No hay que hacer sonar la señal de alarma aún, pero no es una buena noticia para Fernando Alonso y para Aston Martin que lo máximo que puedan lograr en Baréin sea un noveno puesto saliendo tres posiciones por encima. La cita de este sábado ... que abrió la temporada 2024 de Fórmula 1 no fue ni mucho menos espectacular, ya que resultó un anodino paseo de Max Verstappen (otro más) y solo el empuje de Carlos Sainz por llegar al podio y reivindicarse (quizá demasiado tarde) ante Ferrari despertó un poco el interés de los aficionados españoles que renunciaron a la siesta, si pudieron, por ver la carrera.
«Nuestro simulador nos da noveno», le confesaba Alonso a Melissa Jiménez, reportera de DAZN y su pareja, ante la mirada atónita de esta. Y es que no era lo esperado. Máxime cuando, dentro de lo que cabe, la parrilla está en una situación similar a la de 2023. Con contadas excepciones, como el equipo Alpine que se encuentra en una tesitura para olvidar («¿te alegras de no estar con ellos?», le vacilaba Lance Stroll el viernes), prever dónde iba a estar cada escudería en esta primera cita era razonablemente fácil.
Por eso fue una sorpresa, al menos para los menos legos, ver cómo Alonso sufría lo indecible en Baréin. Ante la falta neta de velocidad, que se vio no solo en las rectas sino también en el paso por curva, intentaron jugársela a una estrategia que necesitó un ingrediente que nunca tuvieron. Alonso señalaba tras la carrera que retrasar al máximo la segunda parada en boxes fue para esperar una bandera roja, un coche de seguridad o un incidente que nunca llegó. La gestión de la carrera no fue la acertada en Aston Martin, habida cuenta de que no hubo batallas y, por tanto, la probabilidad de un accidente que obligara a neutralizar la carrera bajó notablemente.
Si desde la vuelta 20 ya se sabía que el 'top 10' no iba a cambiar, la certeza de que este no es el lugar donde está Aston Martin en la parrilla debe ser clara. La sensación de que el AMR24 es un coche con potencial ya se vio en los test de pretemporada y en los entrenamientos libres del jueves en Sakhir, pero aún no es un monoplaza completo al 100%. Quizá heredados los problemas de la última parte de la temporada 2023, en la que dejaron de evolucionar el monoplaza para asentar el de 2024, lo cierto es que este coche no ha nacido tan completo como hubieran deseado. De hecho, el sexto puesto de la clasificación fue una sorpresa agradable con la que no contaba Alonso, algo que da buena muestra de lo que es la realidad del equipo hoy en día.
La decisión del asturiano, en el horizonte
En este contexto hay que tener en cuenta que existe un elefante en medio de la habitación que está en la mente de todos, tanto aficionados como miembros de Aston Martin: la decisión que debe tomar Fernando Alonso sobre su futuro. El equipo está contento con él (como para no estarlo), y él con el equipo, de momento. Pero es consciente de que hay un asiento en Mercedes disponible, que quizá sea una última oportunidad de verdad para ser campeón del mundo por tercera vez y que no puede perder mucho tiempo. A sus casi 43 años (los cumple en julio), la recta final de su carrera en Fórmula 1 está más que enfilada, por lo que si Aston Martin no le ofrece un proyecto en condiciones, no se la puede jugar.
En este sentido, que el AMR24 haya nacido 'sin cocer' no es el mejor de los argumentos para convencerle. Alonso sabe que las 23 carreras que quedan por delante pueden darle un monoplaza que, potencialmente, pueda ser candidato a podios (a victorias solo si a Verstappen y a Red Bull les da una gripe fuerte), pero a día de hoy no lo es. La cruda realidad es la que es: el AMR24 es un coche para puntuar. Y gracias.
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