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Jesús Gutiérrez
Domingo, 6 de octubre 2024, 14:13
Con una nueva victoria en Japón, la décima de una temporada casi inmaculada, David Alonso (25/04/2006, Madrid) certificaba el título de la categoría pequeña a lo grande. Todavía en la vuelta de honor, recogía un mástil donde lucían dos banderas, la española por parte de padre (Agustín Alonso) y la colombiana por parte de madre (Marcela Gómez). Era la primera vez que el joven piloto de 18 años hacía gala de su doble nacionalidad, ya que hasta ahora sus celebraciones eran más festivas que otra cosa. «Si algo tenía claro era que cuando sacase la bandera iban a ser las dos a la vez. Y me parecía el momento perfecto para hacerlo. Una la de mi madre y otra la de mi padre. Yo nunca me podré dividir».
La nueva perla del motociclismo mundial compite bajo bandera colombiana, rindiendo homenaje a su madre, como ha asegurado en más de una ocasión. Pero no siempre fue así. Hasta 2019 siempre lo hacía con la nacionalidad española, lo normal para un chaval criado desde que nació en Torrejón del Rey (Guadalajara). Cuando empezó a participar en competiciones internacionales bajo el amparo de Dorna (el Mundial Junior de Moto3 y la Red Bull Rookies Cup) es cuando cambió la rojigualda por la tricolor. Una manera de poner al país sudamericano en el mapa de las dos ruedas. Y, de paso, ayudar al campeonato a dar una imagen de globalización, que a veces queda en entredicho por la supremacía de españoles e italianos.
En solo dos años, los que lleva participando como piloto permanente de Moto3, Alonso se ha convertido en la piedra fundacional del motociclismo colombiano, cuyo himno ha sido el que más escuchado en la categoría pequeña desde que se estrenó en lo más alto del podio en el circuito de Silverstone. Y es que desde aquella victoria en el ecuador de la pasada temporada no ha parado de ganar: cuatro carreras en 2023, cuando solo era un rookie y casi por inercia peleó el título de Moto3, y diez en lo que lleva de 2024, donde ha impuesto un dominio pocas veces visto en esta categoría, a menudo tan igualada. De hecho, a falta de cuatro carreras por disputarse, puede batir el récord histórico de victorias en una temporada en la cilindrada pequeña que logró un tal Valentino Rossi (once) en 1997, y ya ha igualado las diez que en su día lograron Marc Márquez en 2010 o Joan Mir en 2017 cuando fueron campeones. En esa liga juega el piloto hispano colombiano.
Más allá de la bandera elegida, David Alonso es el último niño prodigio de la prolífica cantera española que no para de producir pilotos generacionales cada vez con menos margen. Aunque todavía es muy pronto, su nombre ya se sitúa en la lista de los elegidos, como Márquez o Acosta. El murciano destacaba del joven campeón su lado más trabajador: «Creo que hay que dejarse de tanto talento y ver el curro que hay detrás y este chaval es un currante. Pocas veces he visto a alguien hacer tantos viajes con su padre para montar en moto. Tú puedes tener todo el talento del mundo, pero eso te vale para un momento concreto o un día no para los dieciséis fines de semana como ha hecho él».
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A Márquez le tiene encandilado, entre otras cosas porque de vez en cuando coinciden en sus entrenamientos en circuito y, a pesar de su corta edad, ya le lleva al límite. «Si me despisto me mete caña», decía el de Cervera que pedía no hacer comparaciones ni meteré presión. «A mí me encanta porque lo tiene todo, el talento, la educación y los pies en el suelo. También ese carisma que es necesario muchas veces, pero, sobre todo entiende el concepto de lo que es aprender. Es como una esponja, pero dejad al chaval tranquilo no le metáis presión ahora. Ha ganado el título de Moto3 y que lo disfrute».
Después de hacer historia en la categoría menor, en 2025 saltará a Moto2 con su misma estructura, el Team Aspar, para la que corre desde los 11 años. Llegó en 2017 de la mano del que hoy es su padre deportivo, el ex campeón del mundo de 125 cc, Nico Terol. En el equipo valenciano encontró algo más que un equipo, una familia que dirige el 'jefe' Jorge Martínez Aspar, que había viajado expresamente a Japón para asistir a la coronación de su pupilo. «Lo que más feliz me hace es que a Jorge le haya merecido la pena el viaje», comentaba flamante nuevo campeón del mundo. Un talento especial sobre la moto, carismático frente a una cámara y con dos banderas en su corazón.
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