Más abono para el Huerto del Francés

El viernes, en rueda de prensa, el técnico asturiano anunció «cambios» en el once, en plural, aunque luego sólo fue uno. En singular. el asturiano repitió la alineación que brilló en La Romareda con la única novedad de Arana en la delantera, en detrimento de Ekain.

El este sábado era un duelo de entrenadores de moda. De equipos en forma. La revelación de la pasada temporada llega a casa del aspirante a arrebatarle ese título este año. Antes del pitido inicial, el Racing ya llevaba una ventaja simbólica, porque a la equipación del Albacete, camiseta y pantalón naranja, con medias moradas, le estampas una flor y para la próxima colección de Agatha Ruiz de la Prada.

El plan verdiblanco parecía similar al de Zaragoza. Los de Rubén Alvés tenían el control aunque también la lección aprendida. Atrás no iban a arriesgar para evitar los robos verdiblancos. Había puesto en valor José Alberto la capacidad de su equipo para que el rival no rematase cómodo en su área. Pues en el minuto 4, Escriche recibió solo en el área, le dio tiempo a buscar la mejor opción, pero su remate fue horrible. Alto, no. Altísimo.

El plan puede que fuese similar al de ocho días antes, pero la ejecución, de momento, no. O eso parecía. El Albacete volvió a combinar en el área racinguista, aunque, esta vez sí, la zaga logró taponar el remate de Escriche, que se fue a córner tras doblar el tobillo de Rubén Alves. Sin acento.

Un inciso en el relato de los hechos para comentar una situación que no se da todos los días en los campos de fútbol. Lo cierto es que, más allá de que el de ayer no fuese su mejor partido, alguien podría haber comprado su entrada y, desde la grada, hacer el cuervo. Seguir con la mirada lo que brilla. Muchos quilates en el centro del campo con Riki y Grenier. La esperanza de que en este deporte el físico y lo táctico todavía no han acabado con el talento.

Y mientras les cuento esto, de repente, el plan de José Alberto hizo clic. Había rematado de cabeza, alto, Juanma. Pero en el otro lado, el Albacete iba a caer en la trampa. Robo verdiblanco en tres cuartos, Íñigo Vicente abre para Andrés Martín en la derecha y el andaluz, dentro del área, centra hacia Arana, en boca de gol. Djetei tocó el balón en su segada, pero no lo suficiente y el delantero canario, tras tocar con la cabeza, remachó junto al primer palo. El suflé racinguista se vino arriba y Mantilla quiso hacer de Mboula. Avance, recorte y... El disparo con la zurda necesita mejorar.

Al Albacete se le puso cara de tonto pero, pese a todo, no cambió de parecer. Persistió en su idea. Un disparo de Manu Fuster tocó en la pierna de Iván Morante y se marchó por encima del travesaño. Pero, ay amigo, cuando la flecha va hacia arriba... Djetei tuvo su 'partidus horribilis'. Después del no despeje en el 1-0, le sacan una tarjeta por agarrar a Íñigo Vicente. Acto seguido, un mal envió en largo suyo terminó en saque de banda para el Racing. El ataque verdiblanco, con el cinturón de castigador, se ocupó de hacer el resto. Arana acaba en el suelo tras una buena maniobra en la frontal, con la fortuna de que el balón sale rebotado hacia Andrés Martín, en el área. El sevillano, de primeras, hizo el segundo. Alguno ya se estaba acordando del 4-1 del curso anterior. Mejor ese que el 5-5 de la 95-96.

Mantilla estaba desatado. Recuerdan la galopada de Bale junto a Bartra en una final de Copa del Rey. Pues la versión camarguesa no tiene nada que envidiar. Bueno, sí, la definición final. A Alonso, Julio Alonso, lo sacó de la circulación. Le levantó el dorsal de la camiseta. Pero el centro se marchó larguísimo. Pero el aplauso que sacó el lateral de la grada de los Campos de Sport fue notable. El caso es que hacía un rato largo ya que el Racing era bastante mejor que su rival. Y con el bonito 2-0 en el marcador, la contienda se fue al descanso. Y Djetei se quedó en la ducha.

El equipo cántabro estaba cómodo y lejos de quedarse en su campo a esperar, como en otro encuentros con ventaja en el marcador, José Alberto y los suyos mantuvieron los pasos adelante. Aunque era el Albacete quien debía intentar rescatar algo. Un disparo de Manu Fuster lo embolsó con solvencia Ezkieta. Y otro de Juanma no encontró portería. Mientras tanto, una falta lateral botada con mucha intención por Grenier obligó a Bernabé a despejar de puños con apuros.

Después del susto que dio Saúl García, que parecía lesionado y obligó a calentar de urgencia a Mario García –fue falsa alarma–, el Albacete sí que empezó a personarse algo más en el área raciguista. Pero bueno, sin muchos alardes tampoco, no vayan a pensar. Un buen disparo de Quiles a la media vuelta lo repelió Ezkieta con una buena mano abajo. El Racing guardó la pólvora para cuando fuese necesario. Arana se montó él solo una contra, tampoco le pusieron excesiva oposición y se plantó en el área. El canario se la jugó con un disparo horrible, arriba. Eso sí, la carrera le pasó factura definitiva y fue sustituido de forma automática por Ekain.

Rubén Alvés implementó más cambios y el Albacete empezó a apretar de verdad. Un cabezazo de Higinio desviado, un duro disparo de Quiles que se estrelló en el anuncio de cerveza de detrás de la meta de Ezkieta y otro remate de testa, tibio, de Álvaro, pusieron en alerta al equipo cántabro. Entonces, José Alberto comenzó a tirar de su particular empresa de seguridad: Íñigo Sainz-Maza, para echarle hormigón al centro del campo y Marco Sangalli para gestionar los últimos minutos del choque. Grenier y Andrés Martín fueron los sustituidos. Y el gerente de la empresa, Pol Moreno, a calentar.

Ekain tuvo el tercero. Lo vio con sus propios ojos; lo pudo tocar. Era real. Pero se esfumó de repente. Con el Albacete volcado hacia la meta racinguista, un despeje de Rubén Alves y un gran desmarque de Ekain dejaron al delantero racinguista completamente solo frente a Bernabé. Con dos zagueros tres metros por detrás. Al atacante racinguista se le hizo pequeña la portería y enorme el guardameta. Y falló lo infallable. Luego, le comía la rabia. Sus compañeros y la grada le dieron una palmadita en la espalda.

El árbitro se olvidó de señalar una falta sobre Ezkieta, pero el meta, con el tiempo arañado al reloj, ya se encargó de pasar la factura. Higinio estuvo a punto de devolvérsela al navarro con un duro cabezazo que se marchó fuera. Ahora sí, José Alberto tiró de Pol Moreno. Y para compensar, llamó a Peque para refrescar el ataque. Pero antes, el VAR iba a entrar en escena. Ekain despeja bajo el travesaño y el juego continúa. Hasta que llaman desde Las Rozas. Pasó la línea. 2-1. A sufrir los seis minutos de añadido. Tranquilos, entra Pol.

El Albacete se volcó, aunque entre protestas, tensiones y rollos el huerto estaba bastante enfangado. Bien para el Racing, que volvió a gestionar con acierto los minutos finales en ventaja. Y así, la fecha verdiblanca sigue hacia arriba. y también la cabeza. Qué gusto poder mirar 'palante' y no por el espejo retrovisor.