Con la única duda de Pumpido

El conjunto catalán es primo del Racing. Los números cosechados hasta ahora les hacen casi hermanos. Hasta la forma de conseguir el título, en la recta de meta, se asemeja. Un parecido que se ve reflejado sobre el césped. Dos equipos que solo saben vivir con el balón. Sin él, sufren. De ahí que la primera batalla a ganar sobre el tapete de los Campos de Sport de El Sardinero será por el dominio de la posesión.

Para el Racing la responsabilidad es doble. O triple. El hecho de jugar el primer partido en casa no ha gustado demasiado en el vestuario verdiblanco. Es lo que hay. Por eso los cántabros están obligados a sacar un buen resultado de cara a la vuelta en Reus y eso pasa por marcar y dejar la portería propia inmaculada.

Pero esa responsabilidad viene también de lo que los futbolistas verdiblancos van a tener a sus espaldas: un estadio prácticamente lleno y ávido de alegrías. Por lo menos, a Pedro Munitis lo que más le preocupa es saber manejar el aspecto anímico. Que el apoyo de miles de racinguistas se convierta en motivación y no en nervios.

El técnico verdiblanco también tiene una importante papeleta sobre la pizarra. En un principio, la única baja segura es la de Francis, que sigue con sus problemas en el tendón de Aquiles. Y la duda es la de Facundo Pumpido. El delantero argentino ha entrado en la convocatoria, pero el entrenador del Barrio Pesquero aún tiene que hacer algún descarte. De todas formas, lo que está claro es que el ariete de Olivos no será titular. Un edema en el músculo semimembranoso le ha dejado fuera de los entrenamientos prácticamente toda la semana. Su lugar lo ocupará Coulibaly.

Los gemelos, a tope

Por fin, después de un campeonato lleno de contratiempos, Pedro Munitis podrá contar con los dos hermanos San Emeterio a pleno rendimiento. Primero fue el tobillo de Fede. Después el pubis de Borja, quien contagió a su hermano. Posteriormente, y mientras Borja trataba de ver la luz, Fede se luxó el hombro. Una lesión con la que ya ha aprendido a convivir. Ambos se han alistado los primeros para participar en el play off.

Quieren llevarse una alegría que compense todos los sinsabores físicos de la campaña. Y Pedro Munitis sabe de la importancia de tener a ambos sobre el campo. A pesar de su juventud, están hechos de otra pasta. Tienen algo que la mayoría de sus compañeros no tienen. Un carácter especial que le imprime al equipo una marcha más. Esa circunstancia puede llevar al técnico del Barrio Pesquero a cambiar el dibujo habitual. El 4-3-3, con Borja en el lateral derecho y Fede en un trivote junto a Álvaro Peña y Borja Granero, parece la fórmula más probable.

Porque, además, ese dibujo es el que mejor le ha funcionado contra equipos de la idiosincrasia del Reus. Ante el Guijuelo, el Racing de Ferrol, el Coruxo... Le ayuda al Racing a aumentar la presión en posiciones de ataque, robar más cerca de la portería y ser mucho más peligroso. «Lo tenemos controlado, pero marcar flechas en una pizarra es fácil. Lo complicado es llevarlo al campo», dijo el viernes Munitis ante los medios. Solo el propio entrenador santanderino y su confesor futbolístico, Gonzalo Colsa, saben el planteamiento con el que los cántabros afrontarán el decisivo choque de esta tarde.

Duelo de campeones

El Racing tendrá enfrente a un rival muy duro. Quizá el nombre del Real Madrid-Castilla y los números del UCAM Murcia asustaban mucho más, pero el Reus ha sido campeón del grupo III por algo. Que nadie espere merendar peritas en dulce. O si no, que se lo pregunten al Atlético de Madrid del Cholo Simeone, que tuvo que emplearse a fondo para apear a los catalanes de la actual edición de la Copa del Rey.

Los rojinegros llegan con prácticamente los mismos credenciales que los cántabros y ya ha quedado demostrado en suficientes ocasiones que el nombre y la historia no ganan partidos. Y los verdiblancos tampoco han sido una apisonadora en su penar por los campos de Segunda División B. Será una batalla de poder a poder. Un examen final dividido en dos partes. 180 minutos.

El veterano Natxo González, con bastante experiencia en play offs de ascenso, dirige a un equipo en el que destaca la veteranía de López Garai, la calidad del portugués Vitor Silva y la envergadura y olfato goleador del Pichichi rojinegro, Edgar Hernández. Sin embargo, el técnico vasco podría prescindir de su ariete titular para cambiar el sistema. Pasar a un 4-3-3 y jugar con Silva de falso nueve. En la reciente visita al Eldense, el entrenador vitoriano probó esta variante y sacó un resultado de 0-4, por lo que quedó bastante satisfecho y podría repetir.

La suerte está echada. El objetivo, sacar un buen resultado para afrontar la vuelta, a domicilio, con garantías de lograr el ascenso. Lo más positivo para el Racing es que, cuando ha tenido que competir contra enemigos de su talla, lo ha hecho a un buen nivel. Mejor que frente a los equipos más modestos. El Racing, ante el play off de ascenso que todo el racinguismo deseaba. Lo dijo Pedro Munitis el viernes: «Llegó el momento de la verdad». Los dos últimos pasos del camino de regreso a Segunda División.

Un último esfuerzo por abandonar la tercera categoría del fútbol nacional, donde el Racing nunca pasó más de dos temporadas seguidas. En esta ocasión, debe ser igual. Efecto muelle. Porque otro año en Segunda División B podría resultar mortal para un club en una precarísima situación y acostumbrado a vivir mucho más arriba. En la élite. Con esta penitencia en forma de larga campaña, quizá los pecados cometidos en el pasado ya estén totalmente expiados. O al menos eso esperan los de Munitis.