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uEl veterano César Caneda, con el brazalete de capitán durante un partido de esta temporada. FERNANDO DIAZ
El abuelo lo verá desde el balcón
Racing

El abuelo lo verá desde el balcón

Tres generaciones ·

César Caneda, junto a Mario Soberón y Jon Ander, lidera el trío de exracinguistas que hoy se cruza en el camino del Racing. Una sanción impedirá jugar al vitoriano

Marcos Menocal

Santander

Sábado, 22 de enero 2022, 07:42

Apenas acababa de dejar de gatear Mario Soberón cuando César Caneda celebraba de verdiblanco el último ascenso a Primera División como racinguista desde el campo. «Fue un año magnífico», recuerda el vitoriano, que tenía 23 años y aterrizó en Santander cedido del Athletic de Bilbao. Fue su segundo ascenso consecutivo. El curso anterior lo hizo con el Sevilla. Llegó con la vitola de central, pero Quique Setién lo puso de lateral derecho y allí se quedó. De eso hace veinte años. Desde entonces se ha recorrido con la mochila España un par de veces; Bilbao, Cádiz, Eibar, Alavés, Guijuelo, Mirandés y de vuelta al Racing... En la campaña 2015-16 se volvió a enfundarse la verdiblanca para jugar 32 partidos con 37 años. Fue indiscutible con Munitis en el banquillo, como lo fue con Setién antes y como lo es ahora en el SD Logroñés. «Fue espectacular el equipo humano y el entorno que montó Munitis, pero...», explica del no ascenso de entonces.

Este curso es el sexto que firma en la capital riojana, aunque los cuatro primeros fue con el 'otro' equipo de la ciudad, la UD Logroñés. «Es una auténtica pena perderme este partido», lamenta el vitoriano que hoy tendrá que ver el partido desde las gradas de Las Gaunas. A sus 43 años solo se ha quedado sin jugar dos jornadas por lesión y ahora la del Racing se lo impedirán las tarjetas. «Lo esperaba con cariño», añade.

Ilusión, precisamente, no le falta para coger todas las mañanas el coche y viajar de Vitoria a Logroño a entrenar. Seis años de autopista. Este año los viajes son compartidos porque, caprichos del destino, la gasolina la paga a medias con Jon Ander. Paisanos y racinguistas. Los dos son vecinos y ambos se decantaron por Las Gaunas tras dejar el Racing. Ahora intercambian recuerdos y sin sabores. «Cuando salí de Santander ya dije que no me iba a ir lejos y acabé en Logroño. En la UD Logroñés viví otro ascenso y ahora en la SD Logroñés sigo a gusto», explica. Fue extraño que no se quedase en el Racing tras aquellos 32 partidos . Me llamó la atención lo justo. Cuando vienen personas nuevas, esto pasa. Hay otros gustos, otras prioridades». Don dos décadas de fútbol encima curan de espanto.

Veinte años antes su llegada a Santander fue distinta. Apareció con un Audi A 3 plateado, matrícula de Vitoria en La Albericia como un perfecto desconocido. Era un cachorro de tantos formado en Lezama con futuro, pero sin sitio en San Mamés y qué mejor para foguearse que un Racing pidiendo a gritos ascender a todo correr. «Fue magnífico. Tuvimos una gran exigencia, pero también jugadores de gran nivel». Y lo bordó. Contundente y seguro, se marcó una temporada sin un fallo. Quique y Manolín (Preciado) quisieron dejarle en El Sardinero otro año, pero al chaval ya no se le podía ceder más. Regresó a Ibaigane y se puso a las órdenes de Jupp Heynckes y después de Ernesto Valverde. Jugó lo justo y después comenzó su viaje futbolístico. Primero a Eibar para probar y luego a Cádiz sin mirar atrás.

Sencillo, profesional y comprometido, César se hizo un hueco allá donde fue y ahora apura su pasión sin prisa en un club modesto y que le permite disfrutar a su manera. Lidera el ejército de racinguistas rebotados, Mario Soberón y Jon Ander. Si César selló el último ascenso a Primera, estos dos compartieron el último a Segunda en 2018-2019. Mario tenía 21 años y pedía paso y Jon Ander con 28 acababa de dar uno muy grande en su carrera. El primero tuvo que dejar su tierra y el segundo, con muletas -se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda-, acabó saltando a la pata coja en el Ayuntamiento de Santander. «Tenía claro que quería quedarme cerca de casa. Quería estar con mi mujer y mi niña», se dijo Jon Ander. Y en esas están. Tres generaciones de fútbol.

Veterano, maduro y benjamín

Entre Mario y Jon Ander llevan casi la mitad de los goles de la SD Logroñés -10 de 23- y ambos tienen las mismas ganas de jugar que César. Ellos dos sí podrán. «Nos dan mucha capacidad. Mario tiene una capacidad de generar fútbol alta. No tardaremos en verle en un equipo con gran potencial», explica el veterano de la terna.

Tres ejemplos de racinguistas que ilustran el devenir del club. El benjamín, formado en casa y obligado a emigrar por no tener un sitio. El juvenil, un futbolista a quien el Racing extrajo del fútbol modesto para permitirle aspirar a todo. Y el veterano, que se sirvió del club para completar su última fase de instrucción en la profesión.

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Los dos mayores disfrutaron la esencia de la entidad; mientras que César Caneda fue protagonista de uno de los mayores logros de la historia del club -los ascensos a Primera-, Jon Ander sintió cerca el éxito y acto seguido el fracaso de un descenso, la hoja de ruta habitual en más de cien años de vida. A Mario Soberón apenas le dio tiempo antes de hacer las maletas. «Tengo amigos. Quedan pocos de entonces, pero a alguno saludaré», anuncia el vitoriano, que pronostica un partido «ante uno de los favoritos más grandes al ascenso así que la SD Logroñés tendrá que hacer su partido y esperar que el Racing no tenga el suyo».

Los tres se ganaron el respeto de la grada de El Sardinero de una u otra manera. A César, su trayectoria le basta como carta de presentación. Se lo ganó de imberbe aspirante a todo junto a Setién y se lo ganó de nuevo con creces cuando casi peinaba canas con Munitis. También Jon Ander se metió al racinguismo en el bolsillo en una etapa en la que con tantas tristezas cualquier 'cosuca' servía para destacar. Su pundonor y casta arrancaron los aplausos. A Mario aún le espera un futuro en el que el Racing aguarda como, porqué no, una segunda estación.

«El Racing es capaz de ganar sin jugar bien y eso es de equipo campeón«, decía esta semana Jon Ander. «Ojalá logré el ascenso. Ojalá», concluye César.

años se cumplirán en el mes de junio del último ascenso a Primera División del Racing. En aquel equipo dirigido por Quique Setién, titular indiscutible, jugó César Caneda

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