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Dicen los expertos que la historia es cíclica, que tiende a repetirse. Si en la humanidad estos ciclos pueden ser de cientos de años, en los bolos solo ha habido que esperar menos de un mes para que lo ocurrido en el Regional de parejas ... se repitiera en el Campeonato de España. Víctor González y Jesús Salmón se llevaron el triunfo para Peñacastillo después de resistir durante dieciséis manos los ataques a base de buen juego de Lolo Lavid y Carlos García, que se volvieron a quedar a las puertas de la remontada.
La lluvia obligó a trasladar la competición a la Mateo Grijuela, tirando por tierra así parte del trabajo de la peña organizadora, La Rasilla ASV Cantábrico. Otro palo más en la rueda de un torneo por duplas que este año salió de la Semana Bolística en busca de un relanzamiento que se ha quedado a medias.
En lo deportivo, abrieron la mañana las parejas de Borbolla, que buscaban hacer jugada para inquietar a las dos primeras clasificadas. Hacia ello apuntaron por momentos Chin Velasco y Alberto Díaz, que tras las cuatro primeras tiradas iban más diez. La irregularidad hizo acto de presencia de atrás y tras cerrar con 24 y 23 la jugada se quedó en 239. Tampoco Óscar González y Raúl de Juana pudieron poner en apuros a los favoritos.
Para disputar la final entre ellos, los protagonistas de la segunda semifinal debían derribar 229 (Lolo y Carlos) y 223 (Víctor y Salmón), lo que auguraba una fase decisiva a dieciséis tiradas, como en el Regional. El factor bolera que iban a tener a su favor los de Andros en caso de haberse jugado en los corros previstos se volvió en su contra por culpa de la lluvia, toda vez que los de Peñacastillo estaban en casa.
Tardaron en carburar ambas parejas y no fue hasta la tercera mano cuando los de Cañas pisaron el acelerador. Tras subir 21 y totalizar 38 la saca en el concurso para los campeones regional era de seis bolos. Algunos problemas de tiro de Carlos estaban lastrando el juego de los de Andros, que levantaron en la cuarta lo que parecía un pinchazo gordo para acabar a raya alta con 126, mientras que Víctor y Salmón demostraban que ya se habían asentado sobre el albero y con otros 42 se iban a 139. En el global general, más dieciocho para Peñacastillo. Tras el juego de atrás, los líderes entraban en la fase decisiva con doce bolos más que sus rivales.
Se repetía la situación de la cita regional, aunque con un margen más estrecho. Lolo y Carlos dejaron claro que no iban a fallar. Como ese ciclista que sube un puerto sentado y a un ritmo constante, el de Las Fraguas y el santanderino tienen la regularidad por bandera. Claro que, enfrente tenían a dos superclases que no solo aguantaron el ritmo, sino que a raya alta tenían un bolo más de ventaja pese a hacer tan solo 23 bolos en la cuarta. y tras tres primeras manos brillantes.
La constante se repitió en el tramo final. La resistencia de Lolo y Carlos llegó hasta la octava mano, cuando embocó Carlos con su primer lanzamiento y la obligación de los de Peñacastillo fue de 25, una cifra que alcanzó Víctor con el sexto birle. De nuevo, los favoritos dejaban con la miel en los labios a los aspirantes.
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