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La idea estaba sólo en las canciones. «Volveremos, volveremos otra vez...». Lo han cantado como algo casi utópico hasta por campos con rifas al descanso. Por mucho que diga el calendario hay años que duran –y pesan– más que otros, y los doce y medio que lleva el Racing fuera de Primera División dan para una biografía entera. El último partido de los cántabros en la máxima categoría –en la suya– fue el 13 de mayo de 2012. La foto que ilustra este texto es de ese día. Su elección no es casual. El fútbol ya era lo de menos cuando vino Osasuna. El drama deportivo ya estaba consumado pero al otro, al de los años negros, le quedaban muchos episodios hasta tocar fondo. Un dato: esa jornada en El Sardinero hubo 6.818 espectadores. Son casi los mismos que en un Racing-Arandina de noviembre de 2016 (0-0), por poner un ejemplo. El sábado, contra el Albacete, en Segunda, 20.794. Lleno técnico. La letra de la canción ahora ya no es utopía. No está hecho –ni mucho menos–, pero está ahí. «Una ilusión nos persigue». Eso también lo cantan en la grada.
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Leila Bensghaiyar
Sergio Herrero
El pitido final de Álvarez Izquierdo puso fin al ciclo más largo del Racing en Primera. De forma cruel. Hay descensos y descensos. En el anterior (2000-2001), la despedida fue ganando al Athletic y Arzeno llegó al vestuario en calzoncillos porque prácticamente le arrancaron la ropa. En esta ocasión el equipo se despidió como lo que fue: el peor de Primera, incapaz de ganar un partido de toda una vuelta de competición y con 27 paupérrimos puntos (ahora lleva 30 en 13 jornadas). Álvaro Cervera, de casa –qué gran jugador en el Racing–, se marchó como el entrenador con peor balance en la historia verdiblanca. No es que no fuera capaz de enderezar el rumbo, es que firmó tres puntos de 39 posibles.
A algún chaval le sorprenderá saber que el hoy ídolo del Girona que juega en Champions, Stuani, llevó la camiseta del Racing. Marcó, de hecho, en el adiós. En Liga, nueve goles, y la sensación de que, con más balones para rematar, hubieran sido muchos más. Y alguno se extrañará también al caer en la cuenta de que esa tarde Munitis y Colsa terminaron de escribir su historia con el club, aunque no fuera sobre el césped. Una pena.
Estaban Jairo o Álvaro, de lo poco salvable en ese año. Y perjudicados, en general, porque su ímpetu les llevaba a intentar tapar las carencias del equipo estando en todas partes y echándose encima toda la responsabilidad. Junto a ellos, otros canteranos: Mario, Osmar, Picón, Rivero, Luque... En las malas siempre se tira de chavales.
Hubo minutos para que el poco público que soportó aquello dejara claro que el final de Kennedy –el sueco que tiraba las faltas de escándalo, pero que se marchó con la sensación en la grada de escaso compromiso–, Adrián (siempre con la etiqueta del hijo de Míchel) o Toño (el portero) no les gustó nada. Y, entre una cosa y otra, Osasuna se llevó el partido con la misma facilidad que casi todos los rivales ese año. Por allí andaban exracinguistas como Rubén o Damiá. También ese mítico Nino que, si sigue en ello, estará seguro metiendo goles en las pachangas de jubilados. Y el destino, cruel, quiso que Cejudo, que luego llegó a Santander, marcara uno de los tantos rojillos.
Pero –ya se ha dicho– el fútbol fue lo de menos aquel domingo. En un campo en el que, durante el calentamiento, se escuchaba eco si los jugadores voceaban, la crónica del día –la firmó el mismo periodista que estas líneas, lo que le hace sentirse muy mayor– se centró en los movimientos de la zona norte del estadio.
Racing
Mario, Francis, Álvaro, Torrejón (Osmar, min. 16), Picón (Adrián min. 78), Gullón, Rivero, Luque (Kennedy min. 58), Acosta, Jairo y Stuani.
2
-
4
Osasuna
Andrés Fernández, Marc Bertrán, Rubén (Roversio min. 72), Flaño, Damiá, Timor, Nekounam, Cejudo, Raúl García, Ibrahima (Lekic min. 68) y Nino (Calleja min. 82).
Goles 1-0 Stuani (min. 1), 1-1 Ibrahima (min. 54), 1-2 Cejudo (min. 66), 1-3 Raúl García (min. 70), 2-3 Jairo (min. 80), 2-4 Roversio (min. 80).
Árbitro Álvarez Izquierdo (catalán).
Incidencias Último partido de la temporada. Campos de Sport, ante únicamente 6.818 espectadores.
De entrada se dijo que «los mercenarios» se tenían que marchar y se gritó algo que sonó durante muchos años después en esa grada: «Nosotros somos el Racing». Luego llegó la pancarta de los 'agradecimientos'. «Gracias a todos por mandarnos a Segunda». Todos eran los políticos –con combres propios del PP, del PSOE y del PRC– y los directivos (Pernía, Montalvo...). Y no faltaba, claro, el nombre de Alí, acompañado de un 666.
Hubo eso y una concentración antes del partido en el que varios centenares de aficionados mostraron unas bufandas que pasaron a la historia, las de «Fuera chorizos». La Agrupación Unificada de Pequeños Accionistas del Racing (AUPA) presentó su nuevo Consejo sin saber aún el infierno que tenían por delante.
'Colorín, colorado' fue el titular que cerró la última estancia del Racing en Primera. Ahora el cuento es otro. 'Érase una vez... La ilusión'.
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