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En el mejor de los casos, el Racing puede terminar la primera vuelta del campeonato en esta Primera RFEF a tres puntos de distancia del Deportivo en la parte alta de la clasificación. En segunda posición. Con 37 unidades, si es capaz de ganar mañana ... a la Sociedad Deportiva Logroñés en Las Gaunas. No está mal. Es el mínimo exigible para el equipo cántabro en esta categoría. Pero debe mejorar en la segunda vuelta si quiere dar caza al líder y optar al ascenso directo. En ese aspecto, los números del míster, Guillermo Fernández Romo, invitan al optimismo. En proyectos más modestos y en una Segunda División B más débil, pero en las tres temporadas anteriores, sus equipos mejoraron su trayectoria cuando la competición cruzó el ecuador. Serán esos «procesos» de lo que habla siempre el entrenador madrileño.
Debe ser algo buscado por el cuerpo técnico. Al menos algo así vino a decir hace un par de semanas el preparador físico verdiblanco, Xavi Arnedo, que ya la campaña pasada trabajó en el Cornellà con Romo. «Es nuestra forma de trabajar en general, no sólo la parte física, si no también de vestuario. Nos gusta ir construyendo algo poco a poco desde el inicio. Nuestra manera de trabajar quizá hace que al principio cueste un poco más, pero al final de la temporada es cuando mejor ha estado el equipo», confirmó. A ver si se cumple esa máxima.
En la campaña 2018-19, y precisamente tras abandonar el cargo de responsable de las secciones inferiores del Racing, Guillermo Fernández Romo se marchó a entrenar al Ejea, encuadrado en el grupo IIIde Segunda B, y con el principal objetivo de la permanencia en la categoría. En este caso, el equipo aragonés mejoró sus números de la primera vuelta en la segunda. Ligeramente, así que se puede decir que mantuvo la regularidad. Llegó decimoquinto y fuera del descenso, con 21 puntos, al ecuador y, posteriormente, afianzó esa salvación con una decimocuarta plaza y 23 puntos a sumar en su casillero. 44 en total.
De cara al siguiente curso, el 2019-20, Fernández Romo fichó por el Cornellà, también del grupo IIIde Segunda División B. La trayectoria del cuadro catalán también fue con la flecha hacia arriba. Sin embargo, no fue una temporada con el formato habitual. El covid irrumpió en el mes de marzo y paralizó la competición tras la disputa de la jornada 28. Tras muchos debates en la Federación Española de Fútbol, finalmente decidió dar por terminada la competición y esperar la fecha apropiada para la celebración del play off de ascenso y dilucidar qué cuatro equipos subían al fútbol profesional.
Precisamente en esa fase decisiva se coló el Cornellà de Guillermo Fernández Romo. Y eso que la primera mitad de la temporada –de la jornada 1 a la 14– no fue precisamente buena para el cuadro barcelonés. Llegó a ese momento en la décima posición, con veinte puntos. A partir de ahí y hasta la paralización de la competición, el conjunto verde sacó 29 puntos que le auparon hasta la cuarta plaza y, en consecuencia, le metieron de forma inesperada en el play off.
Y en ese tramo decisivo al KO –que se disputó íntegramente en sede neutral en Málaga y Marbella– por la ruta larga al haber finalizado en cuarta posición, el Cornellà se quedó muy cerca de haber logrado un histórico ascenso a Segunda División. En la primera eliminatoria mandó a la cuneta al Ibiza con el resultado de un gol a dos. Posteriormente el sorteo le emparejó con el Atlético Baleares, al que también dejó por el camino con un triunfo por la mínima (1-0). Suficiente. Sólo uno de los principales favoritos al ascenso, el Castellón, fue capaz de tumbar a los de Romo en una ronda que ya repartía una plaza en la siguiente temporada en Segunda División. 1-0 venció el conjunto orellut. Pero vamos, que el Cornellà y el ahora entrenador racinguista podían estar más que satisfechos y orgullosos de lo que había hecho.
Si la temporada 2019-20 en Segunda División B había sido peculiar a causa de la irrupción de la pandemia de covid, la siguiente, la 2020-21, fue un auténtico caos, con 102 equipos repartidos en diez grupos y dos fases diferenciadas de competición. El Cornellà de Romo quedó encuadrado en el subgrupo 3-A. El conjunto catalán llegó a la mitad de la primera fase de la temporada con 13 puntos y en octava posición en un grupo de once equipos. Sin embargo, el técnico tuvo la misma trayectoria ascendente de los dos cursos anteriores. Del ecuador hasta el final sumó 16 puntos y ascendió hasta la quinta plaza, aunque esa mejora no le permitió luchar por el ascenso a Segunda División, pero sí aspirar a una plaza en la futura Primera RFEF –además, por el camino eliminó a todo un Atlético en la Copa–.
Yse hizo con esa plaza, porque cuajó una notable segunda fase de la competición. Un tramo con seis encuentros a disputar, en el que, de los 18 puntos posibles, el conjunto catalán se hizo con doce para finalizar primero y meterse en la nueva tercera categoría del fútbol español.
El Racing anunció ayer el positivo por covid del central del filial Diego Mirapeix. Las plantillas del primer equipo y del Rayo Cantabria se sometieron ayer a una nueva tanda de test de antígenos en la que todos resultaron negativos, salvo el del zaguero del filial. Se da la circunstancia que, hasta el miércoles, Mirapeix estuvo entrenando a las órdenes de Guillermo Fernández Romo. El club mantiene diversas precauciones para tratar de evitar contagios entre futbolistas, pero permanecerá atento a la realización de pruebas en los próximos días para comprobar que el virus no se ha expandido hacia más jugadores de la plantilla verdiblanca, además en una semana con tres partidos importantes por delante.
Así que Guillermo Fernández Romo tiene la receta. Ahora necesita volver a ponerla en práctica pero en una plaza mucho más ambiciosa y un contexto más competitivo. Ygran parte de las posibilidades de conseguirlo pasan por lo que pueda hacer en los dos últimos partidos de enero –frente a Racing de Ferrol y Deportivo– y en los de febrero –ante Cultural Leonesa, Badajoz, Unionistas y Real Unión–. Ahí ya habrá medido sus fuerzas al gran favorito y a la mayor parte de los aspirantes a ocupar una de las plazas de play off.
Más allá del efecto que vaya teniendo la acumulación del trabajo realizado por Guillermo Fernández Romo y su cuerpo técnico en su plantilla, hay otros dos condicionantes a tener en cuenta. El primero es lo que resulte del mercado invernal. De momento, han pasado veinte días desde el arranque de la ventana de fichajes y el Racing no ha movido ficha para reforzar el equipo. Las salidas de Carlos Castro y Ceballos han sido lo único que ha pasado por La Albericia últimamente. Así que tiene pinta que la fisonomía verdiblanca no va a cambiar mucho. Yel otro punto a valorar es que, muy probablemente, los de Romo se encuentren con que no tendrán compromiso que disputar durante la última jornada del campeonato si el Extremadura culmina su desaparición.
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