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Sergio Rozadilla (Santoña, 1980) ya ha comenzado a trabajar con sus remeros para preparar el próximo verano, en el que dirigirá al IRC Santoña. Afronta un reto ilusionante en una época difícil en su equipo de toda la vida. Un paso extraño, por lo inusual. ... El exremero y presidente durante los últimos cuatro años anunció hace poco más de un mes que asumía la dirección técnica de Santoña, su club de toda la vida. Es lo único que le faltaba por hacer en el remo y en la 'Virgen del Puerto', aunque al menos por el momento seguirá al frente de la junta gestora del club -en las últimas elecciones no se presentaron candidaturas-. Tendrá, eso sí, que delegar en esos mismos compañeros que le animaron a asumir la responsabilidad tras la decisión de no renovar al colindrés José Antonio Cuero, entrenador de los santoñeses durante los últimos tres años. Lo hará, como su antecesor, con un proyecto modesto y de cantera en la ARC 2, tercera categoría del banco fijo.
No es nada que no viera venir de uno u otro modo, como también su entorno más próximo y el del club: «Esto no es nuevo; ya que se había planteado en otras temporadas, pero al estar involucrado con la escuela no me decidía a dar el paso. Este año volvieron a insistir y creo que era el momento, ya que no fueron solo mis compañeros de directiva, sino también los remeros quienes tomaron la iniciativa y me lo dijeron». Termina así 2021 «metido de lleno en este nuevo papel dentro del club, aunque sin olvidar la escuela, que es lo principal en Santoña, aunque también sea el responsable de la trainera de IRC Santoña».
«Estamos como todos los clubes cántabros; el remo está fastidiado y herido, y estamos llamando a todos los que hay, pero no hay muchos. A estas alturas de la campaña no estamos nada mal; tenemos unos veinte remeros. No tenemos cerrada la cuadrilla y necesitamos alguno más, pero para empezar estamos bastante bien. Algunos remeros de la casa han vuelto y creo que se nos presenta una temporada bonita», adelanta el nuevo responsable, si se le puede adjudicar ese adjetivo.
RELEVO
OBJETIVOS
Lo de trabajar con la cantera no le es en absoluto ajeno, tras haber dirigido la escuela santoñesa, y ahora deberá intentar recoger los frutos de ese trabajo en una temporada en la que compartirá flota con Astillero en ese Grupo 2 de la ARC en el que, como los azulones, aspiran a estar arriba, pero su rendimiento es aún una incógnita, con el nuevo grupo todavía en construcción. «Es una buena noticia tener ese número de remeros y la mayor parte canteranos. Seguimos rebuscando para conseguir alguno más, aunque como ya decía antes en Cantabria hay escasez y es muy difícil encontrar más. Esto es muy complicado porque no hay apenas opciones, pero aun así estamos trabajando con mucha ilusión y ganas», explica el santoñés.
Mucho más complicado se hace hablar de objetivos, aunque se muestra ambicioso. «Del ascenso no se puede hablar hasta que tengamos el bloque consolidado; el invierno es muy largo. Nos gustaría subir dos peldaños, pero en nuestra competición también hay un buen nivel. Lo que sí puedo asegurar es que vamos a salir a luchar y a ganar, y que después la competición nos pondrá en nuestro sitio. Hay equipos de mucho nivel. Lapurdi va a tener un buen grupo y Hondarribia B, también. Hay buenos equipos».
Ante la crisis del remo cántabro, condicionada por la falta de presupuesto, se expresa con claridad. Coincide en el diagnóstico de la mayoría, pero lo expone de una forma más directa. «En Cantabria tenemos ahora mismo cinco clubes activos que echan trainera al agua -más Pontejos en veteranos- y los más pudientes se olvidaron de la cantera cuando tenían una buena economía y optaron por hacer casi todo a golpe de talonario»
«Hace tres años -continúa-, nueve remeros canteranos se fueron a otras traineras; a los equipos que tienen dinero. Es decir, los que se pueden hacer con las ayudas del Gobierno de Cantabria o de quien sea, y mientras eso siga así siempre tendrán ventaja sobre los clubes humildes», se lamenta el presidente y entrenador antes de resumir la situación que vive IRC Santoña: «Nosotros no tenemos ayuda; trabajamos y mendigamos para poder mantener la actividad con un proyecto deportivo serio e ilusionante».
Una situación muy difícil de invertir, porque ,al margen del modo que se haya trabajado en Cantabria, está la competencia vasca, y en especial la vizcaína. «Es difícil -reflexiona- porque chavales que despuntaban un poco se han ido a tripulaciones de la ría del Nervión. A Deusto, Zierbena, Portugalete... Allí les dan un pequeño incentivo y, claro, se van. También están los que ofrecen cosas y luego no dan nada. Aquí, en Santoña, entrenamos los valores de la vida, que son lo que les pueden valer de cara a su formación para el futuro».
Fiel a su proyecto como presidente y a la filosofía del club, algo que no cambiará será el trabajo de IRC Santoña en el banco móvil. «Creo que tiene unas cualidades muy interesantes. Te da técnica y equilibrio; físicamente es mucho más completo que el banco fijo. Si conseguimos que todos los remeros remen en banco móvil, luego se pueden trasladar al fijo y se adaptan mejor con coordinación y técnica».
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