cambio de nuevo de estrategia y fue Carlos el que comenzó a abrir, amén de ser ellos los que optaron por los veinte metros. Tampoco así lograron los de Maliaño parecerse al conjunto que había batido a Ribamontán hace apenas cuatro días y ni siquiera llegaron a la treintena. Sin presión, Peñacastillo se marcó una de las suyas: subida discreta y birle machacón para dejar la final a tiro de un chico.
Llegaban los santanderinos a su momento favorito, el de matar los partidos, con un Salmón que apareció con su penúltima bola de tiro del partido para embocar y encarrilar el cierre de los suyos, que de nuevo volvieron a sacar su repertorio birlador para obligar a Roper a una machada. Tomo de nuevo Pedro la posición de apertura, pero el emboque no llegó hasta la última bola, cuando ya era tarde y los bolos necesarios estaban muy lejos.
Nestor Viar hizo historia en la jornada de ayer al batir uno de los récords más antiguos de la historia de los bolos. El jugadores de la EB Camargo no solo ganó el Campeonato de España infantil, sino que lo hizo tras superar los 717 bolos logrados por Sergio González en 1996 y que hasta ayer eran la cifra más alta del torneo.
Viar logró los 734 palos después de unos cuartos de final en los que volvió a mostrar que es una de las grandes promesas del mundo bolístico, con 143 bolos. En semifinales, con 80 palos desde atrás, superó incluso ese registro y derribó 147, aunque lo mejor lo dejó para la final, en la que, con un emboque, se fue hasta los 150 bolos.
Segundo fue Óscar García, que pese a contar con dos bolas quedas superó el corte impuesto por Álvaro Mier, a la postre tercer clasificado. A García también se le quedaron dos bolas en la final.
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