Sergio García se despide por la puerta grande

El Vicente Trueba se puso guapo para Sergio García. En realidad nunca dejó de estarlo. Su relación viene de largo y la cita de ayer era distinta, quizás por eso no pudo ocultar las lágrimas. Lloró desconsolado porque sabía que los finales son el mismo repetido. Porque al punto final de los finales de 'El Niño' esta vez no le siguen dos puntos suspensivos. La tensión de lo que estaba por llegar se sentía en las calles. Las charlas en la fila camino de las taquillas, las prisas por aparcar cerca y a tiempo... Con permiso de los chavales a quienes les correspondió su cuota de protagonismo en la fiesta en los cinco combates amateurs, todo el mundo contaba las horas. Miradas al reloj. Suspiros.

Llegaron los profesionales, antesala de la guinda del pastel. El Vicente Trueba calentó motores; los dos chavales de casa ganaron y dieron espectáculo para empezar. Primero Zouaki Mohamed y después Elian Guerrero. Vencieron por KO técnico y se llevaron los primeros aplausos de la noche. Ellos abrieron el camino al combate de medio fondo de la noche, en el que Jesús Laso, el chaval de Suances, el compañero de fatigas estas últimas semanas de 'El Niño', se fajó con el rumano Iancu Antonio, un púgil de los de siempre, pero que sufrió como nunca. Laso no hizo prisioneros y en el primer asalto lo cazó abajo varias veces y un derechazo certero lo derribó. El rumano desde la lona negaba a su entrenador: Todo se había acabado para él. Fue visto y no visto, como a veces es este deporte. El de Suances levantó los brazos para recibir la ovación de gala de un 'Trueba' a quien también le empezaba a recorrer escalofríos porque sonaban las trompetas anunciando la batalla final. Laso se dio tanta prisa que todo se adelantó.

Eran las 22.40 horas y ya no quedaba más que cenar que el plato fuerte. Y llegó. Sonaron los acordes de la música y apareció Emiliano Ezequiel, el argentino invitado a última hora al espectáculo. Y no se hizo esperar más. Envuelto en la bandera de Torrelavega y con su clásico calzón negro y amarillo surgió de la oscuridad 'El Niño'. Con su rostro impenetrable y su mirada a la grada. Su gesto de agradecimiento.

Primer asalto. Tanteo. Sin embargo fue el cántabro quien se hizo con el centro del ring. El jab de izquierda de Sergio mantuvo la distancia de un Ezequiel fajador y atrevido. Más fino y musculado que otras veces, 'El Niño' o Sergio García –como quieran– se tomó los primeso tres minutos de estudio. El segundo asalto se saltó las previsiones. Parecía que ambos púgiles querían acabar pronto la pelea. Hubo buenas combinaciones y buen boxeo. 'El Niño', fiel a su estilo subió el ritmo del combate; muchos golpes y un despliegue de todo tipo de gestos. Pero Ezequiel no se amilanaba. Fue en el tercero cuando el cántabro le cazó dos veces con su derecha volada. Lo llevó a la esquina y le hizo daño. «¡Sergio, Sergio!» El 'Trueba' rugía. Otro asalto más.

En la esquina de 'El Niño' pedían ritmo y fue en el cuarto parcial cuando Ezequiel lo paró de repente. Un problema con la venda de uno de sus puños obligó a parar el combate. El argentino tomó aire. Pero el torrelaveguense cambió el paso. Se metió en la distancia corta y subió una marcha.

El quinto fue una guerra. 'El Niño' salió decidido a acabar la pelea. Peleó de lejos y de cerca. Varió el resgistro, pero su rival lo aguantó todo. 'El Niño' le abrió la ceja a su enemigo, pero el argentino no retrocedía. Los golpes iban y venían. El gancho del cántabro voló y le hizo daño, pero... de nuevo se paró el combate. Al forastero se le acabaron las pilas y su hombro no pudo más. El sexto asalto terminó antes de tiempo.