Borja Gómez | Patrón de Pedreña
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Borja Gómez | Patrón de Pedreña
«Quiero devolver todo lo que me dieron en Pedreña»Ocho años dan para mucho; hasta para que cambie a uno la vida. Algo así le ha ocurrido a Borja Gómez (Pedreña, 29 de agosto de 1984), que ha visto nacer a sus dos hijos mientras echaba horas y horas en la carretera. No por ... su trabajo en Heras, apenas diez minutos en coche, sino por los constantes desplazamientos a Zierbena, a donde durante siete temporadas ha conducido o viajado con sus compañeros para guiar la trainera vizcaína durante sus mejores años, cuando ha sido candidata a la ACT y La Concha.
Nombre: Borja Gómez Raba.
Natural de: Pedreña, 29 de agosto de 1984.
Puesto: Patrón.
Temporadas en ACT: 18 (11 en Pedreña y siete en Zierbena).
Trayectoria: Pedreña (2004-2016), Zierbena (2017-2024), Pedreña (2025).
Palmarés: Dos Campeonatos de España, 13 banderas de ACT (12 con Zierbena y una con Pedreña), un Campeonato de Cantabria y un Campeonato del País Vasco.
Siete veranos y ocho años después de abandonar la tripulación de la Seve Ballesteros, el patrón más emblemático que ha tenido Pedreña desde Rubén Laso regresa al club para mandar otra trainera, esta bautizada como La Pedreñera, en el Grupo 1 de la ARC; esa antesala de la élite que desde hace mucho transita ya Pedreña con dispar resultado. Tenía otras ofertas e incluso podía haber seguido en Vizcaya, donde sí se cobra, y al día, por remar, pero la idea de volver a casa, ganar horas al día quitándoselas a la carretera y disfrutar de otra manera del remo, de la familia y de su pueblo le sedujeron.
Recién cumplidos los 40 años, una edad perfecta para un patrón, Borja Gómez Raba volverá a estar a la popa de ese barco de casco negro que ya es un símbolo de la bahía de Santander. Lo hará en sustitución de un eterno del banco fijo como el guipuzcoano Juan Mari Lujambio, que a sus 63 años todavía ha estado este año al timón de La Pedreñera y del que toma ahora el testigo.
Regresa el patrón de aquella Bandera de La Concha que injustamente le arrebataron a Pedreña en 2005 tras ganarla en el mar cuando Borja Gómez era aún un chaval de 21 años recién cumplidos.Ya entonces llevaba el timón de aquella Amilibia bautizada como Seve Ballesteros, y ahora mandará un barco muy similar, casi una Amilibia por sus características, aunque La Pedreñera es en realidad una Txoki fabricada en la propia Pedreña. Todo queda en casa en un club en el que el futuro, como antes ocurrió en el pasado, pasa por la cantera, máxime en tiempos de autarquía.
Su regreso no solo es vital para el rendimiento en regata, sino para la formación de los futuros patrones pedreñeros. Y constituye un episodio vital que quería ya abrir. Volver a estar en casa y disfrutar de otra forma del remo. En su pueblo y con su familia.
–¿Cómo se gestó el regreso a Pedreña después de ocho años?
–Las cosas se ponían difíciles en Zierbena con el asunto de los canteranos. El año que viene sube el cupo de cuatro a cinco, yo era remero propio, pero no canterano, y tenían a otro patrón que sí lo es.Tenían bien cubierta la plaza y ya este año habíamos estado haciendo una regata cada uno, así que al terminar el verano les pregunté qué intención tenían; si querían seguir compitiendo arriba o dar un pequeño paso atrás al tener más problemas con los cupos. Dejé la pelota en su tejado y como no se decidían les dije: 'Os lo voy a poner fácil'. Llegamos a un acuerdo y solo tengo para ellos buenas palabras, porque siempre me han tratado muy bien.
–¿Pensó en algún momento en dejarlo, pese a ser un patrón aún joven?
–No. No sé si me quedan uno o diez años más, pero no tengo ganas aún de dejarlo. Lo que sí quería era un proyecto distinto. Estaba en un equipo con aspiraciones a ganarlo todo y el año pasado terminamos segundos en todo; nos ganó siempre Bermeo. Estás todo el año a ver si falla Urdaibai y así no disfrutas. Ahora, al volver a un club más modesto quizá pueda disfrutar más del remo. Tengo la suerte de tener salud y que a mi mujer y a los niños les gusta el remo y me apoyan.
–¿Estaba ya decidido a volver a Pedreña o eso llegó después?
–Luismi (Villar, actual entrenador de Pedreña) remó conmigo en Zierbena, tenemos una buena amistad y me llamó. Tuve otras ofertas, pero he estado ocho años fuera, aunque viviera en Cantabria, tengo dos críos y estoy cansado de tantos viajes. Me lo pusieron bien y el proyecto me ilusionó. Además significa volver a casa un año después de que falleciera mi madre, y estoy seguro de que a ella le hubiera gustado que volviera. Siempre echas de menos estar en casa y tenía esa espinita clavada. Ahora me han acogido con los brazos abiertos.
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–De pronto le va a parecer que el día tiene más horas...
–Han sido ocho años en la carretera, el crío mayor tiene ya ocho años y había días que llegaba a las diez de la noche y ni les veía. Son muchos kilómetros y ahora lo que buscas es más tranquilidad. Yo creo que mis años buenos, o al menos los mejores, ya casi han pasado, así que ahora me lo puedo tomar de otra manera, casi como un hobby.
–¡Pero si viene a sustituir a Juan Mari Lujambio! No le voy a decir que sea usted un niño, pero sí joven para ser patrón...
–(Ríe) Bueno, viendo lo que hay, sí. Pero ya llevo como patrón desde los catorce años. No me he planteado dejarlo ni me pongo fecha, pero lo que quiero ahora mismo es ayudar a Pedreña y ver la ilusión de los chavales que empiezan. Vengo de un equipo que salvo La Concha lo ha ganado todo y a veces pierdes esa ilusión que sí ves en los chavales, por ejemplo, por ganar un Campeonato de Cantabria. Son cosas distintas. Ahora a ver si empieza lo bueno, que es la trainera.
–¿Cómo ha sido su día a día estos años?
–Vivo en Hoznayo desde 2009, trabajo en Heras y a entrenar a Zierbena solo iba los días de agua, pero en verano, salvo los lunes, que son en tierra, y los martes, que descansas, días de agua son todos. Íbamos cuatro y cada día llevaba uno el coche, así que se hacía más ameno, pero me iba de casa a las siete de la mañana, comía en el trabajo y no llegaba hasta las diez de la noche. Para un año o dos puede estar bien, pero durante tanto tiempo esa rutina, al final, cansa.
–A cambio de esa calidad de vida va a perder dinero, porque en el remo cántabro apenas se cobra...
–Sí, allí lo estaba cobrando bien para lo que es el remo, que no es el de los años buenos también de aquí, con Castro, Astillero e incluso Pedreña, y al día. Solo puedo tener buenas palabras, pero este año ya me había costado un poco y al final del verano hablé con el entrenador.
–Los tiempos han cambiado, pero verle a la popa evocará necesariamente aquellos tiempos en que Pedreña estaba entre los grandes de la ACT.
–Sí; mis recuerdos de Pedreña son esos. Los buenos y también los malos. Pero aquellos años quizá fueron los que hicieron que alguien se fijara en mí en el País Vasco para haber estado tantos años en un equipo top y ahora tengo que devolver todo eso que me dieron. Por eso me presté desde el primer momento pese a tener ofertas de otros equipos. No quería seguir haciendo kilómetros todos los días; quería estar cerca de casa.
–¿Qué podemos esperar de la Pedreña de 2025?
–(Ríe) Eso es lo que me pregunta todo el mundo y yo, sinceramente, he estado muy desconectado estos últimos años de la ARC. Bajo a entrenar y, de veinte remeros, conozco a ocho. A los demás los tengo localizados; los conozco de vista y sé quiénes son, pero nada más. Poco a poco vamos entrenando, porque llevamos ya algo más de un mes, y tengo cada día mejores sensaciones. Se ve que la gente tiene ganas y al mismo tiempo no hay presión, que es lo más importante en un equipo como el nuestro.
De momento lo que pensamos es en mejorar lo del año pasado y, a partir de ahí, hasta donde lleguemos. A Camargo se le ha ido gente, Astillero ha subido y ahora hay que ver qué tripulación tiene... Vamos a ver si podemos dominar en Cantabria y en la ARC, si podemos estar en la tanda del medio, porque desde ahí puedes optar a ganar alguna bandera según las condiciones de mar. Pero lo primero y lo más importante es que los chavales vayan cogiendo experiencia.
–¿Le va a echar una mano a Luismi Villar en la preparación o regresa solo como patrón?
–A Luismi ya le he dicho que puede contar conmigo para lo que necesite, pero yo me ciño a ser el patrón. Ser ayudante requiere más tiempo, y si me pide un consejo o cualquier cosa, por supuesto que se lo voy a dar. Pero él es el entrenador y yo, uno más a aportar, aunque mi experiencia creo que sí que puede ser un grado para ayudar en lo que se necesite.
–Es una pregunta recurrente cada invierno, pero ¿se puede imaginar, a medio o largo plazo, una Pedreña de nuevo en ACT?
–Lo primero es estar un par de años formando a los chavales jóvenes y a los juveniles que vienen. Para subir a la ACT, aparte de dinero, hace falta tener canteranos, porque en la ARC los cupos no son tan estrictos, pero en ACT sí. Nosotros ahora mismo tenemos cinco canteranos y dos patrones, pero vienen cinco o seis juveniles con muy buena pinta y si conseguimos hacer bloque y mantenerlo tal vez en un par de años podamos estar peleando. Luego ya subir... es otra cosa. El play off son dos regatas en las que te la juegas a cara o cruz. Después, para competir en ACT, tienes que tener canteranos, porque como ya he dicho se va a subir el cupo de cuatro a cinco, así que contar con remeros propios –aquellos que sin haberse formado en un club han militado cinco años en él– ya no tiene tanto peso; cada vez van a menos. Yo, por ejemplo, en Zierbena, era propio, pero no canterano. Ahí mandan los guipuzcoanos y dicen que así se protege la cantera, pero si después tienen un remero bueno te lo llevan, así que no sé qué forma es esa de protegerla. Pero lo primero es eso, darnos un par de años a ver si se puede optar.
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